(Narra Emma)
—¡¿Qué fue eso?! —pregunto desconcertada en el momento en el que el señor Emmet y el señor Torres cierran la puerta de la oficina detrás de ellos.
¿Qué acaba de suceder? ¿En serio fingí ser la prometida de Bastian Wolf? ¡No puedo creer que accedí a seguirle el juego! Todo sucedió tan rápido que fue imposible tomarme un momento para pensar en qué hacer. No tengo idea de por qué me acaba de pedir que dijera esa mentira, solo sé que no pude decirle que no a esos ojos de cachorro suyos... y ese beso .. ese beso espectacular me tomó desprevenida y me hizo ver estrellas. Soy consciente de que mi jefe es todo un playboy, pero jamás imaginé que fuera tan hábil besando, nunca antes alguien me había hecho estremecer de ese modo con el simple toque de sus labios. Si su padre y ese otro hombre no hubieran entrado a interrumpirnos yo podría seguir besándolo el resto del día sin problema alguno.
He tenido una mañana bastante confusa hasta ahora, despertando en el apartamento de Bastian y ahora fingiendo ser su prometida. No tengo ni idea de lo que está sucediendo hoy. Me parece que soy la víctima de una broma pesada.
—Lo siento, entré en pánico, pero todo tiene una explicación bastante lógica — responde Bastian apretando la mandíbula.
—Eso lo dudo bastante, ¿por qué diantres diría que está comprometido conmigo? —pregunto cruzándome de brazos.
—Alguien nos vio anoche saliendo de la fiesta juntos y asumieron... ya sabes… que tuvimos una noche de pasión desenfrenada.
Resoplo con cansancio.
—¿Y? ¿Acaso es esto 1700 para que la gente que se acuesta tenga que contraer matrimonio? No entiendo por qué tuvo que mentir así y arrastrarme en este embrollo.
Bastian sonríe ante mi comentario, luciendo aún más apuesto en el proceso si eso es posible.
—El problema es que mi padre me prohibió enredarme con cualquier mujer de la empresa, fue muy claro al respecto, así que cuando me confrontó, todo lo que se me ocurrió fue fingir que éramos una pareja real —explica con una expresión de disculpa en su rostro.
—¿Una pareja real que se va a casar? Señor Wolf, ¡eso no tiene sentido! ¿Por qué no le dijo que me llevó a casa y ya? —inquiero sin poder creer lo que está sucediendo.
—¡Lo intenté! Le dije la verdad, que nada inapropiado había sucedido entre nosotros, pero no se lo tragó. Mi padre me conoce y está consciente de mi reputación así que… es difícil que crea que teniendo una chica linda a la mano voy a portarme como un santo.
A pesar de mi desconcierto y lo confundida que me siento, no se me pasa por alto el hecho de que Bastian Wolf acaba de referirse a mí como “una chica linda” y mis mejillas se sonrojan en consecuencia.
—Haz fama y échate a dormir… —murmuro de modo burlón.
—No lo entiendes, la situación es más complicada de lo que parece: David Torres está tratando de buscar una excusa para sacarme de esta empresa. No puedo permitirme el lujo de cometer ningún error en este momento —dice Bastian desesperadamente.
—Bueno, es demasiado tarde para eso, ¿no es así, señor Wolf? Estoy segura de que una novia falsa cuenta como un error. ¡Y uno grande! —exclamo sacudiendo mi cabeza con desaprobación.
—No si no se enteran —dice él con una sonrisa maliciosa.
—¡Ni siquiera se refiere a mí por mi nombre real, insiste en llamarme Nueva Berta! ¡Por supuesto que van a descubrir que no estamos realmente comprometidos! —exclamo exasperada.
—Nadie lo va a descubrir si cuento con tu ayuda... Emma—Bastian dice mi nombre lentamente, como para dejarme saber que sabía cuál era mi nombre real todo este tiempo.
Pongo los ojos en blanco.
—¿Ayudarlo a seguir con la mentira? ¡Olvídelo! Es una locura, ¿de verdad espera que pretenda ser su prometida por el resto de nuestras vidas?
—¡No! No por el resto de nuestras vidas, eso sería una estupidez... sólo por unos meses —me explica.
—Ah, claro, ¿porque eso no sería estúpido? —pregunto arqueando las cejas.
—Emma, por favor, te necesito —dice mirándome con los mismos ojos de cachorro que antes, puedo sentir que mi corazón comienza a derretirse. Bastian Wolf es un hombre insufrible, pero no puedo evitar lo atractivo que lo encuentro y tenerlo frente a mí prácticamente suplicando es una prueba muy dura para mi fuerza de voluntad—. Pretende ser mi prometida por un par de meses, luego diremos que cancelamos el compromiso y cada quién podrá seguir adelante con su vida, por favor. No te lo pediría sino fuera importante.
Niego con la cabeza. Esto es ridículo. Como si mi vida no fuera lo suficientemente complicada en este momento no le puedo añadir un prometido falso al que ni siquiera tolero.
—Por favor, Emma, te pagaré —ofrece desesperado.
—No, señor Wolf, esta es una idea terrible —respondo sacudiendo la cabeza y me doy la vuelta para salir de la oficina, ya no tiene sentido seguir con esta conversación absurda.
—¡Te daré $100,000 dólares si finges ser mi prometida! —exclama antes de que llegue a la puerta.
Me paro en seco y contengo la respiración por la sorpresa. Nunca hubiera considerado hacer algo como esto, pero $100,000 dólares resolverían todos mis problemas, podríamos saldar la deuda de Bobby, sacar a Nicolás Ricci de nuestras vidas de una vez por todas y todavía nos sobrarían cincuenta mil dólares para nosotros. Por fin, después de tanto tiempo, la vida de mi hermano pequeño dejaría de estar en peligro y yo podría caminar tranquila por la calle sin sentir que un mafioso me está siguiendo. Esta es una oportunidad de oro.