Una dosis de sanación

CAPITULO 3

"Amistad"

EMMA

— Hola muñeca? — alzo la mirada para darme cuenta de que es un chico rubio enfrente mío con una sonrisa que no me agrada en lo absoluto.

En el transcurso de la semana me he dado cuenta que es solo un idiota, mujeriego, rompe corazones.

— No me digas muñeca— mascullo para levantarme de mi puesto caminando hacia la salida del salón de clases

Este chico me coloca los pelos de punta del coraje.

— ¡¡Hey!!  Emma!! — grita tras de mi espalda pero lo ignoro por completo y acelero el paso

Ignoro sus gritos cuando llego a los pasillos que van directo hacia la salida de la escuela.

Ya quiero terminar las clases de una vez.

No quiero seguir en esta preparatoria.

Literalmente he estado sufriendo acoso esta semana.

Avanzo por los pasillos hasta que llego a la salida donde mi hermano se encuentra esperándome afuera del auto con miles de chicas con ganas de comérselo con la mirada.

Perras.

— Saliste temprano? — pregunto con cierto asombro ya que por lo general sus clases siempre se extienden mas de lo normal.

— Mi clase se cancelo — resuelve y asiento

— Como te fue? — pregunta abriéndome la puerta del copiloto para ingresar adentro.

— Tengo como cincuenta trabajamos que entregar — menciono sin ánimos dándole una sonrisa sarcástica.

El se echa a reír para rodear el auto e ingresar en el puesto del piloto.

— Eres inteligencia, lo resolverás.

— Por supuesto — contesto —  lo ultimo que necesito es que me clasifiquen como la chica nerd de la clase al notar mis calificaciones

— Hay temas que ya sabes por haberlos estudiado conmigo así que es mas fácil.

Asiento ya que a veces solo me hubiera gusto haberme  graduado con mi hermano junto con mi promoción.

— Quieres algo de comer?  Para  alegrar el día — propone a lo que solo me encojo de hombros.

Conduce un par de cuadras hasta que estaciona el coche en frente de una pequeña cafetería, la misma que hace unos días estaba dispuesta a llegar pero por culpa del lluvia no se pudo.

Bajamos del auto e ingresamos adentro.

Tomamos asiento en una mesa algo apartada mientras mi hermano comienza a contarme de algunas materias que esta bien de su carrera de arquitectura y una que otra amistad que ha hecho con sus compañeros.

— Te han coqueteado muchas chicas hermano?— pregunto por curiosidad ya que me ha hablado de todo un poco menos de que si tiene algún interés amoroso.

No ha tenido novia desde que en segundo año de preparatoria Liliana su ex‐novia la encontró ebria en la cama con uno de los chicos del equipo de futbol.

Lloro por quince días el pobre chico y no ha vuelto a tener novia.

— Chismosa — contesta —Hay niñas  lindas en mi clase incluso he hecho algunas amigas pero ninguna que me guste por el momento y tú? — me devuelve la pregunta.

— Todos los hombres son unos idiotas Liam — escupo sin mas cuando uno de los meseros llega a tomar nuestra orden y carraspera un poco.

No puede ser.

Me escucho

— Están listos para ordenar — dice el chico y alzo la mirada al escuchar una voz familiar por alguna razón.

Quedo completamente perpleja al notar que es el chico que me salvo la vida.

Que clase de brujería es esta?

Me persigue a todas partes.

Lo reparo unos segundo notando su uniforme que consiste en una camisa blanca y pantalón de color negro, sus músculos se llegan a marcar un poco en su camisa.

Se ve malditamente sexy, su cabello negro se encuentra desordenado pero lo hace ver mas atractivo.

— Emma! —  escucho que me llama mi hermano luego de unos segundos y centro mi mirada en él.

— Si, que ocurre? — digo algo desorientada.

— Que vas a ordenar? Llevo media hora llamando tu atención, en que tanto piensas?

— En nada— resuelvo apenada, espero que no haya sido tan directa la forma en que estaba mirando al chico — Un cappuccino, por favor.

— Por supuesto en un momento les traigo su orden — dice el chico terminando de anotar la orden para girar e irse.

—Emma, que te ocurre? La nueva medicación te esta afectando de nuevo?— pregunta algo preocupado a lo que niego — Andas malhumorada, si estas durmiendo? Todo anda bien en tus clases?

— Si, todo esta bien.

Nuestro pedido llega luego de unos minutos y comemos a gusto mientras platicamos un rato sin incluir una que otra anécdota que nos llego a pasar de niños para reírnos un poco.

Se que al final todo esto lo hace para saber como me encuentro y distraerme un poco.

— Voy al baño — anuncio cuando mi hermano esta por pagar la cuenta a lo que el solo asiente.

— No tardes — dice a lo que solo asiento para caminar hacia el baño y a mitad del camino me doy cuenta que no tengo la menor idea de donde es que se encuentra el baño.

— Necesitas algo?— escucho una voz a mi espalda que me hace sobresaltar del susto — Lo siento, te asuste bruja.

Joder, este chico.

— No — digo a pesar de que es mentira y el chico da un par de pasos para quedar frente a mi.

— Segura? — pregunta

— Si, delincuente de media noche.

— Delincuente? Porque no admites que me estas acosando señorita.

— Tu eres quien me acosas — me defiendo a lo que el niega con una sonrisa en el rostro.

— Solo admite que mueres por mi bruja! — Murmura cerca de mi oído colocándome la piel de gallina.

— Eres un idi...

— Shh...— me calla llevando un dedo a mi boca — No me llames así, dañaras mi reputación en el trabajo bruja.

— Eres un hijo de puta — escupo

— Gracias, para mi es un honor.

—  No te soporto.

— Y porque estas platicando conmigo.

Maldito

— Iba de camino al baño — menciono a lo que el señala el pasillo que se encuentra en la derecha.

— Al fondo a la derecha, segunda puerta bruja, si necesitas cualquier otra cosa me puedes llamar.




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