- Ana ¿acaso no sabes que Santi esta saliendo conmigo?
Le digo a mi compañera que mira descaradamente a mi "nuevo" novio, aunque nose que somos con exactitud.
- No te vengas a hacer la rogada ahora, ambas sabemos que tu no estaras por mucho tiempo aquí...
Recuerdo con exactitud cada detalle de esa conversación, porque dos semanas más tarde mientras ignoraba a mi padre que comenzaba a estar más feliz de costumbre me entere por terceros que Ana y Santi se habian besado frente a la fuente de la plaza del centro. Lo importante de esto es que, papá comenzo a salir a escondidas y nos convencio a todos de que fue por mi internado...
Como si los internados necesitaran zapatos.