Levana (Ayla)
¡No lo puedo creer!
Elian me está besando.
Yo lo estoy besando.
¡Nos estamos besando!
-Wow- fue lo primero que dijo al separarnos- Ese ha sido el mejor beso que he tenido en mi puta vida.
Yo no sabía que decir, mi mente quedo prácticamente en blanco y parece que él lo malinterpreto, ya que la sonrisa que tenía en su cara poco a poco fue desapareciendo hasta quedar en un una línea recta.
-Creo que es mejor que bajemos- dijo mientras se acomodaba la camisa- Deben estar esperándonos.
Sin decir nada más salió de la habitación, dejándome con un vacío gigante y sin saber porque salí tras él.
-Elian, espera.- dije mientras lo alcanzaba.
-¿Qué quieres?- dijo mirándome con una mirada que daba mucho miedo- Debemos bajar nos están esperando.
-Primero quiero saber algo- dije deteniéndolo al ver que se iba- ¿Hice algo que te molestara?
-No- sin decir nada más se soltó de mi agarre y bajo dejándome con miles de preguntas.
Al ver que no podía hacer más nada fui a la habitación a buscar mi bolso y me dirigí donde estaban los demás y salimos hacia el restaurante.
Al llegar nos dirigen a una mesa donde nos tocaba sentarnos.
Nuestro orden fue así de izquierda a derecha en una mesa redonda; Mi madre, luego la madre de Elian, su padre, luego Mía, a su lado Elian y por ultimo yo, pero en el último momento Elian cambio con Mía haciendo que una extraña aura se sintiera entre nosotros.
-¿Está todo bien cariño?-pregunto mi madre luego de que estuviéramos tanto tiempo en silencio- He notado que Elian y tú no están muy amigables que digamos.
En eso llegan a tomar nuestros pedidos.
-Es algo complicado- dije con la mirada baja- Pero creo que he hecho algo que le molesto.
"O mejor dicho no he hecho ni dicho nada"
-Tranquila cariño, ya verás que eso se resolverá- dijo con una sonrisa- Por cierto Elian, no nos dijeron como les fue en la universidad con lo de Levana.
-Bien.
Y eso señores fue la una palabra que se escuchó por parte de el en toda la noche.
La noche paso de manera rápida y muy incómoda, al menos por parte de Elian y mía, por lo que al llegar a casa me dirigí a mi habitación luego de despedirme de todos, pero antes tenía que resolver algo con Elian.
-Elian, ¿Puedo hablar contigo?-dije mientras tocaba su puerta- Por favor abre.
-¿Qué quieres?- fue lo primero que dijo al abrir la puerta.
Y creo que no estoy preparada para lo que acabo de ver...
-Creo que mejor vengo más tarde- dije mientras daba la vuelta y me encerraba en mi habitación- ¿Qué demonios acabo de ver?
-Creo que acabas de ver a ese chico Elian solo en paños menores- dijo Alexandra que no sé cómo demonios entro a la habitación- Y antes de que preguntes, solo quería saber cómo estabas, a veces me siento demasiado sola.
Yo solo la vi con recelo, todavía no me daba mucha confianza aunque sea una diosa y todo ese lio.
-¿Cómo entraste a mi habitación?- dije mientras iba al baño y me quitaba todo el rollo que tenía encima- No creas que por ser una diosa puedes hacer todo lo que quieras.
-Tranquila princesita, no he hecho nada malo- la escuche caminar por la habitación- Sé que no tenemos buena fama, pero tampoco debes ser tan desconfiada, por cierto vine a advertirte de algo.
-¿Qué quieres decir?- dije saliendo del baño- ¿Qué ha pasado?
-He escuchado unos rumores y no son para nada buenos- parece que era algo muy malo, ya que se le veía angustiada- Parece que tu primo ha hecho unos aliados algo peligrosos, no solo en el agua sino también en la tierra y por lo que sé, no es para tomar el te ni nada por el estilo.
-¿Aliados? Pero ya él tiene lo que quería- dije frustrada- ¿Para qué quiere más aliados?
-De eso Levana- dijo tomándome de las manos- Todos saben que él no es el verdadero rey, además de que la verdadera heredera está viva y parte de tu pueblo se han revelado.
En ese momento en mi mente pasaron los peores pensamientos.
-¿Qué es lo que me quieres decir? – dije asustada.
-A todos aquellos que no lo aceptan o están contra su mandato, no tienen muchas oportunidades-en eso su mirada cae al suelo soltando un suspiro- A los hombres que no desean estar en su ejército son amenazados a enviarlos donde está el Krapken y sus mujeres eh hijos son separados, no dejan que se vuelvan a juntar o que tengan comunicación con ningún otro ser
Ya esto es demasiado, no puedo permitir que mi pueblo siga así, pero me siento tan inútil al no poder hacer nada.
-Levana, sé que esto es demasiado para ti, pero debes entender que es tu pueblo el que está en peligro y que solo te tienen a ti- dijo tomándome de las manos.
-¿Pero que puedo hacer yo?- dije soltándome de su agarre y empezaba a pasarme las manos por la cara por tanta frustración- Solo soy una estúpida princesa que no pudo hacer nada ni para salvar a su familia, ¿Crees acaso que tengo alguna oportunidad contra él? No sé ni siquiera defenderme bien, además no tengo un ejército con el cual pueda combatir el de el