Un último deseo

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(Brooklyn - Nueva York)

"Muy bien niños, dentro de pocos minutos finalizarán las clases y podrán irse a sus casas" les digo alegremente a mis estudiantes, observando el reloj que cuelga en la pared "Mientras esperamos ¿Qué les parece si seguimos compartiendo nuestro viernes de anécdotas?"

"Sí!!" Gritan al unísono todos los niños, felices de poder hablar sobre cosas que no sean referente a clases.

Cada viernes, cuando faltan pocos minutos para que se vayan a sus casas, les permito que compartan alguna historia o anécdota que hayan tenido durante la semana fuera de la escuela. De esa manera los niños pueden relajarse y distraerse un poco de todos los deberes que han estado cumpliendo en los períodos de clases, además de ser una forma muy agradable para que se conozcan más entre ellos.

"Perfecto" digo, regalándoles una sonrisa "Entonces vamos a empezar. ¿Quién quiere ser el primero?

Todos los niños comienzan a levantar las manos pidiendo ser los primeros en contar sus anécdotas; dentro del salón se podía escuchar su gritos tan agudos que aturdían mis oídos, pero eso no quitaba la sonrisa que se estaba formando en mi rostro.

Amaba enseñar, realmente me hacía feliz, y sobre todo amaba a mis estudiantes, aunque al final del día llegara a casa agotadísima. Enseñar a niños de primer grado no es tarea fácil, se requiere de mucho trabajo y muchísima paciencia para lidiar con ellos todas las semanas, pero el poder ver sus pequeñas sonrisas y recibir ese cariño que me entregaban sin condiciones regocijaban a mi corazón; sin mencionar que sus elocuencias me hacían reír en todo momento.

"Dios! veo que todos quieren hablar hoy. Niños, me están dejando en una posición muy incómoda. Que difícil elección" bromeo, fingiendo no saber que hacer, mientras los niños todavía mantenían sus manos alzadas "Es muy difícil. Quisiera poder escucharlos a todos, estoy segura que tienen muchas cosas interesantes que contar" sigo hablado al tiempo que me paseo entre los estudiantes "A ver, a ver. ¿A quién elijo? ¿A quién?... ¿Qué te parece si empiezas tú, Cooper?" Señalo a un pequeño niño pelirrojo con pecas en su rostro.

"Sí" Exclama el niño alegremente y con aires de victoria.

Los demás niños hacen quejas de lamentos al no ser los elegidos.

"Muy bien Cooper. Por favor, cuéntanos que anécdota nos traes hoy, estamos muy interesados en saber"

"Ayer, cuando llegué a casa salí a jugar con mi hermano pequeño al patio mientras mamá preparaba la cena. Cuando estuvo lista, ella nos llamó para que entráramos a comer" comenta el niño felizmente "entramos a casa y mamá notó que mi hermanito traía algo en las manos, entonces, ella se acerca para ver qué tenía y de repente empezó a gritar como loca" exclama, alzando sus brazos en apoyo a lo que está contando y pregunta "¿Quieren saber qué tenía en las manos?"

Todos sus compañeros comienzan a asentir con sus cabecitas, muy interesados y con ansias de saber qué llevaba el hermanito de Cooper en sus manos.

"Una ardilla muerta" dice riéndose.

Al hacer mención de la ardilla se pueden escuchar las exclamaciones de sorpresa de los niños y a otros tanto decir "que asco".

"Mi hermanito lo encontró en el patio, pensó que era un juguete y quiso traerlo a casa. Mi mamá no dejaba de gritar y corría detrás de él para quitarle la ardilla; pero como no podía quitárselo, le gritaba a papá para que la ayudara"

"¿Y qué hizo tu papá?" le pregunto fingiendo enorme curiosidad. En realidad, lo que Cooper narraba me parecía de lo más divertido y quería saber que pasó al final. Me hubiese gustado estar allí y presenciar ese momento.

"Nada" se encoje de hombros "No hizo nada porque no podía parar de reírse, le parecía muy chistoso ver a mamá corriendo detrás de mi hermanito; hasta buscó su teléfono para grabar todo" todos los niños empezaron a reír "Bueno, al final mamá le pudo quitar la ardilla y él no dejó de llorar durante toda la cena"

"Wow! fue una historia muy interesante la que nos contaste Cooper, y muy divertida también, ¿Cierto niños?" les pregunto.

Vuelvo a mirar el reloj y veo que todavía queda un poco de tiempo.

"Bien, aún queda algo de tiempo para una historia más" al escucharme, inmediatamente los niños levantan otra vez sus manos para ser los siguientes "A ver, ¿Por qué no escuchamos a Emma?"

Los ojos de la niña mencionada se iluminan al saber que es la siguiente.

"Muy bien Emma, somos todos oídos" le digo, recostándome en el escritorio con los brazos cruzados.

"Tenemos una nueva mascota" suelta muy feliz "mis padres adoptaron un gatito hace una semanas, aunque ya es algo mayor. Lo nombramos Tom, como el gato de Tom y Jerry. Desde que está viviendo con nosotros no deja de llevar cosas a la casa, cada día lleva algo diferente como insectos, hojas de árboles, rocas, incluso la otra vez trajo una rata que había cazado" narra la niña y todos en el aula guardan silencio para escucharla "Lo más extraño es que las cosas que lleva las deja en la puerta de la habitación de mis padres. Al principio, papá no entendía nada, pero luego, un amigo le dijo que tal vez el gato hacía todo eso para demostrarles su agradecimiento y afecto por llevarlo a casa con nosotros"



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En el texto hay: humor, amor, amistad

Editado: 11.02.2023

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