Cuando desperté seguía sumergida en el agua pero esta vez estaba encima
de un tronco de color azul grisáceo no me imagino porque ese color pero en
cuanto levante la mirada me fije en una tierra completamente blanca a la
cual me acercaba, no había nada más a mi alrededor y para acelerar el paso
me impulse con el movimiento de mis piernas para llegar más rápido.
Al pisar tierra firme era no creo que se podría llamar tierra, en un mundo o isla
completamente hecha de hielo, pero tan resistente que flotaba en la
superficie del agua. No había ningún rastro de ningún ser biológico que utiliza
los nutrientes terrenales, el agua y los rayo ultravioletas del sol, para autosustentarse. Tampoco se veían claramente los rayos del sol, por una gran
capa de nubes grises. Solo camine por ese lugar sin más, con solo la esperanza
de no ver atrás mi vida en este mundo no tiene mucho sentido como muchas
cosas que eh visto, y sentido atreves de este viaje, mi única razón de seguir
caminando es que me atrajo al verla de inmediato la estrella en la primera
noche en este mundo, una estrella tan brillante que aunque estuviera fuera de
esta atmósfera y separado por una gran distancia, parecía llamarme de
manera sutil.
Pero como dije estuve caminando por el glaciar y además arriba del se sentía
una pequeña capa de nieve o tal vez era una capa de hielo débil. Tan débil
que al apenas pisarlo quedaba la marca de la pisadas.
De momento todo estaba normal pero no fue gasta rato después que
empezaron a caer copos de nieve, lentamente hasta que se unió con el hielo
bajo mis pies.
Todo mí alrededor se volvió una ventisca minimalista que cubría casi todo mí
alrededor y no sabía ni siquiera en donde se encontraban mis partes el
cuerpo.
"mi alma es igual a la nieve, tan pura e inocente que ignoro la malicia que hay
a mi alrededor. El frió contante ralentiza mis movimientos ya que si me quedo
quieta, solo seré un cubo de hielo"
Creo que estoy comprendiendo mi camino, las cosas que veo que encuentro
en este lugar son como yo, puras y frágiles no hay nada que las corrompa,
obviamente ya estoy familiarizado de este lugar y no creo que yo sea algo
que lo esté corrompiendo, pero no sé, siento que mi propósito en este lugar es
vacío aunque sé que tengo un objetivo.
Las cosas se pusieron tensas aquí, ya que mi sentido de la dirección se hizo
nulo y no sabía si quiera si estaba caminando en círculos. Aunque no me
quede quieta solo seguí caminado sin importar si estaba redundando en el
mismo lugar. Y entre la ventisca me pareció ver pequeñas criaturas negras con
un pequeño pico, deslizándose por el hielo y desapareciendo en un hueco
con agua.
Las cosas en la ciudad estaban muy tranquilas como siempre, hoy es mi
cumpleaños 10 de enero, ya tengo un año y tres meses en este lugar, y no
estoy obsesionada contando cada día en este lugar sino que me gusta hacer
un registro del tiempo.
No sé si estar feliz o triste, pero lo único que sé es que es mi cumpleaños, un
día más estando sola, o será que he estado tanto tiempo de igual manera que
no creo que un día como hoy cambie. Solo un día más, simplemente eso.
Me desperté como siempre, comí y me fui al colegio porque de paso me
cayó día jueves, casi final de semana. El fin, mi madre me deseo un feliz día, no
sé si era sarcasmo o lo decía e corazón, pero bueno no le tome tanta
importancia como en realidad debería ponerle.
Dirigiéndome de camino al colegio me encontré con un billete, y cuando fue
a recogerlo y levante nuevamente la mirada vi a ese chico del supermercado
hace unos meses atrás. Estaba acariciando a un gatico amarillo, mientras le
daba de comer.
Me acerque a él con excusa de ver al gato inmiscuyéndose entre ellos.
––– hay... que gatito tan lindo. ––– le dije, con todas las ansias de hablar con
el que hasta me creí lo del gato, no es fuera feo pero estaba era callejero.
––– si verdad. Su nombre es silvestre.
––– mmm... y ¿es tuyo o es callejero? ––– le pregunte.
––– ah... es callejero, pero por estos lados le llaman así. ––– me dijo mientras
acariciaba al gato.
––– ok. Ah disculpa mi nombre es Antonella. Mucho gusto.
––– igualmente, yo soy miguel. ––– me dio su mano para estrecharla.
––– Aja... ––– le estreche su mano.
Desde allí comenzamos a hablar ligeramente de nosotros de las cosas que nos
gustaba, por primera vez que hablaba con alguien y no le sentía ningún interés
o alguna rara corazonada.
––– y ¿de dónde eres...? ––– me dijo miguel.
––– bueno me mude hace una año y pico, ahora vivo aquí y bueno ahora
estoy aquí contigo. ––– le dije y terminando una pequeña carcajada.
––– bueno yo en cambio eh vivido aquí toda mi vida, ya que esta es mi
ciudad natal.
––– mmm... eso es bueno, creo. ¿Y en que colegio estas?
––– ¡en el iluminius risa!
––– enserio yo también. ¿En qué año? ––– le dije sorprendía.
––– tercero ¿y tú?
––– igual, es que yo te había visto algunas veces en algunas clases, pero
nunca me había acercado a hablarte.
––– bueno... yo también creo que te eh visto.
––– si debe ser. Entonces... ¿tienes amigos?
––– no, al igual que tú por lo que veo.
––– bueno tienes mucha razón y un buen ojo por lo que veo.
––– Pero creo que ya tengo un amigo... ––– dijo sonriendo y mirándome
––– ¿si quién?
