Un Recuerdo De Lo Nuestro

Cap. 10

Durante meses he tenido mis dudas...

Elisa Beltrán
octubre 2021

Un suspiro sale de mi al llegar a la cafetería, mentiría si dijera que quería venir, pero sería una mentirosa.

Me quería quedar en casa, leyendo mi lectura que tengo pendiente, con una taza de café, aprovechando el clima de hoy.

Dejo mi abrigo en mi casillero, y al darme la vuelta, me encuentro con una Lucia muy contenta.

—Ahora si me dirás donde pasaste la noche, no creas que no vi que no amaneciste en tu habitación. —me codea.

—Pues en eso tienes demasiada razón, no amanecí en ella —grita— amanecí en mi guarida.

—¡Elisa! ¿Por qué en la guarida y no en su casa?

—Porque sí. Al llegar lo invite a ir, y no. No a lo que tu piensas —le digo al mirar su cara— Lo invite a ver las estrellas, nada más para eso.

—Hay claro, y yo soy Anastasia Steele ¿no?

—Pues déjame decirte que no, no eres ella, y lo que te he dicho es verdad, solo miramos las estrellas y ya.

—Entiendo…

—No sabes como me alegra eso.

Salgo y me dirijo hacia la cocina, donde todos están disfrutando un delicioso café que es más apetecible el día de hoy. Al pasar, los chicos me dan uno y me quedo un rato con ellos conversando. Al terminarlo, me dirijo hacia el fregadero y cuando estoy a punto de lavar mi taza, Asher hace acto de presencia.

—Elisa, me alegro de que haigas podido venir, pero necesito hablar contigo un momento, ¿puedes? —pregunta.

—Claro, —dejo la taza ahí en la barra y me dirijo hacia él, quien me espera. Al hacerlo, Lu me articula con los labios que para que me necesita, a lo cual yo respondo con un encogimiento de hombros.

—Vamos… —nos guía a su oficina y me hace pasar primero. —Toma asiento por favor —me acomodo en la silla que esta enfrente de su gran e imponente escritorio color negro. De su oficina lo único que puedo decir es que me encanta, los colores sobrios le dan un poco de misterio tanto como a la oficina, y a él. Los tonos negros me recuerdan a él, pues la mayoría de tiempo esta vestido con sus perfectos trajes a la medida y de ese color, el gris, me recuerda a sus ojos, y de ahí en fuera, la poca iluminación que se hace presente.

—Bien. ¿Para qué me necesita?

—Elisa —suspira— Sabes que no me gusta que me trates de “usted, me haces sentir muy viejo y apenas tengo 28 años —reímos.

—Está bien Asher, ¿para qué me necesitas?

Suspira —¿Cómo te fue ayer con tu “cita”? —su pregunta me confunde, o pensé que venia a hablar de mi cita, y la forma en como hace la pregunta, me dejó más.

—Eh… me fue bien. —me limito a decir.

—¿Bien? —asiento— ¿Es todo lo que dirás? ¿No piensas decirme todas las cosas ridículas que hicieron tu y ese…? —se detiene al ver mi cara de mas confusión.

—¿Ese…? —lo invito a seguir.

—Nada. Olvida lo que iba a decir. —suspira— Por lo menos te ha llevado a comer?

—Yo…

—¿No? Bueno era de esperarse —murmura mientras toma una gabardina del perchero y se lo pone —Vamos, te llevare a desayunar algo delicioso.

—Pero…

—Pero nada, es para que tengas recuerdos míos y no solo de ese… Anda vamos.

—Debo de ir por mi abrigo.

—Andando entonces que nos espera un día increíble, —camina hacia la puerta y la abre esperando que pase primero. —Señorita…

—Gracias —murmuro.

Me dirijo hacia mi casillero y tomo el abrigo, cuando estoy a punto de llegar hacia él, soy interceptada por una Lu muy confundida.

—¿Te vas? —asiento— ¿Pero por qué? Hoy llegarán más personas, las propinas serán buenas, no me puedes dejar aquí Eli. —chilla y cuando hago intento de hablar, me interrumpe Asher.

¿Es que acaso nadie me quiere escuchar el día de hoy hablar?

—Ocurre algo? —pregunta con un tono serio.

—No, es solo que… Elisa se va y…

—Oh eso, Benjamín —lo llama—, puedes cubrir el turno de Elisa, ¿o alguien más?

—No te preocupes Asher, lo hare yo —dice Lu enseguida.

—Perfecto, entonces nosotros nos vamos.

Llegamos a la puerta, donde esta su auto, y oh dios mío… no puedo creer que me subiré a su auto.

—Todo bien Eli? —pregunta al verme parada.

—Sissi, es solo que… enserio nos iremos en… —lo señalo.

—¿En mi auto? —asiento— ¿Qué tiene de malo que vallamos en él?

—Es que… si lo arruino?

—¿Arruinar? ¿Temes arruinar mi auto por subir en él? —asiento y el estalla en una carcajada que dura unos segundos, he de admitir que es raro oírlo reír, pero se siente bien que lo provoque yo en este miento.

—Si eso, temo arruinar tu… auto.

—Elisa, Elisa, —dice y me rodea con sus brazos por la espalda. Aquel gesto me confunde más, pero no digo nada— No lo arruinaras solo por subir a él. Así es que vamos, si no queremos que se nos haga mas tarde.

—Esta bien —subo con desconfianza.

El rodea el auto y se pone en marcha, en todo el trayecto, fuimos sumidos en un silencio que para nada fue incomodó, al contrario, fue cono si ambos estuviéramos acostumbrados a él.

Se detiene en un restaurante del cual había escuchado, pero unca había venido.

—¿Un restaurant mexicano? —pregunto con un toque de emoción, y el asiente— Wow, enserio estamos qui y no es un sueño?

—No, esto es real, ¿bajamos?

—Claro. —al bajar puedo observar con más detalle el lugar, por fuera tiene una fachada de ladrillos, un gran ventanal donde hay unas letras que no entiendo, pues están en español.

—Ahí dice: Feliz día de muertos, mexicanos —susurra Asher en mi oído.

—Entiendes el español a la perfección —digo con asombro.

—Así es —dice orgulloso mientras comenzamos a caminar.

—¿Cómo lo aprendiste? ¿Es muy difícil?

—Aprendí en un viaje que tuve que hacer a la Ciudad me México, —tomamos asiento al lado del ventanal —tuve que aprenderlo, pues no todo el tiempo iba a tener a mi traductor personal —reímos— Y respecto a tu otra pregunta, es un poco complicado aprenderlo, pues debes saber expresarte bien en ciertas palabras y saber el significado de ellas.



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En el texto hay: #amor #drama #dolor

Editado: 09.09.2024

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