Fin

─Siempre pensé que ellas eran malas, que eran unas arpías, pero esto, ¡Esto!, es el colmo ─ se quejó Abigail caminando de un lado a otro en el jardín completamente molesta ─ son unas víboras ponzoñosas que solo saben esparcir veneno ─ escupió molesta caminando de un lado a otro, había formado un hoyo en la nieve.

─Mi niña calma ─ le pidió su dama.

─¿Cómo me puedo calmar con algo así?, ¿cómo?, ¿cómo puedo estar tranquila cuando esparcen rumores tan viles de mí, me acusan de tener algo que ver con ese viejo asqueroso de Adams ─ dijo de manera muy ofendida.

─Sus palabras son solo eso, palabra, no son ciertas, deje de actuar cómo si de verdad lo fueran, porque por la manera en la que se está comportando es cómo si hubieran descubierto tu engaño ─ le dijo ella.

Abigail respiro profundo mientras había un gran puchero y su rostro estaba rojo de ira, respiro de manera profunda y calmada hasta que se sintió menos ira, menguo muy poco.

─Es cierto, tienes razón, no me puedo comportar así ─ dijo Abigail con voz más calmada ─ si el duque quiere creer todas esas mentiras, pues que las crea no me importa ─ dijo ella para disponerse a volver al castillo.

Lo que Abigail no sabía era que Él duque había visto todo lo que había pasado, no había escuchado lo que habían dicho, pero si la había visto caminar y encontrarse con Lady Alicia y después lo molesta que se había puesto después de eso.

¿Que había pasado?

Se preguntó lleno de curiosidad que fue lo que ella le había dicho para que ella se molestara tanto que regreso de manera tan molesta al castillo.

─Tania averigua que fue lo que paso entre ellas por favor ─ le pidio él duque mientras ella le estaba sirviendo él te.

**********

Abigail no salió de su habitación por él resto del día, no se sentia mal ni nada parecido, solo no quería salir y toparse con Lady Given o Lady Delanci, se senti muy molesta por lo que paso.

─Hija, hay que bajar a cenar ─ le dijo su madre, sabía lo que paso, su dama de compañía le explico lo que había pasado cuando salieron a caminar por él jardín, pero por supuesto eso no le preocupaba, él duque ya le había dicho que Abigail era la elegida.

─Pierdo él apetito de pensar que ellas también estarán en el comedor ─ dijo ella sin dejar de leer.

─Que ella también estén en él comedor es algo que no podemos evitar, son invitadas al igual que nosotras y cómo invitadas no podemos hacerle un desaire al duque ─ le dijo su madre

─Él le cree a ellas, que le haga un desaire está más que justificado ─ dijo Abigail.

─Si él duque creyera en rumores así no estaríamos aquí, ¿crees que nos mantendría aquí si creyera en verdad en todas esas mentiras?─ le preguntó su madre.

Abigail pensó en sus palabras y tenía razón, mucha razón, el duque de creer en esas palabras no hubiera dejado que siguieran en su castillo, más no le gustaba para nada que estuvieran diciendo tantas falsedades de ella, en la ciudad donde vivían nunca nadie pudo decir nada malo acerca de su reputación, todo él mundo sabía que era completamente intachable, pero no estaban en su ciudad, estaban muy lejos y ellas lo estaban aprovechando para lanzar su veneno.

─Está bien bajare ─ acepto Abigail.

─Esa es mi niña ─ dijo su madre feliz.

*********

En los siguientes días, él duque no paso tiempo con ninguna de ella a solas, pero si estaba con ellas en él desayuno almuerzo y cena, además de algunas ocaciones en la sala de estar conversando con ellas, conversaciones en las que pocas veces Abigail participo y sin mucho apuro llego la noche que todas estaban esperando él baile de navidad.

Desde temprano en la mañana había mucho movimiento en él castillo, peronas iban y venian de un lado para otro para que todo estuviera listo, por lo que él duque indico que para ese día lo mejor sería que cada quién desayunara en su habitación.

─Estas muy emocionada madre, ¿en serio piensas que nos ira bien? ─ le preguntó Abigail mientras desayunaba, su madre había despertado muy feliz, tanto que le parecía hasta un poco perturbador.

─Confio en que la suerte nos estará acompañando está noche ─ dijo ella mientras continuaban desayunando.

Madame Defluer llego a medio día con los vestidos ya listos, Lady Given y Lady Delanci habían mandado hacer bastante extravagantes y lleno de lujos, incluso le habían dado algo extra a la modista para que se ocupara especialmente en sus vestidos.

Por otro lado, el vestido de Abigail, era algo más simple, rojo, con detalles en dorado por toda la falda que hacía brillar la tela, Abigail quedo encantada en cuanto lo vio.

─¿Me podré quedar con él? ─ preguntó Abigail.

─Por supuesto es suyo ─ dijo la modista, Abigail sonrio encantada con la respuesta─ pues eso a sido todo, espero volver a trabajar para ustedes en un futuro ─ dijo lamodista para después retirarse y dejarlas para que se empezaran a preparar, porque a diferencia de las otras invidas, no habian empezado aprepararse, haciendo largos procesos de belleza desde que terminaron de desayunar, aunque Lady Delanc no desayuno, solo tomo jugo.

En los últimos días, limito bastante la comida que ingería, esto porque el vestido que mando a hacer lo hizo en dos tallas menos.

─Todo está listo, señor ─ le aviso Joseth al duque quién estaba mirando el anillo que entregaría esa noche.

Estaba pasando, de verdad estaba pasando, estaba a punto de comprometerse en matrimonio, estaba emocionado, nervioso y un poco asustado, sabía que ella no iba a decir, que no, necesitaba casarse, pero justo eso era lo que de cierto modo le molestaba que ella aceptaría porque no tenía otra opción más que hacerlo, quería que también, aunque fuera un poco, que ella también tuviera sentimientos por él.

─¿Abigail y su madre? ─ preguntó.

─Esperando en el salón con los demás invitados ─ contestó su mayordomo, así que tomando una profunda respiración para tomar valor, se dispuso a ir al salón donde se estaba llevando a cabo la fiesta de navidad, fiesta que no se celebraba desde hace tiempo.