“A una pequeña chispa le sigue una gran llama.”
(Dante Alighieri)
Lun y Jenna me llevan a rastras hacia la salida del gimnasio y, en el trayecto que conduce a su dormitorio -que es el mismo en el que desperté antes- me platican sobre sus poderes.
Lun es una ilusionista, se focaliza especialmente en crear diversas criaturas u objetos lo suficientemente reales como para engañar a las personas a su alrededor.
Ella puede dibujar lo que quiera, -de menor poder que ella-, en pergaminos y hacerlo realidad; sin embargo, este engaño no solo cuenta con un límite de tiempo, sino que se desvanece si a quien busca engatusar descubre que lo que está frente a él no es más que una ilusión. Sus habilidades en el combate cuerpo a cuerpo no son las mejores, según ella, pero puede mantenerse en pie en el campo de batalla.
Los ilusionistas son expertos manipuladores de la realidad, pero para que sus ilusiones funcionen, ellos deben tener fe en ellas. Para fortalecer este tipo de magia, requieren entrenar con frecuencia, es necesario que puedan aumentar no solo la cantidad de creaciones que generan, sino la fortaleza de estas.
Jenna es un hada, como tal puede hacerse diminuta, liviana como una pluma, aspecto que la ayuda a flotar con las corrientes de aire, y sabe crear polvos que permiten adormecer a las personas y elaborar néctar.
El proceso de elaboración conlleva una enorme cantidad de energía, por eso para conseguirlo debe estar descansada y con buena salud. Aunque nada le ha impedido hasta ahora conseguir el licor que tanto anhela.
Uno de los poderes más extraños en Jenna, incluso para un hada, es la capacidad de abrir portales por las distintas Dimensiones, pero aún no ha logrado controlarlo.
También, mediante algunos conjuros, le aporta a algún integrante del grupo atributos como fuerza o suerte, pero estos hechizos no duran mucho tiempo y nadie debe hacerla perder la concentración mientras los ejecuta. En lo que se refiere a los ataques, es buena en artes marciales y arrojando dagas a sus objetivos.
—Perdona si es algo que no debo preguntar, pero nunca había visto a un hada, ¿ en dónde están tus alas?
Ambas se detienen de golpe frente a mí. Solo veo sus espaldas. De pronto, el ambiente rebosa de tensión. Voltean a la par a verme, Lun abre la boca para decir algo, pero Jenna la interrumpe.
—No es importante. Por favor, quisiera no tener que volver a hablar del asunto.
La forma en la que lo dice es totalmente relajada, pero no paso por alto la frustración de su voz y la tristeza en su rostro. Lo que me dice que es un tema delicado que no debo volver a mencionar.
Me explican rápidamente cómo se encuentran las cosas en el mundo, ya que Will no hablaba mucho al respecto.
Al parecer estamos perdiendo: La guerra entre la Dimensión de la Luz y la Dimensión de la Oscuridad empezó hace tanto que nadie recuerda con exactitud cuándo o por qué pasó, aunque claro, circulan leyendas al respecto.
En los últimos tiempos, el gobierno de la primera fue derrocado y la mayoría de las criaturas mágicas han sido encarceladas o están combatiendo.
En este lugar se encuentran aquellos niños huérfanos o dejados al cuidado de Aaron por parte de progenitores.
El hogar de duendes, hadas y elfos, La Dimensión Alternativa, fue dominado por completo, o eso es lo que mencionan los rumores que difunden los mágicos de este mundo.
Hay más criaturas sobrenaturales: licántropos, ciclopes, gigantes, sirenas y otros. Muchos de ellos son nativos de La Dimensión de la Luz; otros, de la Alternativa y algunos de ellos de la Oscuridad.
Los humanos habitan tanto en las sombras como en la luz. Los primeros son esclavos de los seres mágicos, ya que estos se consideran superiores; los segundos viven entre nosotros, pero ignoran por completo la magia y el poder omnipotente que reina a su alrededor. Por eso es necesario protegerlos y asegurarse que esto siga así, nadie sabe el caos que podría ocasionar que conozcan nuestra existencia.
En el pasado, muchos siglos atrás, los humanos descubrieron la existencia de las hadas, las brujas y los yūgen, y su reacción no fue precisamente buena, pensaron que habían eliminado todo rastro de magia de este mundo. Y así es como debe permanecer esa situación.
Cuando los duendes se vieron obligados a huir de sus hogares, distribuyeron por el mundo algunos objetos de gran valor: joyas, cuadernos, cristales, entre otros miles de artículos capaces de otorgar a quien los posea habilidades especiales.
La magia es una cualidad que los duendes no poseen, mas con voluntarios que tengan esas destrezas es posible atribuirles esos dones a distintos elementos. Los duendes alquimistas son los únicos que pueden hacer esta conversión, al menos que se sepa.
No es un don con el que nazcan, sino que otro que lo anteceda debe enseñarle a hacerlo. Las historias cuentan que la mismísima Neferis le enseñó al primer duende cómo hacerlo y este le transmitió el conocimiento a los otros. Convirtiéndolo así en un saber milenario.
Personalmente, pienso que la leyenda es real. No encuentro una mejor explicación para tener tal conocimiento sobre las propiedades mágicas y cómo atribuirlas.
El objetivo principal de los residentes de la Academia es evitar que Aleix consiga estos objetos de gran valor. Si se quiere considerar una misión como exitosa, deben recuperar los cristales mágicos antes que de él los alcancé. Para eso, en ocasiones se ven obligados a pelear contra el yūgen de la oscuridad.
Oriundo de la Dimensión de las Sombras, su único propósito era matarme. Los yūgen son humanos con magia, dominan todos los elementos; aunque, como Aaron bien me dijo antes, uno debería predominar sobre los otros. En ocasiones, también poseen otros dones especiales que no suelen repetirse: algunos leen las mentes, otros pueden hacerse invisibles, hay una gran variedad en ese aspecto.
#15164 en Fantasía
#3271 en Magia
fantasia y magia elemental, comedia romantica y aventuras, batallas y dimensiones
Editado: 24.09.2020