“La energía vital es lo que los humanos llamábamos con anterioridad “alma”. En las antiguas religiones jugaba un papel fundamental porque se decía que al morir, el espíritu de una persona iba al cielo o al infierno según como el sujeto en cuestión se hubiese comportado en vida, o que volvía a la tierra con otro cuerpo. Este último pensamiento es el que nos interesa porque muchos de estos individuos reencarnados decían tener recuerdos de vidas anteriores. La pregunta es: ¿Puede realmente esa energía vital contener los recuerdos de las personas? Si alguna vez lo descubrimos sería un gran avance para la ciencia. Gran parte de los ciudadanos terrestres del pasado eran escépticos en cuanto a la existencia del alma, eso no impidió poner a prueba la idea en el siglo diecinueve pesando a personas antes y después de morir. El resultado del experimento fue que los cadáveres perdían veintiún gramos. Ahora estamos en pleno siglo veintiséis y todavía se sigue debatiendo si es el alma la que provoca esta disminución de peso, o son los procesos biológicos.”
“Una breve recopilación de fenómenos que la ciencia apenas puede explicar”: Teniente Patrick Ousbourne, cuerpo científico de la nave Kertrena.
– ¿Por qué la computadora no responde? –dijo el capitán jadeando por el esfuerzo de haber corrido tan rápido.
–Debe de haberla bloqueado de alguna manera. Si ella pudo hacerle esto a la nave ¿Quién sabe de qué más podría ser capaz? –Sula se colocó frente al escáner de la puerta del puente –con todo respeto capitán, debería entrenar más seguido. Esta simple carrera lo ha dejado fuera de combate.
–Lo tendré en cuenta.
La puerta se abrió mostrando que la mayoría de oficiales que habían sido noqueados ya estaban en sus puestos y que la niña pelirroja ocupaba el asiento del capitán. Ver aquello indignó a Sula de tal manera que apretó la mandíbula para no maldecir. Él, que siempre era tan tranquilo, estaba al borde de perder los nervios.
–No pudimos hacer nada capitán, la cosa metálica ha construido un escudo alrededor de la chica –dijo el Teniente Nari–. Y ahora nuestros módulos están bloqueados.
–Si no hubiese bloqueado vuestros módulos ahora mismo estaríamos todos fritos. Ustedes dos son muy lentos, por cierto –dijo dirigiéndose a los últimos que llegaron.
– ¡Esas naves son Trahosianas! ¿Cómo es que no nos han vuelto a atacar? –dijo el capitán.
–Porque –la teniente Gnamura trató de parecer calmada aunque la verdad era que todavía no podía creer lo que estaba pasando–… no pueden vernos.
– ¡Eso es imposible! –exclamó Sula.
– ¿Tiene alguna otra explicación Comandante Sula? –preguntó Ana.
–Pero ¿Cómo puede ser posible? –el Comandante miraba la pantalla de su interfaz sin dar crédito a lo que estaba viendo.
Las naves Trahosianas se movían alrededor de la Kertrena sin atacarla.
– ¡Piratas espaciales! Solo dos naves de esas lograron salir de la lucha en Beta Mayor y nos tocan a nosotros –Lok rió
– ¿Qué fechorías han cometido esos piratas? –Ana cogió a Pixie entre las manos.
Sula suspiró. Todavía tenían que hallar una manera de aislar a la niña sin que alguien saliera herido. No le quedaba más opción que responder a sus preguntas –Esos piratas tomaron una de nuestras naves y eliminaros a todos los tripulantes que venían dentro después atormentarlos durante días.
–Bien, les dejaré un regalo antes de irme. Para agradecerles que me hayan rescatado de mi cápsula –le susurró algo al robot que se elevó en el aire.
Del interior de Pixie salieron cinco esferas diminutas.
–Son reorganizadores de materia –explicó Ana.
– ¿Qué quieres decir con eso? –preguntó Sula.
–Ya verás.
El Comandante Sula se había dado cuenta de que la extrañeza de aquella niña iba más allá de su disposición de órganos. No había visto que la expresión en el rostro de la infanta cambiara ni una sola vez. Sintió otra vez un escalofrío ¡Aquella niña era muy peligrosa!
