Una novia perfecta.

Un tropiezo comprometedor.

Camino rápido hacia el salon ¿Porque no puedes llegar puntual a ningún lado? Esa es la pregunta que me hago cada mañana.

Trato, juro que lo hago, pero no lo logró.

Mi mochila me pesa en la espalda, me posicionó frente a mi casillero y descargo lo que tengo adentro, un montón de basura y los cuadernos.

Debo poner un orden a mi vida, soy un completo desastre.

Miro la hora en mi reloj de mano ¡Santa madre de Dios! No me extraña que el maestro no me deje entrar, guardo rápido las cosas y corro por los pasillos hasta el edificio de arte. 

Mi teléfono vibra en la chaqueta de mi uniforme, no es cuando choco con algo duro.

Y me caigo.

¿Porque no? Después de todo no tenía prisa.
Levanto mi mirada para ver a un hombre con el señor fruncido, era alto, mayor, con canas y un traje realmente elegante.

— Es ella — dice una voz a mi lado.

¿Quién es quien?

Puedo ver a Andrew Morgan, el chico popular, el patan, el que se coje a las chicas diario y que obviamente debe ser tan cliché, que las toma como un juego.

Ese es el.

Me levanto del suelo.

— ¿Ella? — articula el hombre con obvia desconfíanza. — ¿Ella es tu novia? — pregunta incrédulo.

— ¿Que yo que? — digo descolocada.

— Si, ella de la que te hablé — dice Morgan como si fuera grabadora — ¿Verdad que lo eres nena? — me toma del brazo y me da un pequeño beso.

—¿Lo soy? — creo que pensé en voz alta.

— Si, lo eres. — dice entre dientes.

Mis ojos pueden salirse de su lugar, contengo el impulso de limpiarme la boca.

El hombre nos mira con los brazos cruzados y el señor fruncido.

— Vale, presentala a tu madre, ojalá no sea otro de tus juegos Andrew — se aleja.

Me limpio la boca y Morgan se aleja en la otra dirección.

— Oye, Morgan — lo tomo de la manga y le hago detenerse.

Por primera vez en los 8 años que estudio aquí hacemos contacto visual. El me mira con desden.

— No te hagas ilusiones niña, beso no se volverá a repetir — abro mi boca en O.

— No quiero otro estúpido beso tuyo, de hecho si me vuelve a besar te golpeare — le digo enojada.
El se cruza de brazos.

Es muy parecido al hombre de hace un rato.

Tal vez porque es su padre.

— Aja. 

— ¿Porque dijiste que era tu novia? Y me besaste! ¡Que asco! Te besas con todas, no descarto alguna infección. — hago una mueca.

— Mira mocosa, yo no sé qué ideas tendrás en tu cabeza, pero soy muy limpio y no tengo nada — me mira molestó, sus ojos color ámbar se oscurecen un poco.

— Seguro — digo con sarcasmo.

El bufa.

— ¿Que fue el numerito de la novia? Ni siquiera te conozco. — digo indignada.

— No me conoces, pero te sabes mi nombre y que me beso con todas. — dice arrogante. 

— Tu nombre ronda en todo los pasillos, Andrew Morgan, el chico más tocado que teléfono público. Tienes buena fama — se le descruadra la cara. 

— Mi fama no es tu problema — dice molestó — ¿No tienes algo más que hacer?

— Claro que sí, tengo cosas más importantes que hacer que andar inventando novias falsas, que deprimente de tu parte. — me doy media vuelta para irme.

No sé a dónde carajos voy, me he perdido mi primera clase por culpa del idiota este.
Me va reportar la falta, claro que sí, ese profesor no se queda con una. Cuando subo al segundo piso mis compañeros de curso están saliendo de la clase.

Mi amiga Clark se acerca con cara de pocos amigos.

— ¿Se te han pegado las cobijas? — me reclama.

— Algo mucho peor, creeme. — le dije bufando.

 

 


 



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En el texto hay: amor, relacin falsa

Editado: 27.09.2024

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