Una Flor En Otoño

Capítulo 9

Maraton 3/3

 

Mi humor para el lunes no fue el mejor todo por no dejar de pensar en que pasaría cuando nos encontramos, se supone que descansar era el objetivo, sucedió todo lo contrario sólo pensé en esa estúpida serenidad que lo acompaña también pensé en la idea de Kell una arriesgada pero válida hasta cierto punto. 

 

Con cada segundo la idea tomaba mejor forma en mi cabeza casi para ser un plan infalible. 

 

Esa mañana no espere a la rulosa

 

Las clases tan tediosas como de costumbre, en el breve descanso de estos dos días llegue a un acuerdo con Kell, ignorar a esos dos, ella por algún motivo que desconozco quiere ignorar al bibliotecario y por mi parte necesito evitar al chico del buzo. 

 

No hacer nada impulsivo, ganar todo por méritos propios el plan al que me obligue a pensar que era el indicado para acoplarme, una voz en mi interior pedía con urgencia venganza y humillación pero no se lo concedería, no está vez.

 

El receso llegó con dos locas caminando en las sombras de los pasillos con una bandeja llena de comida cada una,aclarar quienes son las dementes está demás pues la respuesta es clara.

 

Comimos en el antiguo salón de danza, el gran espejo abarcaba una pared completa, el pasillo era liso como una pista de patinaje, el salón se encontraba vacío hace algunos meses por la construcción de uno más moderno en el segundo piso dejando este de lado cómo un juguete viejo, a pesar de estar casi abandonado seguían haciendo aseo en él por lo cual no tenía telarañas o polvo en ningún rincón. 

 

—¿Nadie viene a este lugar? —trago un pedazo de flan mirando el gran espejo— es muy... solitario, perfecto para pensar un rato 

 

—Ya sabes donde venir cuando sientes que no puedes más te aseguro que nadie pisa este lugar —acomode algunos mechones tras mi oreja— ¿pasó algo con él? 

 

—¿Qué harías con una persona que te hace desplantes muy continuos? —dejo la comida a un lado 

 

—Mira siendo sincera, lo mandaría a comer cacahuates con el cachudo  —me encogí de hombros deslizando mis pies por el piso pulido— ¿Tu que harías? 

 

—Probablemente lo mismo —pego su piernas flexionadas a su pecho 

 

—¿Entonces por qué estás aquí?, escondida huyendo del causante de esta desanimada chica que tengo enfrente 


 

—¿Por qué estás huyendo de Adriel? —me regreso la pregunta estratégicamente

 

—Olvidas una pequeña diferencia, yo no tengo un enredo amoroso con la rana escamosa —di pequeños giros sin dejar dejar hablar— así que no hay punto de comparación Kell 

 

—¿Rana escamosa? —se burló del apodo su sonrisa duró poco 

 

—Ven —le extendí una mano con expresión dura 

 

La acepto dudosa de mis intenciones, la tome de ambas manos con fuerza y empecé a girar.

 

Ella frenó mareada y riendo escandalosamente, la abrace con fuerza.

 

—Hay algo que no debes permitir que ni él ni nadie te robe Kellsy —musité sin dejar que se soltará— tu sonrisa y felicidad, eso nadie te lo puede arrebatar 

 

Apoyó su frente frente en mi hombro 

 

—Puedes mandar al carajo esta situación con Michael pero no puedes acabar contigo misma en el proceso —le sobe la espalda con dulzura, una que solo mostraba en ocasiones especiales. 

 

—Lo se —pronunció bajito—¿podemos no hablar más de esto?

 

—¿Te hizo algo? —insistí sin moverme 

 

—No, yo soy la que ha estado dejándolo plantado —se río con sequedad— ni eso ha funcionado para que me deje 

 

No hablé más, su mirada sólo suplicaba que la entendiera, no necesitaba palabras, necesitaba apoyo para sentir que no estaba sola.

 

—¿Estás enamorada? —nos sentamos en el suelo 

 

—¿Cómo se siente estar enamorada? —arrugó los labios mirando un punto indefinido en el espejo 


 

—No lo sé —en mi memoria no guardaba recuerdos para hallar una respuesta a eso— supongo que nunca lo he sentido 

 

—¿No sentías amor por, ya sabes quien?

 

—Supongo que la quería, no al punto de decir que estaba enamorada  —apreté los labios en una fina línea recta— creo que a mi manera lo quise 

 

—¿Nunca estuviste segura ?

 

—No sigas con esto, eres consciente que aún no hay punto de comparación ni lo habrá 

 

—Lo sé —suspiró levantándose— una vuelta despejará nuestra mente

 

Pasamos por el comedor dejando las bandejas junto con las demás listas para ser lavadas. 

 

Me encontré a mi misma dando pequeños vistazos a ambos lados del pasillo para cerciorarme de que la rana escamosa no estuviese cerca, el debate seguía en pie. Venganza engrandecer mi orgullo o ser justa sin trucos, solo por esto decidí ignorar al chico amargado sin tener una respuesta clara no podía verlo por ahí con esas muecas de irritación. 

 

—Tiene buenas intenciones —seguimos caminando 

 

—Está ilusionado tiene una versión de amor un poco antigua, se está esforzando 

 

—No tenía planeado que esta sucediera por el contrario era solo un juego de miradas, nada más — miro el techo resoplando 

 

—Dicen que las mejores cosas suceden de imprevisto, sin darte cuenta 

 

—Amaneciste poética hoy Issy —se burló con nostalgia en los ojos— seguir cada paso hasta graduarme solo debía hacer eso

 

—No puedes vivir aferrada a tener el control cada maldito segundo 

 

—Tampoco pudo existir esperando que me depara el día —bufó frustrada— no soy como tu 

 

—No te estoy pidiendo que lo seas, solo relájate —apreté su hombro con suavidad— además nadie se iguala a lo maravillosa y espléndida que soy 



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En el texto hay: juvenil, juvenile romance, romonace

Editado: 29.06.2022

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