Amelia habia escuchado un raro sonido afuera. Por un momento, creyo que solo era la lluvia pero cuando observo mas detenidamente, pudo ver y oler al humano a lo lejos. Tenia que hacer algo. Salio de la casa con una capa y capucha de color negro e iba a desviarlo con su aroma. El humano iba directo al camino que conducia a la casa de Amelia, pero antes de que ella llegara, el resvalo a causa de la intensa lluvia y se golpeo la cabeza, quedando asi, inconciente.
-¿Que voy hacer ahora? -Dijo- Maldito humano
Ella, sin pensarlo, se acerco al joven tirado en el suelo sin despertar, e intento moverlo para dejarlo bajo un arbol asi no iba a mojarse, el se movio y abrio un poco los ojos, mirando fijo a Amelia, quien se quedo quienta de nuevo frente a el. ¿Que iba hacer si la reconocia?
-Quie..to.. lobito.. -Dijo y se quedo inconciente de nuevo-
-Suspiro-
Amelia estaba intranquila. ¿Que diablos iba hacer? Tomo al joven en sus brazos y lo llevo hasta una pequeña casa subterranea que ella misma construyo detras de su casa por si tenia que esconderse de alguien que queria hacerle daño, el por ejemplo. Amelia tenia esa alma amable que su padre, el Rey Hector, tenia cuando era joven como ella, no podia hacer maldades y mucho menos dejar el humano en esa terrible lluivia, inconciente. Quizas un lobo iba a deborarlo o los cuervos. Ella dejo al joven en ese lugar, donde habia una cama, comida y muchas otras cosa que lo iban ayudar cuando se despertara. Amelia dejo al joven y se retiro cerrando la puerta sin llave para que el se fuera despues sin preguntar.
A la mañana siguiente, el sol brillaba intenso y el calor podia sentirse. Esteban desperto en un lugar que no conocia y no sabia como habia llegado ahi. El dolor de su cabeza era intento. Observo donde estaba y sin dudarlo, comio algo para luego poder salir de ahi, pero algo llamo su atencion. Los ojos rojos estaban en un lugar oscuro de esa pequeña casa, esos ojos que aterrorizaban a Esteban. Dejo caer su plato de comida y busco inmediatamente sus armas.
-Alto -Dijo la voz-
-Miro- ¿Un lobo que habla? -Dijo asustado- ¿Que quieres?
-Tranquilo. No te hare daño y no soy un lobo. Soy una persona
-¿Por que tus ojos son de ese color?
-No importa ya. Debes irte lejos de este bosque o no pasaras de nuevo la noche aqui
Esteban se puso de pie y tomo sus cosas cuando iba a salir, pero antes volteo de nuevo a los ojos intensos que lo seguian mirando desde la oscuridad.
-Estoy buscando alguien
-Se quedo en silencio-
-Es una mujer. Se llama A..
-Amelia
-Miro- ¿La conoces?
-La hija de la Reina Dana. Pero no se donde esta. Dicen que se fue lejos de este pueblo
-Eso supuse. Debo irme. Gracias.. por todo
-No vuelvas a cruzas el bosque o yo misma me encargare de que no salgas vivo de aqui
Esteban, asustado, se retiro de la casa. Al salir, encontro una enorme casa frente a el y, sin hacerle caso a los ojos, decidio entrar. La casa era enorme, acojedora y estaba calentita. Quizas se quedara ahi una noche mas, le llamo la atencion que no habia ventanas en esa casa y la luz no podia entrar, ni siquiera un poco de aire. Estaba decidido a quedarse cuando intento sacar los tablones de las ventanas, una presencia se paro justo detras de el.
-Te dije algo..
-Lo siento es que.. encontre esta casa.. crei que podia quedarme
-Creiste mal. No me importa que pase contigo. Vete de este bosque
En el reflejo de uno de los espejos de aquella ventana, donde el tablon faltaba, pudo ver reflejada la mirada y sus enormes ojos rojos. Por un momento penso algo que no sabia que podria llegar a escaparse de su boca.
-Eres hermosa.. -Dijo
La mujer suspiro y se escondio de nuevo en la oscuridad. Esteban volteo buscandola, le dijo que no tuviera miedo que el nunca le haria daño a una mujer.
-Si no le harias daño a una mujer.. ¿Por que estas en busqueda de la joven princesa?
-Ella no es mujer. Es vampiro y un monstruo
-¿La conoces?
-Su madre me dijo eso
-¡¿La conoces?! -Dijo enojada-
-No. No la conozco.
-Entonces no tienes ningun derecho a decir como soy o quien soy. O si mate a mi padre
-Espera.. ¿Eres.. ella?
La mujer dejo de hablar y desaparecio de la oscuridad.