Las esferas atravesaron la pared metálica de la nave como si solo fuera una cascada de agua. Siguieron avanzando fuera de la Kertrena viajando casi a la velocidad del sonido hasta un grupo de asteroides cercanos. Las bolas comenzaron a girar alrededor de las grandes rocas y estas fueron desintegrándose hasta convertirse en una nube de polvillo muy fino que fue transportado hasta las naves enemigas.
–Listo, las naves Trahosianas están inmovilizadas, ya podemos aparecer de nuevo.
La Kertrena volvió a hacerse visible a la vez que los piratas dejaban de moverse.
– ¿Qué les pasó? –preguntó Nari.
–Están momificados –respondió la niña.
– ¿Los mataste? –el capitán hizo una mueca.
–No están muertos, todos los signos de vida siguen ahí –dijo Gnamura.
–Ez la nave la que eztá muerta.
–Parece que solo tienen tres sistemas funcionando –dijo Rogers.
–Oxígeno, calefacción y planta hidráulica –Ana se puso de pie– Hasta nunca a todos.
– ¿Estás segura de que quieres irte? Serías muy útil para la Unión, tu tecnología es fascinante –Roy puso las manos detrás de la espalda y se balanceó sobre los pies
–Si mi tecnología cae en malas manos sería una catástrofe. Mis conocimientos se irán conmigo a la tumba.
–Entonces ¿Podemos confiar en que nuestros enemigos no recibirán tu apoyo? –preguntó Sula.
–Yo soy vuestra enemiga, voy a destruirlos, esa es la misión que me impusieron –Ana desapareció.
Oír algo así de los labios de una niña… a Sula se le hubiesen puesto los pelos de punta si hubiera tenido pelo, claro.
En “su habitación” Ana sentó en una silla que había junto a la cama. La caja con sus inventos estaba en una esquina.
–Pixie, mi memoria no está muy clara, ¿Tienes algo que pueda ayudarme?
Pixie pestañó –me dejaste instrucciones para una momento como este, pero creo que va a ser muy difícil para ti asimilarlo todo, de hecho, muy difícil.
Ana aspiró aire fuertemente. Allí, fuera de la vista de toda forma de vida orgánica podía mostrar sus sentimientos. Miró al suelo mientras trataba de eliminar de su cerebro la inquietud que se reflejaba en su estómago.
–Estoy lista, Pixie. Ejecuta las directrices.
Pixie reprodujo un video sobre una de las paredes. En él se veía a Ana dibujado algo sobre una hoja de papel. La niña del video miró a la cámara.
–“Soy un experimento. Me construyeron un cuerpo de aspecto humano pero que contiene órganos de otras especies que me confieren algunas habilidades. Además de ser mucho más ágil y fuerte que cualquier otra especie, fui modificada con el objetivo de que pudieran sustituir este embase infinitas veces y así poder vivir durante muchos años para crear tecnología jamás antes vista. Me impusieron la misión de destruir la Unión Intergaláctica de Planetas pero no puedo hacerlo, va contra los principios que me enseñó mi verdadera familia. Mis padres robóticos utilizan métodos de tortura para moldear mi conciencia. Siempre lo logran pero esta vez pude recordar antes de que ellos se dieran cuenta y me renovaran. Siempre borran de mi memoria todo lo que no tenga que ver con tecnología, comunicación y defensa, pero los recuerdos vuelven a resurgir. Espero que Pixie pueda esconder esto de ellos. Sé que me renovarán pronto. Soy un clon, de un clon, de un clon. Por suerte mi energía vital está intacta y es por ello que he sido capaz de recuperar muchos de mis recuerdos originales. Mi nombre ahora es Ana, así me llamó el Doctor Poder, pero mi verdadero nombre es Salliana Rhar–Tok. Nací siendo una Kalamita. Mi padre se veía más o menos así –mostró el dibujo– Él se llamaba Sula y mi madre, Sira. Mi madre murió por la mordedura de un Naperús, un reptil que se parece mucho a una serpiente terrestre, cuando yo tenía cuatro alineaciones lunares. Mi mascota se llamaba Rin. Me llevaron de mi planeta luego de que cumplí los siete –Ana miró a la puerta– ¡Ya vienen! Pixie, escóndete.”
El video culminó. Ana estaba en el suelo, se había desmayado por la fuerza de los recuerdos que acudían a su mente.