Capítulo 23: Pasado

Marina avanzó por el pasillo que se extendía más allá de la sala del Guardián de las Sombras. El libro encuadernado en cuero pesaba en sus manos, pero la sensación de poder que emanaba de él la mantenía enfocada. La luz tenue que iluminaba el pasillo parecía fluctuar, creando sombras que danzaban a su alrededor, aumentando la sensación de desorientación.

El pasillo se ensanchó y se transformó en una gran sala, cuyas paredes estaban cubiertas con tapices antiguos que representaban escenas de tiempos pasados. La atmósfera estaba cargada de un aire de melancolía y nostalgia. Marina sintió una oleada de tristeza al ver los tapices, como si los ecos de las vidas y eventos que habían tenido lugar en el pasado aún resonaran en las paredes.

En el centro de la sala había un gran espejo de pie con un marco dorado y elaborado. A su lado, había una mesa con un pequeño dispositivo que parecía una antigua máquina de escribir. Marina se acercó al espejo, sintiendo que algo importante debía estar relacionado con él.

De repente, una voz etérea comenzó a hablar desde las sombras.

—Bienvenida a la Sala de los Ecos. Aquí, enfrentarás las huellas de tu pasado y descubrirás cómo estas han influido en el presente. El espejo revelará los momentos que has olvidado o ignorado, y la máquina de escribir te ayudará a entender la verdad detrás de ellos.

Marina miró al espejo y vio que su reflejo comenzaba a cambiar. En lugar de su imagen actual, vio escenas de su pasado: momentos de su infancia, eventos que había intentado olvidar y recuerdos que le resultaban dolorosos. Cada imagen era un eco de su pasado, proyectando sus miedos y arrepentimientos.

—No puedo enfrentar esto sola —murmuró Marina, sintiendo una mezcla de tristeza y angustia.

—Debes hacerlo —dijo la voz etérea—. El pasado influye en quién eres ahora, y entenderlo te ayudará a superar los obstáculos que enfrentas. La máquina de escribir te permitirá expresar lo que sientes y entender cómo esos ecos han formado tu vida.

Marina se dirigió hacia la máquina de escribir. La máquina estaba cubierta de polvo y parecía antigua, pero aún así, parecía estar en buen estado. La voz etérea continuó.

—Escribe sobre lo que ves en el espejo. Tu escritura revelará los secretos que aún están ocultos en tu corazón.

Marina se sentó frente a la máquina de escribir y miró las imágenes en el espejo. La primera escena era de su infancia, una fiesta de cumpleaños en la que se sentía sola y excluida. Recordaba haber pasado esa fiesta en gran parte sola, observando a los otros niños jugar mientras ella se sentía invisible.

Comenzó a escribir sobre esa experiencia, expresando la soledad que había sentido y cómo eso la había marcado. Mientras escribía, las palabras fluían con una intensidad inesperada, como si estuviera desenterrando emociones que había mantenido enterradas durante años.

A medida que escribía sobre cada escena en el espejo, las imágenes comenzaban a cambiar y a tornarse más claras. Vio recuerdos de sus amigos y familiares, y cómo sus relaciones habían evolucionado a lo largo del tiempo. También vio momentos en los que había tomado decisiones difíciles y había enfrentado desafíos que la habían moldeado.

Cada vez que completaba una entrada, el espejo mostraba una imagen más clara y reveladora de su pasado. Marina comenzó a entender cómo sus experiencias anteriores habían influido en su personalidad y en sus decisiones actuales. Cada eco del pasado que enfrentaba le daba una nueva perspectiva sobre sí misma y sobre su viaje.

Finalmente, Marina escribió sobre el momento en que había sido secuestrada por el psicópata. Recordaba la desesperación y el miedo que había sentido, y cómo esos sentimientos la habían llevado a una lucha constante por la supervivencia. Escribió sobre su determinación y su fuerza para seguir adelante a pesar de las circunstancias desesperadas.

Cuando terminó de escribir, el espejo mostró una escena final: una imagen de ella misma, más fuerte y decidida. La figura reflejada parecía estar en paz consigo misma, lista para enfrentar los desafíos que aún se le presentaban.

La voz etérea habló nuevamente.

—Has enfrentado los ecos de tu pasado y has aprendido de ellos. El entendimiento y la aceptación de tu historia te han dado la fuerza para seguir adelante. Ahora, el libro en tus manos te llevará a la siguiente etapa de tu viaje.

Marina se levantó, sintiendo una renovada sensación de propósito. El pasado ya no era una carga, sino una parte de su historia que la había fortalecido. Con el libro en mano, se dirigió hacia la salida de la sala, lista para enfrentar lo que le esperaba en la siguiente etapa de su búsqueda de libertad.

El pasillo se iluminó con una luz cálida a medida que avanzaba, y la atmósfera parecía más ligera. Sabía que el psicópata aún estaba acechando y que los desafíos no habían terminado, pero sentía que ahora estaba más preparada para enfrentarlos. Con cada paso, la determinación en su corazón se hacía más fuerte, y la esperanza de encontrar la libertad se volvía más palpable.