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Pov. T/N: 

Recién había llegado a la casa del mercader y ya me había metido en problemas, bueno, no tanto sólo vi que un chico era castigado injustamente, intenté no meterme en eso, pero me era inevitable, así que aquí estoy, una de las criadas está curando mi espalda que sangra levemente.

HaNeul: ¿por qué te metiste así? Parece que no pensaste con claridad –Me regaña con una voz apacible, no sé bien si es un reclamo o no…

T/N: Lo siento, realmente no podía soportar que lo tratasen injustamente, es algo que mis padres me enseñaron  a odiar.

HaNeul: ¿Te enseñaron a salir herida solo por ayudar a alguien? -me cuestiona con un suave tono de voz, yo sonrio, más mi sonrisa es cambiada por una mueca de dolor, HaNeul retira rápidamente su mano de mi espalda.

Pov. Yoongi…

¡Creo que voy a volverme loco! ¿Cómo es posible que la chica que recibió el latigazo por mí, sea la misma que habló con el príncipe Namjoon. 

Sigo caminando por el jardín y puedo verla sentada frente al lago, realmente me gustaría hablarle, pero no sé cómo acercarme, me da curiosidad conocerla y sé que debo agradecerle, sin darme cuenta, me encuentro cerca a ella, ella algo sorprendida me observa y se gira a mi dirección, dándome así la seguridad de acercarme a ella. Ya estando sentado a su lado no tengo ni la más mínima idea de cómo iniciar una conversación.

YG: No tenías por qué haber hecho eso, no era realmente necesario -sin notarlo había comenzado a hablar-

T/N: ¿Cómo podría haberme quedado sin hacer nada? Vi que fuiste castigado injustamente ¿Cómo podría ignorar eso? ¿Cómo convencería a mi conciencia de que estaba bien? No digas que no era necesario, no podías soportar más azotes, no podía no hacer nada- ella parece totalmente sincera y sus ojos… a pesar de brillar como un par de estrellas muestran cuán preocupada se llegó a encontrar.

YG: l-lo siento, yo no… realmente no soy bueno para hablar con otros, ni siquiera sé cómo terminé aquí hablando contigo. Gracias por lo que hiciste, no estoy acostumbrado a que… alguien se preocupe por mi -bajo lentamente mi cabeza, por el peso de mis palabras-

T/N: ¡No te preocupes! -sonrie lentamente- ¿Sabes? Creo que en este momento estamos iguales, no tenemos con quién hablar, hagamos un trato… -la miro- mientras estemos aquí, cuidemos el uno del otro y seamos amigos ¿Estás de acuerdo? -yo asiento, con una leve sonrisa en mi labios-

Después de hablar por un tiempo, su mirada se posa en mi espalda, "¿Está bien?" Pregunta sim despegar su mirada de esta, aunque afirmo, algo en mi voz me delata, lo cual hace que ella insista en revisar las heridas.

T/N: oh… esto no se ve nada bien… sígueme -ella se coloca de pie y me lleva a un lugar en el que puede curarme apropiadamente, ella actúa como si fuese un lindo Ángel enviado del cielo a mi vida, quizá las cosas comiencen a mejorar.

Pov. T/N…

La espalda de él se ve tan lastimada que me duele cada vez que paso el paño limpiando las heridas, no puedo imaginar el dolor que puede estar sintiendo. Siento la necesidad de decirle cada cosa que hago, como si buscara su autorización, como si el procedimiento fuese tan complicado que lo volviere necesario.

T/N: ésto es algo gracioso -él me dirige la mirada- hemos hablado por un largo tiempo y no nos hemos presentado, mi nombre es T/N ¿Y el tuyo? 

YG: Mi nombre es Min Yoongi, por cierto tienes un lindo nombre -sonrio ante su comentario- 

Pasan un par de días, el trabajo de esclavos es bastante demandante, nunca había tenido que hacer algo así, siento mucho que ellos tengan que hacer esto sin recibir un salario… en cuanto a Yoongi, hemos estado hablando, es un jóven bastante inteligente y noble, he visto que se preocupa por los demás, incluso ha dejado de hacer algunas de sus tareas por ayudarme con alguna de las mías, pues claro está de que no soy nada buena en ésto… 

El tiempo pasa rápido, mi relación con Yoongi es bastante cercana, aunque él no sabe que soy de familia real y éso es lo que más aprecio, que la amistad que él me brinda no es basada en interés, pues ninguno tiene "nada" que ofrecer.

Las tareas se toman cada vez más monótonas, estoy en el jardín hasta que uno de los criados del mercader me envía a llamar, algo confundida por lo que sucede soy llevada a el dueño de casa, pero un rostro conocido me vuelve a llevar a la realidad. 

Mercader: Señorita, él es su nuevo dueño…