Emily y Daniel siguieron viéndose durante las siguientes dos semanas.
Cuando Emily salía de sus clases, Daniel ya estaba ahí cerca de la puerta esperándola y como siempre con una sonrisa en su rostro; justo como lo encontró hoy al salir.
Después de que ella lo alcanzó, caminaron juntos tomados de la mano hasta la estación como todos los días, esperaron sentados el autobús mientras reían y platicaban.
Finalmente el autobús llegó y aún tomados de la mano subieron y se sentaron en sus ya acostumbrados lugares.
Estaban hablando sobre sus familias, hasta que ambos se quedaron en silencio por unos minutos, entonces, Daniel habló de nuevo.
—Sabes Emily, hay algo que he querido decirte desde hace tiempo, pero no quiero ser inoportuno o incomodarte.
El semblante de Daniel se tornó serio, algo que asustó a Emily.
—¿Qué sucede Daniel? Sabes que puedes confiar en mí, por eso somos amigos.
Daniel la miró.
—Justo ese es el problema Emily, la verdad es que te veo como más que mi amiga.
—¿Qué quieres decir? —dijo ella, confundida.
—Emily, estoy enamorado de ti —dijo mirándola—, lo estoy desde que eramos niños.
En ese momento Emily no supo que decir, así que simplemente se quedó callada y lo miró.
—Cuándo me fui, sufrí mucho porque sabía que tenía que dejarte y me mataba qué no podría verte en un largo tiempo y no tenerte a mi lado.
La tomó de las manos y la volvió a mirar.
—Mientras estaba lejos, todos los días pensaba en ti, fuiste mi motivación y si lograba todo lo que quería te podría ver más pronto y así fue, entonces pude volver aquella noche y te vi, aún más hermosa de lo que recuerdo; Emily, me encanta estar contigo, escucharte y verte sonreír.
Emily sólo lo escuchaba mientras las lágrimas comenzaban a inundar sus ojos.
—No tengo idea si tu te sientas igual, pero necesitaba decirte cuánto te amo —expresó Daniel—. Pero si me dices que no o te sientes incomoda con esto te prometo que lo dejaré aquí y solo seguiremos siendo amigos-
—Daniel —ella lo interrumpió—. También estoy enamorada de ti.
Él la miró. ¿De verdad estaba diciendo eso? Se preguntó Daniel y como si hubiera leído sus pensamientos, ella contestó.
—Lo estoy desde que eramos niños, pero nunca dije nada porque tenía miedo de que no sintieras lo mismo y que por eso nuestra amistad se vería afectada, entonces, me quedaba solo verte y poder estar contigo todo el tiempo posible; cuando me dijiste que te ibas fue difícil para mí, vi como el amor de mi vida se alejaba, tenía miedo de que nunca volvieras, y ahora que volviste no quiero que te vayas y me dejes de nuevo.
—Escucha, no se que es lo que tiene preparado el futuro para nosotros pero lo que si se es que te amo y quiero que recuerdes eso siempre y no importa lo que pase hoy, mañana o en unos meses —dijo Daniel—. Siempre vas a ser el amor de mi vida.
Más lágrimas corrieron por el rostro de Emily, asintió y dijo:
—Y tu el mío Daniel.
En ese momento, el autobús se detuvo en su parada, ambos se tomaron de las manos y bajaron. Está vez Daniel acompañó a Emily hasta su puerta.
Tenían que despedirse, Daniel se acercó más a ella.
—Pase lo que pase, siempre voy a estar contigo Emily, aquí —dijo, poniendo suavemente su dedo en la frente de ella—. Y, aquí.
Esta vez, apuntó hacía su corazón.
—¿Lo prometes? —preguntó ella.
—Lo prometo.
En ese momento, Daniel tomó el rostro de ella entre sus manos y la besó, después de tantos años finalmente lo habían hecho y ambos se sentían completos.
Fue un beso especial, tal vez era el primero pero también se sentía como el último de alguna forma, como si todo fuera a cambiar a partir de ese momento.
Después de un largo beso ambos se separaron para tomar aire y luego juntaron sus frentes sonriendo el uno al otro.
—Es hora de irme —dijo Daniel.
—Quédate.
—Desearía hacerlo, pero no puedo.
—Está bien, entiendo —dijo ella.
Daniel se despidió, luego se alejó de ella y comenzó a caminar.
—¡Daniel!
Está vez fue ella quién lo llamó. Él volteó y la miró.
—Espero que este no sea el fin.
Dijo ella, repitiendo las mismas palabras que él había dicho antes.
—Tal vez.
Daniel sonrió por última vez y se fue, dejando a la chica con una sonrisa en su rostro.