POV Ivón
Voy hacia lo que parece ser una cama con unas sabanas dobladas en una esquina y la desdoblo para luego acostarme—¿qué estoy haciendo? No estas de vacaciones aquí Ivón—me levanto para ver como salir de este cuarto o lugar donde me encuentro y voy hacia la puerta y la encuentro sin seguro.
La abro y asomo un poco la cabeza para ver si hay personas fuera y sí, abajo se escuchaban gente conversando en ese idioma extraño que no he podido identificar cual es—si bajo ellos me verán—pienso y cierro otra vez la puerta para intentar otra cosa—la ventana—voy a la que está en el cuarto la única sin embargo, no se como abrirla siendo esta de madera no quería abrirse y le di golpes con la mano y hasta patadas para que se abriera pero, no lo hacía o yo no sabía como hacerlo—¡rayos!—me exaspero.
Doy vueltas de un lado a otro pensando que hacer—tengo que encontrar a Xiang para que me diga como volver...—algo detiene mis pensamientos cuando escucho la puerta abriéndose y yo fijo mi vista en esa dirección.
—Oh estas despierta todavía—comenta el pelirrojo con el que estaba hace unos minutos—escuche un ruido y quise venir a ver si pasaba algo aquí...—yo lo miro sin decir una palabra—es mejor que descanses y recuerda que mi habitación está al lado de la tuya.
—Rayos—musito mordiendome el labio porque ya me está preocupando todo esto y no se que exactamente hacer con esta situación.
Yo no emito más palabras delante suyo y él sale cerrando la puerta otra vez entonces, me siento en la cama a esperar unos minutos o tal vez horas hasta que las personas que están abajo se vayan a dormir y yo salir con éxito de aquí aunque no se muy bien donde debería de ir—rayos—toco mi frente para calmarme un poco porque, está hasta palpitandome el ojo por causa del estrés.
—Cálmate Ivón saldremos de esta—me digo a mi misma dándome ánimos.
Respiro hondo inhalando y exhalando para aliviar los nervios y sentada en la cama espero que pase el tiempo.
Decido apagar el celular de paso para que no se me descargue y guardarlo otra vez en mi bolsillo y espero y espero. Como a los veinte minutos saco un poco la cabeza abriendo un poco la puerta y aún se escucha murmullos—¿qué le pasa a esta gente, es que no duermen?—no pude evitar pensar y cierro otra vez sentandome en la cama esperando un poco más hasta que por el cansancio comenzando a pesarme los párpados ya me quedo dormida.
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Escucho un sonido de un toque en la puerta y abro los ojos notando que estoy sentada en una cama. Me pellisco para ver si todo esto es un sueño y no, no lo es—pase—digo al fin y entra el pelirrojo el cual, no se su nombre todavía.
—Que bueno que ya estas despierta—comenta—vamos, sígueme que tenemos cosas por hacer—dice y yo frunzo el ceño—oh,¿ tal vez quieres que te cargue para salir afuera?—yo niego con la cabeza—entonces como te dije, sígueme.
Me pongo de pie y solo pienso en que es lo que él quiere que yo haga. Vajamos las escaleras y miro por una ventana notando que está saliendo como el sol— debe ser como las seis de la madrugada—me acerco a ella y contemplo este bello paisaje que se ve en este lugar el sol saliendo junto a las montañas—es de lo más hermoso—pienso.
—Bella vista ¿verdad?
—Sí—comento—por lo menos tendré algo hermoso que recordar de este lugar—pienso.
—Pero, no podemos quedarnos aquí así que, ven—me toma otra vez de la mano.
—Este chico va a hacer que me acostumbre a esto—digo en mis adentros y me lleva a la parte trasera del castillo de piedra y veo que hay animales como vacas muy...
Él me suelta la mano y yo me acerco a una vaca que está en el corral cerca de nosotros de color marrón con pelaje en su cuerpo pareciendose a una vaca o no se—vaya, nunca había visto una vaca con tanto pelo ¿o es un caballo?—la examino más de cerca y escucho a alguien reir a mi lado.
—¡No!, es una vaca es que es así.
—Oh.
—¿Sabes ordeñar vacas?—me pregunta y yo solo pienso en porque dice eso.
—No realmente.
—Ven, te enseño—busca una pequeña silla y la pone junto a la vaca peluda—toma asiento aquí—señala la silla y yo me siento de inmediato teniendo curiosidad de como es esto—haces entonces lo que yo hago, mira como—lo observo apretar el pezón de la vaca con todos los dedos de la mano, haciendo movimientos suaves y continuos—ahora tu.
—¿Qué tan difícil puede ser?—solo razono por un momento sobre ello y me digo—es sencillo—intento hacer lo mismo que él pero, no sale nada de leche y aprieto mis manos con fuerza y la vaca hace ruidos como si le incomodara lo que yo hago.
—No es así, la vas a lastimar antes de sacarle algo— coloca sus manos encima de las mías y presiona suavemente lo que provoca que salga la leche—de esta forma hazlo—yo me quedo tiesa pues, tiene su rostro tan cerca del mío que si yo volteo podría besarlo.
—Aunque no está nada mal el chico—me pasa al pensamiento y lo desecho de inmediato.
—Practicalo, tendrás tiempo para aprender mientras tanto.
—Eh, ¿por qué debería hacer esto?—musito.
—¿Qué dijiste?—me asusto un poco de pensar que tal vez me golpearía si no obedezco y además, cuando me deje a solas con la peluda vaca podría escapar.
—Y-yo practicaré, sí—solo llego a decir maquinando como voy a salir de este lugar.
—Bien—se da la vuelta y va a acercarse a otra vaca para ordeñarla por lo que veo.
—Si no se va, ¿cómo voy a escapar?—duro unos minutos y empiezo a impacientarme porque no se va de aquí—si corro tal vez podría llegar hasta la salida—con eso en mente me levanto despacio de la silla y no pasa ni un minuto cuando el pelirrojo se acerca.
—¿Qué sucede?
—Oh, es que...—¿qué digo ahora?—quiero ir al baño o letrina o como se llame aquí—frunce el ceño—creo que no entendió, quiero hacer del uno ¿comprendes?—él me observa entonces, fijamente—¡ah!, hacer pipi ¿de acuerdo?—él como que reacciona y va adentro del castillo y regresa de inmediato con una vasija en la mano y me lo pasa—¿qué...?—me quedo como un poco descolocada.