Una Palmera en Navidad

Capitulo 4: Calyope

La noche había estado magnifica, si lo hubiera planificado yo seguramente nada hubiera salido tan bien como lo había logrado Erick. Ese hombre me sorprendía cada ves mas, yo me hubiera conformado con una pedida de mano un día cualquiera y el lugar no me hubiera importado, pero él había pensado en todo, cada una de las personas que representaban una parte especial de nuestra vida estaban en el evento, aquel por el cual yo jamas hubiera imaginado que se haría realidad.

¡Quien lo diría, me iba a casar!

Y hoy, en este justo momento al  ver a Erick a mi lado durmiendo tan plácidamente me hacia querer agradecer por cada una de las cosas que tenia. Quizás era momento de asistir a la iglesia y hacerlo, ciertamente durante estos años no había asistido ni una sola vez, mi madre siempre me recordaba lo importante que era estar cerca de Dios, pero yo ponía mil excusas para no asistir a sus invitaciones de los domingos.

Siempre he creído que para estar cerca de dios, no es necesario asistir religiosamente todos los domingos a la iglesia, Dios esta en cada uno de nosotros y podemos encontrarlo en cualquier momento, solo hay que querer hacerlo. Sin embargo era un buen momento para hacerle una visita a la casa de Dios y agradecer por cada cosa maravillosa que él me había dado, por que sin él nada podía ser posible.

No quería levantar a Erick aun, la noche había sido larga para él, sin contar la semana entera así que merecía dormir hasta tarde y descansar. 

Me levante con cuidado tratando de no despertarlo , trataría de no realizar el menor ruido por que él tenia el sueño muy liviano y cualquier cosa o sonido lo despertaría. Meses de practica me habían enseñado a ser silenciosa y ágil,  así que logre poder zafarme de los brazos de morfeo y dirigirme al baño para empezar arreglar sin el menor ruido , cuando mire el reloj ya eran las 8 a.m, tiempo suficiente para ir a misa.

La ciudad a esta hora aunque fuera temprano para ser domingo,  habían personas apresuradas por las calles, el día estaba hermoso aunque el frió estuviera igual de horrible que la noche anterior. Todas las personas que recorrían las aceras iban abrigados hasta el cuello y no era para menos porque nadie quería estar refriado en navidad, hacia mucho tiempo que no caminaba por las calles, por lo general siempre salia en coche aunque supiera que el trafico estaría horrible, pude notar algunas tiendas nuevas que seguramente visitaría al salir de la iglesia.

No me faltaba mucho para llegar a ella cuando pude divisar de cerca que se aproximaba una pareja de adolescentes agarrados de las manos, el chico sonreía y reía por alguna cosilla coqueta que le había dicho la chica, suponía que eran novios y andaban de escapaditas de amores.

- ¡John estas loco! - Decía la chica riendo.

- ¡Loco por ti guapa!- Le respondía él mientras pasaban a mi lado absortos en ellos mismos como si no existiera el mundo a su alrededor.

Me gustaba ver esa clase de escenas porque me recordaba que la adolescencia para algunas chicas si era linda y divertida .  La mayor preocupación de esos chicos en ese justo momento era jurarse amor eternos, no pude evitar sonreír porque de cierta forma el amor era hermoso y verdadero si encontraban a la persona correcta y ojala fueran siempre el uno del otro.

La iglesia ese día estaba bellisima o quizás era por que yo que en tanto tiempo que no había venido la veía distinta. 

Mientras entraba y recorría el pasillo buscando un lugar para sentarme, pude notar la paz que se sentía en el lugar,  como si allí fueras totalmente intocable.  Pude divisar un lugar en donde ubicarme  y no estaba cerca del altar pero aun así era buen lugar.

Poco después de sentarme puede sentir como a mi lado tomaba otra persona asiento. Era una mujer blanca y se veía un poco demacrada,  sin embargo sus facciones eran muy bonitas, solamente se veía cansada.

- ¿ Te sientes bien ?- No pude evitar preguntarle a la mujer.

-  Vaya, eres la primera que me pregunta eso - Dijo sin mirarme- la verdad es que no ando muy bien en estos días .

- Lo siento mucho - Dije sincera-  se te ve cansada.

- No te preocupes, no lo sientes porque ni siquiera me conoces - Dijo volteando a verme-  pero si tienes razón, no he dormido nada .

- Aveces cuando no puedo dormir,  me preparo una infusión de té y eso me ayuda a relajarme y así poder descansar , el trabajo suele agotarnos mucho - Dije tratando de ayudarla.

- Eres muy amable lo tendré en cuenta,  pero mi cansancio no es de trabajo, ojala fuera de eso - Dijo triste.

- Bueno no nos conocemos pero supongo que aquí en la casa de Dios,  puedes encontrar un poco de paz y sentirte mejor,  ademas me ofrezco escucharte si lo que necesitas es hablar - Ofrecí tomándola de las manos.

- Gracias - Dijo tratando de no llorar-  yo ni siquiera se que hacer , no he conversado esto con nadie , no tengo un amigo real a quien decírselo sin que lo utilice en mi contra, yo he tenido que callarme todo esto por tanto tiempo que no se ni siquiera por donde comenzar.

- Tranquila puedes conversar conmigo, te repito que no nos conocemos así que no podría lastimarte con lo que sea que hablemos .

- Tienes razón. Nada mejor que hablar esto con una desconocida - Dijo sonriendo triste- durante mucho tiempo he pensado que hice mal para merecer esto que estoy pasando, yo siempre fui una buena hija y trate en lo posible de ser una excelente estudiante - Suspiro- pude graduarme y al poco tiempo conseguir un esposo fiel y cariñoso quien me amara. Estuvimos juntos por algunos años y fuimos felices , él era un marine así que constantemente estaba lejos de casa pero te puedo asegurar que nunca en mi vida ame a una persona como a ese hombre, así que le fui fiel a él así como a su amor hasta el día en que recibí la noticia de que había fallecido en un accidente de labores cotidianas



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En el texto hay: navidad, romance, amor

Editado: 12.01.2019

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