Una chica emo

Cap XI

(1 mes después, sábado 10:39)

Sarah llamó a la puerta de Ethan y Esteban


 

-Sarah, ¿Cómo estás? Desde lo de Aubrey  apenas nos hemos visto -dijo Ethan, abriendo la puerta.


 

-No, nada de saludos. Me han llamado del hospital y Aubrey tiene el pulso exageradamente bajo, tenemos que ir a verla, ahora. 


 

-¿Ahora? Esteban no está aquí.


 

-¡¿¿Y dónde cojones está??!


 

-¡Sarah! Relájate, no está aquí, me ha dicho que iba al super a comprar algo. Vamos nosotros y le llamamos después ¿Ok?


 

-Como Aubrey muera y no estemos con ella os mató a los dos. Vamos, no hay tiempo que perder.


 

Sarah cogió a Ethan de la mano y lo llevo a rastras hasta el hospital. 


 

-Va, dile a Esteban. -le dijo Sarah, sacándole el móvil del bolsillo.


 

-Sarah, relájate. Sé que le echas mucho de menos y que está era una buena oportunidad para volver a verla, pero también nos hemos arriesgado mucho y tal vez tenga que morir.


 

Sarah bajo la mirada y reprimió las lágrimas.


 

-Me da igual, viva o muerta yo voy a estar a su lado... -dijo Sarah


 

-Tu y nosotros, este mes a sido el más normal de todo el curso, no hemos sabido nada ni de Brian, ni Mateo, ni Fernando... Ni sus padres se han procupado de ella después de diez llamadas pérdidas del hospital y mensajes de voz.


 

-Por eso mismo tenemos que estar nosotros con ella. Si yo estuviera en su lugar también me habría intentado suicidar, ¡Si ya odio mi vida y no tengo apenas problemas! -dijo Sarah, alzando la mirada.


 

Ethan la abrazó y cuando se separó le miró fijamente a los ojos, serio, y dijo:


 

-No vuelvas a decir eso nunca. Estamos a punto de perder a una, no queremos perderte a ti también.


 

Entraron a la sala de espera, la cual habían estado más en dos meses que en toda su vida.


 

-Esta sala ya se me hace familiar y todo. -dijo Ethan


 

-¿Le has mandado el mensaje a Esteban?


 

-Si. Le he dicho que estamos en el hospital y lo de Aubrey, lo acaba de leer. -dijo Ethan, mirando el móvil- Está escribiendo... Dice, que viene, que no tardará mucho.


 

-Ok, voy a decirle al doctor que ya stamos aquí.


 

-Yo espero aquí, hasta que venga Esteban.


 

-Está bien.


 

Sarah se dirigió al mostrados y preguntó por el Dr. Puentes, el encargado de lo que le pase a Aubrey. La mujer de dijo que estaba dentro de la sala de Aubrey.


 

-Le avisaré cuando salga, sentaos en los sillones azules y no os movais hasta que vaya el doctor. ¿De acuerdo? -dijo la mujer.


 

-Ok. -se volvió hacia Ethan y avanzó hacia él- dice que nos sentemos en los sillones azules.


 

Se sentaron en los sillones tal y como les dijo la mujer. 


 

-Esteban me acaba de escribir, dice que está a punto de llegar. -le dijo Ethan.


 

-Ok, pero mira -dijo Sarah, sañalando al doctor con la mirada- viene para acá.


 

El doctor se acercó a ellos y les dijo:


 

-Se ha soltado la válvula del oxígeno. Hemos llegado a tiempo y Aubrey está estable, retrasará un poco más la hora en la que despierte.


 

-¿Se han soltado solos? -preguntó Ethan.


 

-Es poco probable pero no imposible. -aclaró el doctor


 

-¿Va a despertar, entonces? -preguntó Sarah


 

-Ajá, Aubrey es sorprendentemente fuerte y a sobrevivido a tres suicidios, pero que no tiente más a la suerte, esperamos que en una semana más o menos despierte, pero no estamos seguros al 100% -dijo el doctor- En pocas palabras, Aubrey...-nunca terminó la frase, le sonó el esfingomanómetro portátil que le conectaba con Aubrey (máquina portátil que sirve para saber a distancia la tensión de los pacientes, sincronizado con la máquina fija) Estaba a 140/90 mm Hg. 




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