La semana se pasó entre trabajos, hacer nuevos amigos, salir con Laura y soportar a su fastidioso hermano; hasta que por fin es fin de semana y voy a salir con Carolina (mi nueva amiga que es un idolo de la moda y es súper buena onda) de compras, ella se ofreció a ayudarme con mi cambio de estilo, la verdad es que mis grandes lentes y mi fea y grande ropa no van con mi nueva vida... ni con mi nueva yo.
No sé si hacia todo esto para agradarle a los demás o lo hacía por mí, solo sabía que siendo yo mi verdadera yo no le iba a agradar a nadie, sabía que si ellos se enteraban de que era una huérfana pobre no se iban a querer juntar conmigo, sería molestada y rechazada por todos y tendría que regresar a mi antigua vida que aunque no era mala tampoco era la mejor.
-Camila vámonos o no alcanzaremos a comprar nada.
-Ya voy Caro- le decíamos así de cariño ya que ella no le molestaba y era más resumido que su nombre completo.
Luego de eso subimos al auto y nos dirigimos al centro comercial, lo recorrimos por un rato buscando algo elegante, sofisticado, lindo, Chic, pero no encontramos casi nada, por lo tanto fuimos a las boutique de Channel, ahí habían cosas hermosas y compramos casi toda la boutique excepto obviamente lo que no nos quedaba. De ahí fuimos a comprar perfumes, zapatos, carteras y fuimos a una tienda en donde habían lentes de todo tipo y de toda marca.
-Caro tú sabes que yo no puedo usar lentes de sol mis enormes lentes no me lo permiten.
-Pues eso era antes querida por que ahora ese no va a ser un problema.
-¿A que te refieres?
-Usarás lentes de contacto.
Cuando dijo eso quede impactada nunca había usado otros lentes que no fueran estos ya que mi presupuesto no me lo permitia, usaba todo mi dinero en lo necesario para vivir y en mis estudios, pero ahora por fin eso iba a cambiar.
Luego de detallar todos los lentes finalmente nos decidimos por unos como miel o dorados y aunque no los puedo describir sobra decir que eran bellísimos,y compramos unos cuantos de sol, de ahí nos dirigimos a comprar joyas y maquillaje y un extra de otros aparatos para el cabello y el rostro como mascarillas, secadores, planchas, etc.
Esa noche Caro se quedó en mi casa y nos pusimos en marcha a usar mascarillas, a alisarme el cabello y me enseñó a maquillarme, y en ese momento por primera vez sentí que encajaba, que pertenecía a algo y que todo era perfecto.
-Caro, gracias por lo de hoy.
-Claro, cuando quieras.
Y eso fue lo último que escuché antes de quedarme profundamente dormida ya que mañana sería un nuevo dia y para mí una nueva yo, un gran cambio de estilo.