CAPÍTULO 14- La mentalidad de una viuda. Parte 4.
Ya nos pusimos de acuerdo con el tema principal con el que trabajaremos. "Intercambio de basura por comida. La solución del hambre y la contaminación".
Lalo García, fundador de "L. García Technology", es el único hombre en la historia del mundo, que logró sacar de la pobreza a un país completo y volverlo la mayor potencia mundial, en tan solo dos años.
Ah, ese idiota puede darse el lujo de hacer algo tan llamativo, sin miedo de que lo maten.
Su odio por los extranjeros lo llevó a mejorar su país, para evitar que los extranjeros se sientan superiores por venir de países más desarrollados.
Ah, como sea. Uno de sus principales inventos, es el uso de la basura como fertilizante y en la recuperación de tierras infertiles para la agricultura. No sé cómo funciona eso exactamente, pero lo que nos importa es la manera en la que consigue la basura.
Los vagabundos recogen la basura de los hogares, calles y lugares públicos, e intercambian la basura por comida. Ese método se ha extendido por todo el mundo, y gracias a eso, los países pobres pueden conseguir comida al intercambiar su basura, e incluso las hojas secas (no verdes) son consideradas basura, lo que aumentó en gran medida la plantación de árboles, para que las personas siempre tengan basura para intercambiar en el futuro.
Y como la basura se usa para la recuperación de tierras infertiles, en donde antes no se podía sembrar nada, eso aumentó la agricultura, dando más empleos, y a la vez, más comida para comercializar, generando más empleos.
Diría que Lalo García es una buena persona, pero principalmente lo hace para ser considerado un héroe y dejar en claro que es el mejor.
Es un hombre orgulloso, después de todo, es digno de su pecado.
—Bueno, dejemos esto por ahora. Ya entregamos nuestra propuesta y fue aceptada. Tenemos 40 minutos libres. Ah...
Tengo que ganarme más su confianza. ¿Cómo? Mmm... ¿Jugar? Sí, todos aman los juegos. Pero no puedo sacar mi consola en clase... Un juego sin consola... Mmm... Lo tengo.
Saqué de mi mochila una libreta cuadriculada.
—¿Conoces el juego "Cuadrados"?
—¿Cuadrados? N-no lo conozco.- Dijo Sylphie.
Yo tampoco lo conocía, me lo enseñó Yuki. Algo aburrido, pero sirve para pasar el tiempo y no aburrirnos mientras hablamos. Debo conocer más a Sylphie, pues al conocerla, más sabré sobre su madre. Toda información me será de utilidad.
—Mira, como sabes, los cuadrados tienen 4 lados. El juego consiste en marcar una línea de esos 4 lados, en cualquier cuadrado de la hoja. El objetivo es conseguir la mayor cantidad de cuadrados. Por ejemplo...
Rayo los tres lados de un cuadrado con una pluma roja.
—Supongamos que después de un largo juego, pasa esto.
Tomo una pluma verde.
—Este eres tú.
Rayo la línea faltante, formando el cuadrado.
—Aquí ya conseguiste tu primer punto. El que logre cerrar el cuadrado, gana el punto.
Pongo la letra "S" dentro del cuadrado.
—Llevas un punto y yo 0. El chiste del juego es llenar de líneas la hoja, evitando formar casi cuadrados, pues eso le daría la ventaja a nuestro rival, pues le permitiría formar los cuadrados. Al principio será fácil poner líneas, pero con el paso del tiempo será más difícil poner una línea sin detenerte a pensar si es buena idea ponerla o no. En pocas palabras, el juego consiste en llenar de líneas la hoja, evitando que tu rival consiga cuadrados. ¿Entendiste?
Sylphie asintió rápidamente.
—S-sí.
—Entonces comencemos.
Cambié de hoja, porque rayé esta, y puse una línea con mi pluma roja, dando inicio al juego.
Sylphie hizo lo mismo, con la pluma verde.
...
...
...
Ya pasaron 15 minutos desde que el juego comenzó, y ninguno de los dos ha hecho algún punto. La hoja se está llenando de nuestras líneas, pero ninguno de los dos está dispuesto a perder.
—Nah, nunca me gustó la comida de los restaurantes elegantes. Ellos son más de calidad que cantidad, y eso es algo que odio bastante. Y también me da flojera tener que fingir ser alguien educado, que sabe usar las diferentes cucharas y cosas así. Soy más sencillo y prefiero comer delicioso y a mi manera. ¿Y tú, Sylphie?
—Y-yo soy más de comidas en casa, n-nunca voy a los restaurantes.
—Sí, estoy de acuerdo, las comidas hechas en casa son mejores. ¿Dulce o salado?
—Salado. ¿Y tú?
—Antes me encantaba las comidas saladas y las pastas, pero ahora prefiero lo dulce, en especial los postres. Mínimo cocino algún postre tres veces a la semana. ¿Qué cocinas con frecuencia, Sylphie?
Hablar mientras jugamos es una manera de hacerla sentir menos incómoda, pues al tener que concentrarse en el juego mientras habla, evita que recuerde que es tímida, pues su cerebro está ocupado intentando jugar mientras me escucha y responde.
—T-también postres, es lo que mejor se me da, al igual que las comidas saladas.
—¿Comida que odies?
—N-ninguna, me gusta de todo.
—Buena respuesta. La comida nunca se debe despreciar.
Porque si llegas a despreciarla, podrías terminar sintiendo un gran arrepentimiento dentro de ti... Ah, mejor no pienso en eso.
...
...
...
—Ah...
Suspiré, dándome por vencido.
Puse una marca, que le permite a Sylphie tener una gran secuencia de puntos garantizados.
—Es más difícil de lo que recordaba.
Creo que Yuki me dejó ganar la última vez que jugamos, ¿o realmente este juego es de más de suerte que de inteligencia?
Sylphie... sonrió...
Está sonriendo mientras llena de cuadrados la hoja.
Ya veo. Se siente feliz al ser capaz de lograr algo, en este caso, de lograr ganar un simple juego.
Vaya, vaya... Ser feliz al ser capaz de lograr algo, aunque sea algo como un juego... Interesante. Esto podría ser útil.