Merecía morir? o vaya que si, eso y mas, yo fui la escoria mas baja que puede llegar a ser un humano, fui un ladrón, asesino, mentiroso y que mentiroso... podría engañarte en tu nariz sí y sólo te darías cuenta cuando te estuviese sangrando, no pretendo creerme la gran cosa, pero yo era uno de los mejores en esta rama de trabajo, si es que así puede llamarsele. Poco a poco fui subiendo los peldaños, mas de una vez pude ser un gran jefe, pero apreciaba demasiado mi vida y aunque me consideraban un mercenario un sicario de sangre fría, de la calaña de la que esta hecha un jefe, preferí jugar mi juego, que porque no me convertí en un pez gordo? sencillo, a mi me pagaban para eliminarlos a ellos, nadie le paga a otro para matar a un sicario, en cambio a un jefe criminal, si, es perseguido, vigilado, no me gusta ese tipo de atención, un asesino solo es asesinado en su propio juego, mientras no este moviendo sus piezas en un tablero, este es completamente invisible para los demás. Me gustaba mucho mi trabajo como para cambiarlo, era un angel de la muerte, si tenias el dinero suficiente y yo consideraba que el trabajo valía la pena, tu considerarlo hecho, un bono seria, toma todo lo que puedas de la víctima antes de huir del lugar, debería dejar algo claro, algo que algunos en mi profesión llamarían "Perra exclusiva" emmm... yo era algo así, solo tomaba los trabajos que me convencieran y los que me convenían eran donde tenia que asesinar a aquellos cerdos ricachones que se atragantaban en su propio dinero sucio, escupiéndole a la cara a la sociedad, si lo se, típico de alguien que creció en la pobreza ¿y que...? odio a los malditos.
Por un tiempo trabaje solo, hasta llegar a donde quería, una organización criminal, una de las mas grandes de la ciudad, me contrato como su matón personal, aun era joven, pero era mas listo que antes, ya no consumía drogas y mi mente estaba al 100% clara, esto era lo que yo quería, ahora solo tenia que trabajar duro, para llegar a lo alto y lograr mi objetivo. Hice mas trabajos de los que puedo contar, dentro de estas organizaciones se pueden ver cosas peores que tus sueños mas desagradables, pero yo tenia un propósito y mientras aun no podía cumplirlo tenia que seguir, firme. A medida que pasaba el tiempo me hacia cada vez mas importante en la banda hasta el punto de ganarme la confianza de los jefes y poder controlar territorios y mis propios hombres, es increíble lo que puedes hacer de un chico sin familia, lo radical del cambio que puedes provocar en el, o ellos, solo eran niños, a mi lado los hice adultos, hombres. Obviamente yo no era igual a mis jefes, mi territorio y antiguo hogar, cada vez parecía un lugar decente, mis hombres menos de 15 chicos me servían y junto a mi controlábamos el lugar, aun recuerdo el nombre de algunos de ellos, Javier, Alexander, ben, jhon... jhon... como olvidarlos, una vez, mi trabajo fue acabar con la vida de los padres de algunos de esos chicos, acogerlos quizá fue una forma de remediarlos, no todos ellos podían conocer quien fui, pero jhon... el si sabia que era yo, exactamente.
Aquella noche, me convertiría en un hombre al fin, renacería. Me temblaba la mano, sentía que el arma pesaba cada vez mas, sudaba como si tuviese el sol junto a mi mejilla en ves de una pequeña lampara de luz tenue que fallaba de vez en vez, la boca del cañón a centímetros de la cabeza de un tipo al que en mi vida había visto, era el o yo, repetía en mi cabeza esas palabras intentado hacer de aquel escenario algo mas aceptable para mi, lo cierto era que, mi vida no dependía de esa acción, yo lo haría porque quería, solo necesite varios empujones que me llevarían a cumplir mi destino, tenia que entrar en esa banda y este era el primer requisito, el tipo al que le apuntaba debía una deuda de meses, no se porque estaba dudando, quizá era porque el tipo era diferente a todos los que había matado antes o porque su hijo estaba escondido a solo centímetros detrás de un viejo closet, llorando en silencio, solo yo me había percatado de el y cuando al fin accione el gatillo, lo vi todo tan lento, el casquillo rosando mi mejilla y el chico a punto de soltar el grito, antes que el, yo lo hice...
–BIEEENN.. EL TIPO ESTA MUERTO, VAMONOS DE AQUÍ A TOMAR UNAS CERVEZAS –Nadie escucho aquel murmullo detrás del closet... mientras mis futuros jefes susurraban, "Si no fueses tan escandaloso, serias perfecto, pero... no se puede tener todo en la vida" aquella noche casi pierdo mi oportunidad, gracias a aquel acto de bondad, era obvio que si lo descubrían tendría el mismo destino que su padre, de alguna manera me sentí responsable de el.–
–eh.. creo que me e olvidado algo en la habitación, porque mejor no se adelantan –Tenia que ayudar al joven.–
–no demores mucho, la policía puede llegar en cualquier momento, te esperaremos en el bar, para brindar, estas dentro.–
En aquel entonces a mis jefes les importaba poco lo que me pasara, asi que se largaron, dándome tiempo de hablarle al muchacho. Aun puedo verle en la oscuridad, no quería abrír los ojos y de ellos cada vez salían menos lagrimas.
–Chico, se lo que sientes, que un extraño te arrebate la vida de una persona que te importa, se lo que se siente perder a un padre, aunque el mio, no fue un ejemplo a seguir, cada noche puedo ver la cara del tipo que lo asesino, puedes llorar y pasar toda tu vida lamentando su muerte, o puedes seguir vivo y vengarte, oohh.. si piensas diferente solo puedes seguir adelante, puedes ser policía, oye en este mundo hace falta mas chicos buenos como tu.. que me dices, quieres ser uno de los buenos, es que viéndolo bien, ya hay muchos malos por allí, no lo crees, abre los ojos... mmm, cual es tu nombre–