Un sueño perdido

Capítulo 3: Cinco años

Dexter
Miro el pastel, ha quedado precioso, sonrío y miro mi reloj, pongo las cinco velas en él, hoy mi pequeña Lucía cumple cinco añitos, llevo cinco años haciendo el mismo pastel y ella siempre me sonríe tan preciosa y dice que le encanta.

— Buenos días, princesa — Le digo agachado a su lado mientras acaricio su pelo negro, mi niña abre sus grandes y verdes ojos y sonríe

— Hola, papi— expresa y se lanza a mis brazos

— Felicidades— susurro en su oído

— Quiero verlo, quiero verlo ya—expresa, se levanta y corre hasta la cocina, sus ojos se iluminan al ver el pastel de cumpleaños— es precioso, me encanta papi— Yo sonrío feliz, lo mejor que me pudo pasar en la vida fue esta niña, mi niña, mi vida no tenía sentido y ella apareció como un ángel para darle uno.

— Feliz? hoy iremos a ver a la abuela — Le digo cogiéndola en  brazos, ella se abraza de mi cuello

— Eres el mejor papá del mundo

Ella sopla las velas, come pastel y luego montamos en el auto, iremos a ver a mi madre, la cual le tiene una fiesta sorpresa en su casa aunque creo que mi niña ya lo sabe porque no deja de sonreír y es que aunque tenga cinco años es muy inteligente

Entramos a la casa de la abuela y todos los que están ahí comienzan a cantar felicidades, mi hija sonríe en mis brazos, luego la bajo y abraza a la abuela y se va a jugar con su primo, el hijo de mi hermana Anastasia que tiene su edad

— está creciendo rápido — me dice mi madre, ambos miramos a los niños correr

— Si, el tiempo pasa volando, cinco años— Digo casi en un susurro

Hace seis años mi padre murió, mi esposa se fue con mi mejor amigo diciéndome que no podía darle lo que ella quería, yo perdí mi trabajo al sumergirme en el alcohol, tomaba para olvidar destruyendo mi vida, pase un año sin parar de beber ni un día, hasta que Lucía apareció, cuando la sostuve en brazos supe que debía cambiar y lo hice por ella, retome mi camino y ahora con solo ver su sonrisa siento que mi vida tiene sentido.

— Dexter, no vino Alicia?— Me pregunta mi madre

—No, sigue en el extranjero — respondo, Alicia es mi mejor amiga, hace un año fuimos novios, pero no funcionó y solo quedamos como amigos, mi hija la ve como a una madre.

— Es una buena chica

— Leyla, ya sé por donde vas — Le digo sonriendo, mi madre también sonríe

— Qué tanto se secretean?- mi hermana me abraza y besa mi mejilla

— Hablamos de que tu hermano ya tiene 32 años y aún no se casa— Yo resoplo

— Aún no encuentro a la indicada, además, soy padre soltero, no muchas chicas quieren criar hijos ajenos

— Alicia si—Dice mi hermana, yo la miro haciéndome el enfadado

— Vamos a abrir los regalos—Le grito a Lucía, ella corre feliz a mis brazos.

Mi familia y yo no somos ricos, pero somos honestos y honrados, todos trabajamos, y lo mejor es que somos felices. Mi madre sé que quiere que me case, pero yo aún no olvido a la desgraciada de mi esposa, sé que han pasado muchos años y que rompió mi corazón, pero después de todo entiendo por qué lo hizo y no la culpo.

— Hermano, te tengo un trabajo—comenta Arturo, mi mejor amigo mientras miramos a Lucía abrir los regalos

— Ya tengo un trabajo—Digo pensando en mi estudio fotográfico.

— Hablo de uno grande hermano, en una agencia de bodas, de millones, esta, como es que se llama?

— Mi sueño —Digo, esta agencia es famosa en todo el mundo

— Esa misma, pagan bien y necesitan un fotógrafo urgente, ahí crecerás hermano, sabes cuantos sueñan con un trabajo así?

— Ok, contacta con ellos— Le digo, Arturo es mi representante, bueno, él se cree eso y yo lo dejé, le pago algo, ya que necesita el dinero y todos felices

— Ya ellos contactaron conmigo— Lo miro enarcando una ceja— están desesperados, mañana iré a hablar, para que firmen el contrato

— Mañana llevaré a mi hija de compras, se lo prometí

— descuida, iré yo, tú hablas pasado con ellos, negociaré un buen sueldo, lo prometo.

Cuando regreso a mi casa Lucía duerme en el auto, yo la cargo y la dejo en la cama, está cansada de tanto correr.

Al otro día caminamos por las tiendas, ella va escogiendo lo que le gusta con su gran sonrisa, sus grandes ojos verdes miran todo con entusiasmo

— Iré a pagar, no te muevas vale?—Le digo, ella se queda sentada y asiente sonriendo

Mientras hago el pago no dejo de mirarla, luego vuelvo a ella, al llegar a casa me sorprende ver un auto ahí

— Alicia—Digo mirando a la chica rubia que sonríe pegada a la puerta, Lucía se lanza enseguida a sus brazos

— Ali, te extrañé —Le dice sin dejar de abrazarla

— y yo a ti preciosa, quería venir ayer, pero no pude, hoy te traje los regalos— expresa sonriendo, mi hija vuelve a abrazarla

Se llevan tan bien que aveces quiero amar a Alicia y casarme con ella, darle una madre a mi niña, pero como hacerlo si solo siento cariño hacia ella

— Dex, no vas a saludarme? — expresa y se acerca, deja un beso en mi mejilla

— Alicia, te dejé pastel—Grita Lucía y coge su mano, la lleva hasta dentro de la casa y si, mi hija le había guardado pastel del que yo preparé. Alicia sonríe mientras lo come y sí, quizás debería casarme con ella, me quiere, quiere a mi hija y mi hija a ella, a Alicia no le importa lo demás.



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En el texto hay: romance, secretos, niña

Editado: 11.03.2023

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