Una Historia Mexica

CAPITULO II - Metztliapan y los seres del mar

Después de haber zarpado de Warikuta nuestros jóvenes amigos se encuentran desconcertados y aun aturdidos por lo sucedido en su aldea, se dirigen a un lugar que no saben si en realidad existe o solo son leyendas. 

 

 - Naolin llevamos días en esa balsa – dijo con voz desanimada Yuma – creo que fue un error el haberte seguido, nuestro deber era ir con nuestra gente a ayudarla. 

- Tranquilo Yuma – comentó Edahi – se que Naolin solo actúa sin pensar, pero aun así creo que fue mejor el venir, que quedarnos ahí y esperar que nos mataran. 

- Cállate Edahi – dijo Yeratzi un poco molesta y triste – no repitas eso, que lo que sucedió fue feo, todo lo que conocíamos en unos momentos dejo de existir todo lo que conocíamos, y ahora estamos aquí, aunque con hambre y sin saber que nos depara el destino, pero vivos y eso es lo que importa.

- Así se habla – respondió Naolin con voz alentadora – sabemos que esto fue lo mejor y pues como dijo ya Yeratzi estamos vivos. Además, hay algo que les tengo que contar. 

 

 En ese momento Naolin saco de su bolso el cofre que habían encontrado, al verlo Edahi, Yeratzi y Yuma quedando sorprendidos al ver las extrañas marcas que había en él. Naolin les comento que ese cofre lo había encontrado justo en el lugar que había visto en sus sueños en lo alto de la montaña, y al parecer era lo que buscaban esos extraños seres. Al examinarlo mas de cerca notaron que en la parte de abajo había hendidura como si esa parte fuese sobre puesta después de haberlo realizado. Después de unos intentos lograron abrirlo y de él cayo un pergamino en el cual estaba plasmado un mapa con los mismos símbolos que tenia grabado el cofre en el. Pero nuestros amigos no sabían que significaban. 

 

- ¿Qué serán esos extraños símbolos? – pregunto Edahi - No lo sé – respondió de manera rápida Yuma – pero este dibujo de aquí se parece mucho a nuestro hogar (mientras señalaba cerca de una orilla del pergamino. 

- Tienes razón Yuma aquí esta nuestra aldea – dijo con sorpresa Yaretzi – entonces eso significa que después de toda esta agua si encontraremos tierra y podremos sobrevivir. 

- Se los dije – mencionó Naolin un poco altanero – yo tenia razón, pero ustedes siempre desconfían de mi gran sabiduría. Entonces si este pergamino muestra todo nuestro mundo eso quiere decir, que los otros símbolos representan algo que ver con esta era pero que será. 

- Recuerdan la historia que nos contó la anciana Quilaztli sobre la creación de esta era – dijo Yeratzi – aquella en la que supuestamente cuatro dioses recorrieron todo Aztlán en busca de algo para crear el planeta. 

- Ehhh siii – respondieron todos. 

- Estoy casi segura de que cada uno de estos símbolos se refiere a cada uno de esos dioses – acentuó con firmeza Yeratzi 

- Puede que tengas razón – dijo Yuma – pero ¿cual será cada uno de ellos y porque están grabados tanto en el pergamino como en el cofre? 

- Muy buena pregunta – respondió Naolin – y la única forma de averiguarlo es ir a cada uno de esos lugares y descubrirlo por nosotros mismos. 

 

 Después de un par de días mas en la canoa y con el animo mas elevado por lo que habían descubierto nuestros jóvenes aventureros viajaban por el basto océano, cuando de la nada una sombra aparece debajo de su embarque, lo cual previno un poco a sus amigos por el extraño movimiento que había realizado; luego esa sombra desapareció así como aprecio y a los pocos minutos del agua salto una criatura bastante extraña para nuestros amigos, era una voraz, primitiva y monstruosa criatura marina, mitad cocodrilo y mitad pez. 

 

- ¿Pero que demonios es esa cosa? – preguntó Yeratzi con una voz aterrada. 

- No lo sé – dijo Yuma mientras trataba de recobrar el equilibrio – pero por alguna extraña razón esta furiosa. 

- Sujetense fuerte – grito Naolin – se aproxima de nuevo. 

 

 Esa criatura se acercaba con gran velocidad hacia nuestros amigos, y de una gran tacleada logro voltear la canoa y hacer que salieran volando por el aire todo lo que había en ella. Al salir a la superficie Yeratzi, Yuma y Naolin intentaron voltear la canoa y adentrarse en ella nuevamente y luego de calmarse un poco, notaron que Edahi no se encontraba con ellos. 

 

- Un momento – dijo con preocupación Yeratzi - donde esta mi hermano, no lo veo. 

- Edahiiiiii!!!!!!! – gritaron todos tratando que le respondieran. 

- Un momento ¿y el cofre? - exclamó Naolin. 

- Te preocupa mas un cofre que el bienestar de mi hermano – respondió Yeratzi furiosa y con lagrimas en los ojos – acaso no te importa tu amigo. 

- Claro que me importa – mencionó Naolin tratando de tranquilizarla – pero él esta bien recuerda que es muy fuerte, pero ese cofre es lo último que tenemos de nuestra aldea, además de nosotros.

 

Mientras los tres amigos seguían buscando a Edahi, otra sombra iba apareciendo poco a poco; todos en la canoa se asustaron pensando que la criatura que los había atacado poco antes había vuelto, pero para su fortuna de esa sombra emergió otro ser un ser diferente de piel azul, ojos grandes orejas en forma de aletas como las de un pez, de su cabeza brotaba una especie de cola y dos antenas pequeñas que brillaban con la luz del sol, y sus manos y pies eran un tanto largos y delgados. 




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