Una Hoja Por Cada Lamento

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Yo también amaba a mamá, lo sigo haciendo, pero aprendí a aceptar que ya no está ni estará junto a nosotros, acepté eso, porque la recuerdo con amor y la tengo grabada en el alma. Todos los domingos me encargo de visitar su tumba y contarle las novedades. Hasta le hable de el chico, de Nick.

Mi mejor amiga Olivia y mejor amigo Hunter me trataban de convencer casi todos los días para salir a algún lugar, pero mi excusa siempre era la misma, no podía llegar tarde a casa.

A veces sentía que me estaba privando de muchas cosas por estar al cuidado de papá. Aunque al final creo que sí era así.

Un día fui a la tienda y estaba haciendo las compras semanales cuando un chico se posicionó a mi lado. Creí que me daría un infarto cuando note que era él, y me miraba con curiosidad, me fui casi corriendo al terminar de pagar. Sentía que transpiraba.

Eso estuvo en mi mente todo el día, poniéndome boba.




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