en ocasiones, amamos algo tan intensamente
que nos ciega.
Ignoramos el dolor,
nos embriagamos de autocompasión
y no sabemos cuándo es el momento de dejar ir.
A veces, aunque creamos que no
los cambios son mejores de lo que esperábamos.
Había pasado mi vida rodeada de gente que me limitaba
me amarraban
me encadenaban
me hacían pensar que yo era la que estaba mal.
Pero, dulce inocencia
oh, cuán inmensa era mi ignorancia
escúchame querida
estoy mal, y muy equivocada
y estoy un poco loca
pero hay algunas cosas que sé
escucha, cariño:
busca siempre el lugar dónde más te sientas amada
busca esos compañeros de alma,
que incluso cuándo dices que el cielo es lila,
que en el mar los pájaros abren vuelo
y que eres más hermosa de lo que pensabas
ellos se rían, y te den la razón,
aunque sepas que no es cierto.
Busca el lugar indicado en este mundo lleno de gente descoordinada
y siente que por una vez
por un segundo
perteneces en un lugar.
Cariño, busca ese lugar en dónde puedas recostar tu cabeza
y calmar los latidos de tu corazón
tal vez derramar unas cuantas lágrimas
y decir te amo en voz alta
sin vergüenza y sin temor.
Una vez, alguien me dio una pizca de misericordia,
me acarició un poco
y me hizo reír un par de veces
luego me golpeó
me arrebató un par de sueños
y cuándo me escuchó gemir en el suelo
me dijo que me callara.
pero jamás nadie había sido tan generoso conmigo,
así que me aferré a esa pizca de bondad
y cuándo alguien me trató de apartar
lloré y grité
hasta que finalmente, cuándo estaba muy lejos
alguien más me hizo sentir que valía algo
y encontré un lugar dónde recostar mi cabeza
y sentirme amada.
te encontré.