Sábado 03 de Noviembre del 2018.
8:13 a.m.
De camino al campo de medusas.
Cactus y Amapola.
Hoy por la mañana Amapola volvió a abordar el autobús, al subir dirigió una pequeña mirada a todos los pasajeros, y se percató, al igual que yo lo hice, de que Cactus no estaba.
Sin tomarle mucha importancia Amapola aceptó el lugar que el chico de ayer, Geranio, le ofrecía.
Platicaron y rieron todo el rato, en algunos momentos Geranio rozaba sus dedos con la mano de Amapola y ella sonreía nerviosa.
3 paradas mas adelante nos detuvimos y las personas comenzaron a subir, entre ellas Cactus, tenía manchas negras en su rostro, su cabello estaba desordenado y la ropa que llevaba estaba algo rasgada.
Pasó junto a Amapola y Geranio, pero no los volteó a ver, acción contraria a la de ella.
A la falta de asientos libres Cactus se quedó parado a unos cuantos centímetros de mi.
Un fuerte olor a alcohol invadió mi nariz, era difícil de soportar.
De un momento a otro Amapola se sobresaltó en su asiento y seguido de eso se puso de pie.
Geranio golpeó el asiento, parecía molesto.
Amapola volteó a ver a Cactus, algunas lágrimas amenazaban con salir.
Unos segundos después Amapola pidió bajar del autobús y se fue.
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