Una dalia negra

IV

Yoongi sin traje y sin una mayoría de edad prudente, se presentó de nuevo en el horfanato donde el paradero de su amado JiMin y su mejor amigo Hoseok; se encontraban. Sin previo aviso sus bolsillos ya contaban con dos sobres. Jugosas compras tal vez haría con eso. Hizo señas a uno de los ayudantes que con anterioridad lo había echado a él y a Jun Bae. Sonrió y deladeo su cabeza sonriendo con unas cuantas cicatrices en el rostro.

—Dile a tu Director, que traigo con que llevarme a dos niños.

El sujeto araposo trago en seco. Asintió y corrió para darle ese mensaje al tipo fumiento. Sin siquiera tardarse este mismo regresó , ahora, sacando sus llaves en señal de bienvenida. Ese tiempo lo había aprovechado Min para buscar a JiMin o Hoseok con la mirada. Seguía buscando.

—Sígueme, necesito vigilarte.

El pelinegro volvió a caminar por esos pasillos, recordando como esos niños lo miraban. Justo como ahora. Sin tardar llegaron a la oficina donde la carta de desalojo se le fue dada antes. 
El sujeto de sobretitulo sonrió irónico y con una seña algo grosera se dirigió a su vigilante.

—largo. —Miro a Min— Y bien niño... por fin ahorraste tus limosnas?

Min no dijo nada, primero pensó.

—Claro. quiero a dos. Aquí están los 20,000 wones. — tiró los sobres sobre el algo polido escritorio.

El director justo como fue lanzado, los tomó dando a conocer su verdadera atracción por el sucio e irresistible dinero. Carcajeo fuertemte y pidió sin amabilidad que Min tomará a quien deseara y se largará del lugar. Y sin decírselo dos veces. Min corrió al dormitorio ciento veinty tres, ese espacio donde posiblemente estaba su familia, no pudo evitar sentir su corazón latir, estaba apunto de salirse de su pecho. Y llegó.

—JiMin, Hoseok!!!

Movió sus ceños. La cama de JiMin estaba en blanco.... Y Hoseok estaba aun ahí, pero dormido. Sin intención de permanecer el lugar en silencio, se acerco a Hoseok y lo despertó como en los viejos tiempos.

—Vine por ustedes. ¿Donde esta JiMin?

El pelirrojo con los ojos abiertos de golpe, aún no podía creer lo que su mirada captaba. Después de varios parpadeos dejó salir algunas lágrimas.

—Min..

—Hoseok... ¿Y las cosas de JiMin?.

El pelirrojo bajo la mirada. Min lo notó, tomó a Hoseok de los hombros sacándole la verdad con su expresión.

—Min, yo.... Perdoname. —Susurró — Deje que JiMinie — se calló.

—Habla!!

—Adoptaron a JiMin

Min no sabía si había escuchado mal. "adopción", ¿que era lo que había pasado?.

—¿Por qué dejaste? _ bufó el azabache tomando a Hoseok del cuello de la playera. Y por primera vez lágrimas de los esos ojos fríos, derramaban lágrimas.

— Entiende Min, era lo mejor para el— bufó Hoseok llorando.

—¿¿¡Que tontería dices?!!!, ¿sabes quien fue?. hay muchos traficantes que compran niños Hoseok!

—Tranquilo, yo me asegure de que fuera una familia de verdad. Min, él era un niño nosotros no podíamos darle nada.

—Callate. Yo trabaje hasta matarme por sacarlos y darles una casa digna. ¡¡Si podía!!  — siguió llorando.

— Ellos eran una familia de verdad, le darán estudios y un hogar cómodo. Min, tu crees que JiMin iba a poder vivir en un lugar peligroso.... Se que estoy seguro de que tu trabajo no es muy honesto..... — suspiró — al principio me negue, lo escondi. Pero los vi... Eran una pareja buscando un hijo  a quien darle amor su amor de padres.

—¿Donde esta?

—.... Eran extranjeros... Tal vez de E.U o Italia... No se de donde eran.

Min soltó a Hoseok llevandose sus manos a su nuca. Sentía rabia, tristeza y desesperacion. El estúpido de Hoseok tenía razón.... Lo tenía y eso lo odiaba. El no lo hubiera podido mandar ni a una escuela de verdad, no podia, incluso hubiera tenido que esconderlo de su trabajo peligroso.

— Golpeame Min, lo merezco por que te prometi cuidarlo. —habló Hoseok firme asumiendo la culpa.

El pelinegro dejó su trance y sin pensar lanzo su puño en dirección al pelirrojo, usando todas sus fuerzas. En ese puño iba todo su amor, desesperación, enojo y una gran tristeza. Dio contra la pared.

Min negó y lo aceptó, ese Min Yoongi frío volvió a aparecer de repente. Entendiendo la situación en un chasquido. Se levantó y ordenó a Hoseok empacar sus pocas pertenecías, después de todo también había venido por el. Su única familia que le quedaba. Sin decirlo en su mirada se le notaba el dolor, el dolor de perder a un amor. A pesar de que fueran adolescentes aún. El encontraria a JiMin, aun que tardará años lo buscaría en cada país del extranjero.

..

Y Min autoprometiendose regresó a la oficina del vegete corrupto. Y este miró a Hoseok con desagrado.

—¿Te arrepentiste del otro?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.