Una Alpha para el Beta

Capítulo III: Ese olor.

Lara Rossi

Aquí estoy sentada en mi cama ya lista para un nuevo día, se supone que hoy comienzan a llegar todos los alphas de las manadas a nivel mundial, ser la “Señora” de todos es un poco cansón, siento que muchas veces no me alcanzan las horas del día para hacer todas mis actividades.

El día viernes sostuve una llamada un tanto peculiar con el Alpha Marco de la manada Luna Oscura, todo marchaba bien hasta que su Beta me hablo, su voz sonaba tan profunda y dulce sentí como todo mi cuerpo se estremecía, no entendí que fue lo que me paso, claro esta me compuse muy rápido nadie se dio cuenta de que me pasaba y mejor así, no puedo permitirme mostrar debilidad delante de todos y mas en tiempo de crisis como los que estamos viviendo.

+ ya quiero que sea de noche. – dice Alexa

+ ¿Por qué? – que se trae entre manos esta loba

+ quiero conocer a ese Beta. – dijo

+ ahora si te volviste loca verdad. – definitivamente Alexa ya se le había zafado un tornillo, a ella que le puede importar un Beta. no es como si fuese algo nuestro.

+ No estoy loca, tu sabes lo que sentimos en esa llamada. Y te diste cuenta como él estaba también un poco distraído, eso quiere decir algo Lara. - dice muy enérgica.

+ No te confundas ale, solo fue casualidad. Ya verás que cuando lo veas no significara nada para nosotras, no quiero que te engañes y te hagas falsas expectativas de algo que no va a pasar. - digo con algo de molestia, yo la entiendo, pero no puede pensar que una casualidad sea el destino marcado para nosotras.

+ Tu y tu odioso modo de pensar, tal vez te rendiste, pero yo no. Y estoy segura que algo pasara en esta reunión ya verás, confía en mí. – noto que su voz tiene algo de tristeza.

+ Solo quiero que estés tranquila, vale. No tengas esperanzas solo deja que las cosas marchen a su ritmo y veremos que pasa. – no quiero desilusionarla, pero tampoco quiero que cree expectativas, no me gusta que ella sufra.

+ Vale, esta bien. Pero si es lo que creo, me dejaras presentarme a mi primero, ¿ok? - dice

+ está bien, si algo pasa que no creo, serás tú quien tome mi lugar y hables con él Beta. – es lo mínimo que puedo hacer por ella.  

Corto la comunicación, para por fin salir de la cama y arreglarme, tengo que dejar todo listo para el alojamiento de todos nuestros visitantes, aparte de eso reforzar la seguridad. No quiero errores y mas teniendo a todas las cabezas de manadas reunidas en un mismo lugar.

Entro a la ducha necesito que el agua fría caiga sobre mi cuerpo y apague este remolino de emociones que cargo encima. Si Alexa tiene razón y ese Beta es algo mas que un simple lobo para mí, y si él es el indicado. Como reaccionaria y claro esta tendía que venir a vivir aquí, como seria capaz de separarlo de su manada. Son cosas que no me dejan descansar. Mientras el agua recorre mi cuerpo aparto esos pensamientos, ya parezco Alexa ideando un plan para adueñarse de aquel hombre. Cualquiera que me escuche me vería como una loca.

Los años han pasado y nunca me he topado con mi mate, esta no será la excepción, claro que no. Por que pienso tantas bobadas, es todo culpa de Alexa que quiere e insiste en algo que no va a llegar. La soledad, aunque no parezca me esta matando, un lobo no puede hacerse tan viejo y seguir solo. Nuestros compañeros dan esa chispa a nuestras almas para seguir a delante, sin contar el echo que llegada a cierta edad si continuo así moriré. Son cosas que me preocupan dado que no quiero dejar a mi familia y a todas las manadas desprotegidas.

Salgo de la ducha y veo que en mi cama esta Ariel con un semblante triste, sé que ha tenido problemas, pero buscaremos la manera de solucionar. Me siento a su lado y la acerco a mi para abrazarla.

_ ¿Qué pasa pequeña, otra pelea más? – en estos últimos años a tenido problemas para poder concebir un hijo, ella y su compañero no logran tener eso que tanto desean.

_ Algo así, el sigue diciendo que no es mi culpa que ya llegara el momento. Pero se que algo pasa conmigo por que no es normal que no logre tener un bebe. - dice muy triste. – Mateo me ama y me apoya, siempre esta hay para mí, pero siento que estas discusiones han creado un abismo entre nosotros, y se que soy yo. Pero el no lo entiende y me siento muy frustrada.

Ariel y Mateo tienen mas de 60 años juntos, son una de las parejas mas bonitas que tenemos en la manada, se conocieron de la manera mas casual posible. Ella salía  de un café con unas amigas y se tropezó con un rubio de ojos azules. Ella se encontraba en Boston (EEUU) cursando su carrera universitaria (una de las tantas que tiene) cuando lo encontró, resulta que Mateo es un brujo de una de las familias mas antiguas del planeta. Por eso no le resulto extraño cuando una linda chica lo acorralo contra una pared y lo reclamo como suyo. Desde entonces son inseparables. Pero Ariel a tenido ciertos problemas para darle un hijo, a el no le importa mientras este con ella, pero para Ari es una calamidad. No por poseer el gen de lobo quiere decir que no suframos los mismos problemas que una mujer humana común, se que conseguiremos la manera de solucionar eso que a ella tato le aterra.

_ Tienes que mantener la calma Ari, el te ama mas que a nada en este mundo. Tu eres todo para él. - no mentía en una de las tantas batallas que hemos tenido el arriesgo su vida por ella, en el proceso casi muere, pero la rescato y juntos sobrellevaron ese momento.




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