En la mañana me levanté temprano, me duché, me vestí con una falda negra, una blusa blanca, una chaqueta de cuero negra, unas botas negras y una cartera, me aplique un poco de maquillaje y me hice ondas en el cabello, por último me puse mis lentes de contacto y quede totalmente renovada.
-Oh por Dios Camila estas bellísima.
-Gracias Caro.
-Bueno pues es hora de irnos.
Cuando llegamos a la Universidad y nos bajamos del auto todos nos quedaron mirando en especial a mí, fue incómodo pero satisfactorio y más cuando Matthew me miro fijamente no se porque pero sentí algo en ese momento, algo que no podía describir.
-Hola Matt.
-Te ves diferente Camila.
-Lo tomaré como un cumplido, ¿ y Laura?.
-Esta en el Salón.
-Vale, nos vemos luego y a ti María te digo que en unos días como ya te habrán dejado te presento a alguien mejor.
-Lárgate Camila.
-Tranquilo Matt, solo le adelantaba lo que le dirás en unos días.
Luego de mi satisfactorio encuentro con Matt me dirigí con Caro al Salón.
Al terminar las clases fuimos a mi casa, mis amigas y yo, a prepararnos para la fiesta que iba a haber esta noche en casa de Laura, sería grandiosa y además tendría oportunidad de fastidiar a Matt y conocer a alguien con quien estar.
Cuando ya estábamos todas listas nos tomamos unas cuantas selfies y nos fuimos de fiesta.
Ya en la fiesta...
-Hola Lau.
-Hola chicas, pasen.
Entramos en la casa de Lau y nos tomamos unos cuantos tragos de ahí no recuerdo nada más...
Desperté en una habitación que no era la mía y con alguien a mi lado, era evidente que me había acostado con quien estuviera dormido a mi lado, intenté levantarme pero en ese instante el chico se despertó.
-¿Matt?!!.
-No puede ser, tu y yo, ahh como pudo pasar esto!!.
-No lo sé dime tú, yo estaba totalmente ebria.
-Yo también Camila.
Me sentía mal, estaba estresada y como no estarlo, había dormido con Matthew McConaughey el chico juzgaba por ser un Playboy y ahora yo sería una más en su lista.
-Tengo que irme, ni una sola palabra de esto a nadie ¿entendiste?.
-Claro, ni una palabra.
Al llegar a casa lo único en lo que podía pensar era en Matt y en lo mucho que había cambiado en un solo día, en que si me hubiera preocupado más por mi y no tanto en encajar, quizás esto nunca hubiera sucedido, en que me había convertido en la peor versión de mi y en las personas que tanto criticaba.
Ese día llore por todo lo que no había llorado en años, por la muerte de mis padres, por no tener familia, por no haber sido mejor, por no ser responsable, por haber bebido en esa fiesta, hasta por haber ido... Me sentía vulnerable ante todo y me sentía irreconocible.