"Cuarta Carta"

“Hola…

Te hablo desde mi tumba ¿por qué? Fácil. Hoy estabas malditamente sexy en todos los sentidos que hay, no sabes lo que me hiciste sentir. Es la primera vez que te veo sin ese feo uniforme que nos obligan a usar y… morí.

Dime, Perrie,  ¿cómo puedes salir solo con ese maldito short y esa blusa que te transparentaba prácticamente todo sabiendo que yo estoy ahí? Créeme que apenas te vi, mi boca cayó al suelo. Y sé porque lo has hecho, ¿acaso creías que iba a dejar de prestarte atención en toda la cena? Fue difícil pasar desapercibida pero no podía apartar mis ojos de ti, y he escuchado la plática que tenías con Leigh-Anne y Jesy. Bueno, lo lograste. Estoy oficialmente muerta por tu culpa. No pude apartar los ojos de ti, me dieron ganas de ir y hacértelo frente de todos sin importarme nada y estaba tan pendiente de ti que casi me descubres, pero no lo hiciste, así que te salió mal esa parte del plan.

Joder… por más que quiera no puedo dejar de pensar en ti, y ahora mismo algo más aparte de mi corazón está palpitando mucho, creo que sabes a lo que me refiero… Creo que voy a tener que darme una larga ducha con agua fría para bajarme la calentura que me hiciste tener, Perrie. Pero si algún día podemos estar juntas, me las pagaras.

Pasando a otra cosa –Dios  quiera que me olvide de eso por unas horas al menos, ¡no quiero despertar mojada!– así me distraigo, escuché toda la conversación  Perrie y creo que Jesy tiene algo de razón, ¿cómo confiar en mí? Todo esto podría ser una broma… Pero te juro que no es así, y sé que en la otra carta te dije que ni en mi deberías confiar –me puse muy alegre al saber que las lees ¿sabes?– pero es muy diferente, jamás jugaría con tus sentimientos, todo menos eso.

¿Sabes qué otra cosa me puso feliz? Yo sé que si lo sabes. Leigh-Anne debería cerrar su boca, pero por esta vez me agrada que no lo haya hecho. Ahora sé que podría tener una oportunidad, solo esperó que no te arrepientas si me llegas a conocer…

Argh, ¿adivina quienes llegaron? Hoy que tenía ganas de escribir mucho, hasta luego mi dulce princesa.

Atte.: A la que le robaste el corazón”