ISLA NUBLAR, 190 KILÓMETROS DE COSTA RICA.
Era temprano en isla nublar, todos los empleados se preparaban para un día más en Jurassic world, el único parque de dinosaurios vivos en el mundo.
–¿Qué tal va todo en el recinto once? –pregunta Andy, uno de los trabajadores del parque a Su compañero, mientras se preparan para salir a sus respectivos puestos.
–Normal, cada vez nos piden subir más los muros –le responde Evan mientras cierra el casillero donde guardo con anterioridad sus cosas. –Parece que el dinosaurio es más grande de lo planeado –agrega, al tiempo que se coloca su casco y se recuesta en el casillero. –¿Qué te toca hoy? –pregunta.
–Me toca supervisar al nuevo técnico–le responde el moreno.
–¿Quién renuncio ahora? –le pregunta el rubio.
–Ni idea, solo sé que debía estar aquí hace 5 minutos y aún no se presenta –responde el hombre al ver su reloj.
–Tarde el primer día –se burla Evan. –¿Y ya sabes cómo es?
–Es él –dice mostrándole la tarjeta de identificación que le debía dar al chico.
–Espero que no olvides que debes ir por algunas cosas que necesitamos para el sitio web –habla nuevamente el rubio.
–No lo he revisado ¿Qué pidieron? –pregunta.
–Si no estoy mal son tres camisetas y un par de gafas de visión nocturna, todas en buen estado –le dice.
–Haré mi mejor esfuerzo en encontrarlas.
–Lleva al nuevo, tal vez le interese y así lograremos expandir un poco el negocio –le sugiere.
–No sería mala idea, siempre se necesitan manos extras –le responde el castaño.
–Ya debo irme –le dice al ver su reloj.
–Nos vemos en la noche.
Luego de eso Evan abandono la zona de empleados y emprendió camino al cercado once. Andy, por otra parte, siguió esperando al nuevo empleado.
Si había algo que molestara al moreno era la impuntualidad.
–Lo siento por llegar tarde –es lo primero que dice al pasar por la puerta un chico pelinegro y ojos marrones de aproximadamente 22 años.
–Tarde el primer día –dice el mayor cruzándose de brazos para verse más intimidante.
–Lo siento señor, me perdí un poco, pero ya estoy listo para ser parte de Jurassic World –dice emocionado el joven.
–Primero que todo, mi nombre es Andy, segundo bájale a tu emoción, ya que el hecho que trabajes en el parque no significas que andes por todos lados como si fueras uno de los visitantes, a partir de hoy tu único objetivo aquí es que todo este perfecto y que nada salga mal en el puesto que vas a ocupar y tercero, bienvenido a mundo jurásico –le dice esto último mientras le extiende su mano.
El chico la estrecha sin decir nada, no era porque estuviera asustado, sino más bien porque no quería decir algo que tal vez termine lamentando.
(...)
–Kassandra, si no te apuras nos dejará el avión –habla la madre de la nombrada desde la puerta.
–Ya voy –le responde, mientras termina de empacar lo que le falta en su maleta. –No puedo creer que aceptaras ir a una isla repleta de monstruos que nos pueden comer –le dice a la otra chica
presente en la habitación.
–Son dinosaurios y tu hermano puede ser muy convincente –la menor gira sus ojos al escuchar lo último.
–A él ni lo menciones, este viaje es solo por él– habla al tiempo que cierra la maleta.
–Le gustan los dinosaurios, es de esperarse que este viaje lo emocione.
–Sí ¿y por eso también debo ir yo?
–No creo que tus padres te hubieran dejado quedar sola todo un fin de semana.
–Me hubiera quedado en tu casa, pero no, a la señorita se le ocurrió aceptar la invitación y venir con nosotros.
–Para tener dieciséis hablas como anciana.
–Cierra la boca Kimberly y camina –le dice la ojimiel, mientras abre la puerta de su habitación.
–Que humor, pareces mi mamá.
La menor no dice nada y solo se dispone a cerrar la puerta una vez que sale la ojiverde.
–Hola, Kimberly –la saluda el chico castaño, mientras pasa junto a ella y camina en dirección a la sala de la casa.
–Hola, Justin –lo saluda.
–Si ya lo terminaste de admirar ¿podemos seguir caminando? –pregunta la menor.
–Cierra la boca y camina –Le repite lo mismo que ella usó segundos atrás.
–No te robes mis frases –le dice la menor. –¿Aún piensas que se pueden arreglar las cosas?
–Algo, pero no importa, nuestra amistad termino hace años y ya no se puede arreglar –le dice la pelinegra e inicia a caminar en la misma dirección que el chico hace algunos instantes.
Kassandra ve alejarse a su amiga un momento y luego la sigue.
(...)
El recinto once uno de los más grandes que hay en el parque y aún se encuentra en construcción, se pensaba abrir al público en mayo, pero gracias al crecimiento de la criatura que se encuentra dentro de las grandes paredes eso no fue posible y se ordenó hacer los muros aún más altos.
–¡Evan! –llama uno de los trabajadores al verlo llegar.
–Hola ¿Qué tal todo? –pregunta acercándose al hombre.
–Todo tranquilo, pero ya debes ir a tu puesto, hoy llega el dueño a ver el cercado y al dinosaurio –le informa el hombre de nombre Marlon.
–Entonces, no se diga más –dice el rubio para de inmediato dirigirse a su puesto de trabajo.
(...)
–¿Cuánto más debemos esperar? –pregunta la menor a sus padres.