CAPÍTULO 18- La mentalidad de una viuda. Parte 8.
Ah, mis dulces. Mis preciados dulces. Me han robado una de las cosas que más valor tienen para mí. Es como si esas chicas le hubieran robado el tanque de oxígeno a un anciano que está en la cima de la montaña más grande del mundo.
El sabor dulce es mi sabor favorito, y el que más me encanta saborear.
Ah, tendré que comprar más.
Lo demás no me importa, pero nadie se mete con mis dulces.
Sería muy exagerado decir que estoy enojado, simplemente estoy algo irritado, pues tendré que ir de nuevo a la tienda para comprar más. Que flojera.
Las acciones tienen consecuencias, y esas chicas pronto recibirán lo que merecen.
—¡Y me tiraron mi comida a la basura! ¡Saik, Saik, toma venganza por mí y rompe sus narices!
... Yuki, ¿se atrevieron a desperdiciar comida? No, más importante, ¿te tiraron tu comida?
Los ojos de Yuki están... llorosos.
—Ay, me quedé con hambre.- Dijo Yuki, acariciando su barriga.
Lo siento, Yuki, pero no puedo irme, haría sentir mal a Sylphie y eso retrasaría mucho los planes. Solo espera un poco más.
Cerré mi almuerzo y suspiré.
—Se me antojó una pizza.
Me levanté y me alejé de la mesa. Le daré ese almuerzo a Yuki, compraré otra cosa para mí.
Ah, creo que ahora sí, la irritación se convirtió en odio puro.
Pensaba simplemente encontrar la manera de expulsarlas de la escuela, pero ahora que hicieron casi llorar a Yuki, el castigo será peor.
Muchísimo peor.
—¿Me vas a comprar pizza? ¡Yupi! ¡Cómprame...! Mmm... ¡¡Con extra, extra queso!!
—Creo que aquí solo venden dos tipos de pizza al día. ¿Pizza o el almuerzo que traje?- Susurré, antes de ponerme en la fila.
—Ay, es una difícil decisión. El almuerzo sabía increíble, pero la pizza me encanta. Ay... ¿Cuál quieres tú?
—Creo que estoy bien con cualquier cosa.
—Vamos, no seas tímido. Siempre escojo yo, es tu turno.
—... Almuerzo.
—¡Entonces quiero una pizza completa para mí sola!- Dijo, abrazándome y acariciando mi mejilla con la suya.
Vaya... Había olvidado lo que se sentía que otros se preocupen por mí. Se siente bien.
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Después de llenar nuestros estómagos con comida, Sylphie y yo regresamos al salón de clases y todos voltearon a verme. Algunos se estaban riendo, otros estaban serios, Saoto estaba preocupado y Ram... Pues seria, como siempre.
Vaya, Saoto está recogiendo la comida del suelo que ellas tiraron. Que amable de su parte.
Sylphie se puso nerviosa al ver mi mesa y mis cosas en el suelo, pero a mí no me importó. Considerando lo que les haré, esto no es nada. Puedo conseguir materiales nuevos y dulces cuando yo quiera, pero ellas nunca recuperarán lo que van a perder.
—Tengo sueño.
Bostecé y me rasqué el brazo.
Recogí mis cosas, me senté en mi asiento y saqué mi teléfono para jugar, ignorando los mensajes insultantes que escribieron en mi mesa.
Recuerdo que una chica, en mi escuela anterior, se suicidó por el acoso escolar que recibía, incluso escuché que algunos chicos la violaban. No me afectaba, por eso no investigué al respecto, así que no sé si eso sea cierto. Lo que sí puedo confirmar, es que algunas veces chicas le rayaban la mesa con mensajes insultantes y llamándola "puta", inventando rumores (eso creo) sobre que ella se acostaba con los profesores.
Bla, bla, bla.
Creo que eso sí era cierto, por eso se suicidó, porque si no fuera cierto, ¿por qué eso le afectó?
Son solo palabras, eso no debería de importarte, mucho menos palabras que sean mentiras.
Ah, nunca entendí por qué los que sufrían de acoso escolar nunca se defendían con violencia.
Yo siempre me defendí con los puños y por eso nunca sufrí de ese famoso acoso escolar. Bueno, solo desde la distancia, porque se burlaban de mí, pero solo eran palabras, así que no le tomaba importancia.
Solo cuando se burlaban de mi familia usaba la violencia aunque ellos solo hayan usado palabras.
Ah, aunque gracias a eso, me expulsaron varias veces.
—S-Saik... Lo siento... Y-yo...
¿Eh? ¿Ella está llorando?
Su sollozo me regresó a la realidad.
Está llorando, mientras se cubre el rostro, para que no la vea.
... ¿Por qué llora? No lo entiendo.
Veamos... Ah... Pues... ¿Se siente culpable? No, no lo creo. Ella no sabe que las chicas hicieron esto. ¿Por qué se sentiría culpable?
Tal vez piense que me da mala suerte o algo así. Ah, la mentalidad de víctima seguirá en ella por bastante tiempo, ¿eh? Debo arreglarlo.
—¿Eh? ¿Por qué lloras, Sylphie? ¿Pasó algo malo?
—Saik... Por mi culpa, ahora tú...
—¿"Ahora tú"? ¿A qué te refieres con eso...? Ah, ¿te refieres a mi mesa?
Supongo que sí. Ya recogí todo. La mesa es lo único que queda como evidencia. No lo he leído, pero supongo que deben ser insultos muy fuertes, pues hicieron llorar a Sylphie, considerando que la supuesta víctima soy yo.
Me levanté de mi asiento y observé mi mesa.
—Mmm... Ah... Oh... ¿"Raro"? Mmm... ¿"Idiota"?
... Ah, ¿es en serio? ¿Creen que esto es humillante?
Que adorables son.
Esto no es nada humillante, al menos para mí.
Solo son insultos muy básicos y sencillos, lo más fuerte es que desean ver mi cadáver siendo profanado por Íncubos en el infierno. Vaya, que imaginación tienen, y bastante realista, pues creo que eso sí podría sucederme.
Pero lo demás es tan... estúpido. Sylphie, ¿en serio lloras por esto? Ah, en serio, no entiendo a las personas como Sylphie. Si no entiendo la normalidad, mucho menos entenderé a las personas como Sylphie.
—Mmm... No... Lo siento, lo intenté. Traté de encontrarle lo humillante a esto, pero no siento nada. Nada de nada.
Me senté sobre la mesa.
—No deberías llorar por esto, Sylphie. No es tu culpa y, sinceramente, no me importa nada de esto. Digo, después de todo, el dinero no es ningún problema para mí (por ahora), puedo reemplazar las cosas que me rompieron, y los insultos son solo palabras, no me afectan en lo absoluto.