––– es una linda chica que está a mi lado.
––– ¡...! ––– lo mire y sonreí igualmente como él lo hacía.
Hubo unos segundos de silencio que fueron despedazados por una risa
seguida de otra entre nosotros. Paramos un momento en frente de una
panadería en donde miguel y yo nos sentamos a tomar café.
––– ¿lees?
––– ¡si! Me encanta.
––– yo no leo mucho, pero si escribo me encanta escribir aunque no escribo
desde hace un tiempo.
––– si y ¿qué has escrito?
––– bueno cosas sin importancia. Cosa tortas no más de tres hojas, pero
nunca las sigo, no tengo inspiración.
––– si... que malo que no tiene algo aquí para leer. ––– puse una mueca
triste.
––– Bueno déjame ver... ––– dijo mientras revisaba su bolso.
––– espera mira la hora, ya van a empezar las clases. ¡Vámonos! ––– dije al
ver la hora en la muñeca de miguel que cargaba un reloj.
Nos paramos como locos sabiendo la hora, pagamos a mita y estuvimos
juntos hasta que entramos s nuestros diferentes salones.
Ya que estábamos en diferentes clases tuvimos que separarnos, pero teníamos
al menos algunas clases en común en la semana. Ya que después de todo en
el almuerzo nos encontramos y seguimos hablando.
––– por cierto hoy es mi cumpleaños.
––– porque no lo dijiste de un principio ¡feliz cumple! ––– dijo mientras me
abrazaba desprevenidamente.
Me hizo sentir muy bien, no sé de qué manera explicarlo pero lo hizo. Todo
ese día nos la pasamos junto lo que podíamos estar. Cuando estábamos
viniendo a casa y me estaba despidiendo de miguel.
––– oye podríamos intercambiar números, para hablar ¿no?
––– claro toma y dame tu teléfono. ––– dijo y m paso su teléfono, para
anotarle mi número.
––– listo. Estamos en contacto.
––– ¡si...!
No sé qué pasa que o se cómo explicar lo que siento, será felicidad o
solamente desconfianza e que pase simplemente lo miso e siempre. Será so la
desconfianza que se ha ganado la sociedad que ni siquiera puedo tener a
alguien con quien hablar.
––– (Sonido de campanas) ––– estaba sonando mi teléfono. Me había
llegado un mensaje ––– hola, ya llegue a mi casa espero que hayas llegado.
––– estoy por llegar. ––– le respondí.
Curiosamente ese día mi madre se había animado a hacer un bizcocho e
vainilla. Pero no creo que se allá acordado que era por mi cumpleaños. Pienso
que ella no es una mala madre sino que no supo cómo tratarme ya que
supuesta-mente pase toda mi infancia en una guardería y no experimento ese
periodo de maternidad y ahora solamente la está experimentando con mi
hermano. Mientras estaba en mi habitación pensaba solamente en los
acontecimientos del día.
––– (Sonido de campanas) ––– sonó el celular. ––– ¿cómo estás? ¿Llegaste
bien?
––– si llegue, bien y lo estoy también. ––– le respondí.
––– mmm... está bien, y ¿qué te hicieron hoy?
––– bueno, por ahora nada y para más tarde más de lo mismo. Pero no
importa.
––– como que no importa, es tu cumpleaños.
––– siempre ha sido así no te tienes de que preocupar, ya me eh
acostumbrado a esto, al menos te pude conocer en este día.
––– oye eso es lindo, yo también me alegro de haberte conocido. ––– me
escribió con dos caritas sonrientes y unos corazones.
––– digo lo mismo. ––– dije mandándole unos arcoíris.
––– y ¿mañana que vas a hacer después el colegio?
––– bueno, pues nada por ahora. ¿Porque?
––– no por nada, solo quería saber. Y ¿cuál es tu última clase?
––– mmm... historia universal. Oye ¿escuchas música?
––– no por desgracia, no me gusta ningún tipo de música, ósea no es que la
odie pero tampoco es que escuche frecuentemente, así que no soy muy fan
de ella, pero si tengo alunas canciones que me gustan pero nada más.
––– está bien. Y ¿qué te gusta entonces?
––– bueno, me gusta escribir, leer aunque no lo hago mucho, me gusta ver
las nubes, hablar sobre temas inexplicable. ––– al final me mando un
emoticono de unicornio.
––– mmm... a mí me gustan casi las mismas cosas pero también dibujar,
escuchar música, entrar en mi mente, pensar, crear hipótesis.
––– enserio, a mí también. Creo que el mundo es un sistema creado por
poderes, que se subdividen y crean a la sociedad, como a la vez lo que nos
limita de lo que podemos hacer y lo que no.
––– puedes tener razón, pero también esta creado de esta forma para que la
sociedad se subsista e manera remota a través de organizaciones mayor
poder y así nos desarrollamos y nos controlan para mantener la paz.
Esa noche me la pase escribiéndole a miguel y viceversa hasta que uno un
punto de la noche que sin querer me que dormida y no fue hasta la mañana
siguiente que mi cuenta de ello.
––– perdón, perdón, perdón, perdón. Perdón. ––– le escribí a miguel pero es
después me di cuenta de que antes e mi último mensaje ósea el que acababa
de escribir había uno de miguel.
––– bueno será mejor que me vaya a dormir buenas noches, hablamos
mañana. ––– me escribió, en conjunto a unas caritas sonrientes seguidas se
arcoíris y nubes de sueño.
Eso me tranquilizo completamente y cuando me fije en la hora ya eran casi las
cinco de la mañana y seguí durmiendo pero más tranquila de que no deje e
miguel en visto.