Los tres recorrieron por unos minutos su ciudad en el auto de Dean, buscando algún lugar que pareciera atractivo para ir a pasar un buen rato. Después de un tiempo, el cartel de neón de EmberDrunk les llamó la atención y decidieron entrar al local. Era una discoteca muy elegante, pero a la vez estaba llena de personas de todo tipo, lo que les hizo sentirse a gusto inmediatamente con el lugar.
Caminaron abriéndose paso entre las personas y lograron encontrar una mesa de tres plazas vacía, así que se sentaron.
—Los tragos van por mí esta noche —anunció Landon—, así que pidan lo que quieran.
—Una cerveza está bien —dijo Dean.
—Aburrido —comentó April con burla—. Tres chupitos de tequila.
—¿Nos vamos a volver locos hoy o qué? —preguntó Landon con una carcajada. April levantó los hombros y Dean sacudió la cabeza.
Landon se alejó en dirección a la barra y Dean se le quedó mirando a April de manera pensativa.
—Pensé que tus días de chica fiestera habían quedado en el pasado.
—No todos los días puedo salir a pasarla bien, así que hay que aprovechar. Es la primera vez en años que salgo de la casa a algo que no sea relacionado con trabajo o responsabilidades. Amo con mi vida a Hannah, pero de vez en cuando necesito un descanso. Y en el fondo me siento horriblemente culpable, así que espero que el tequila ahogue esa sensación.
—Conociéndote, ya en el segundo chupito esa sensación va a quedar en el olvido. Enloqueces cuando bebes —Dean no pudo evitar reírse, pensando en todas las veces que tuvo que rescatar a April por estarse metiendo en problemas cuando iban de fiesta. Más de una vez pasaron la noche en el calabozo.
—Ahora estás aquí, así que puedo permitírmelo. Siempre es bueno tener a alguien que te sostenga el cabello mientras abrazas el váter.
En ese momento llegó Landon con las bebidas y las colocó en frente de todos. Dean le dio un trago a su cerveza mientras April tomó el primer chupito de tequila de un tiro. La bebida ardiente le bajó como fuego por la garganta y su cuerpo comenzó a entrar en calor.
Colocó el vaso vacío al lado del resto y se dispuso a agarrar el segundo, pero la mano de Dean la detuvo.
—Te vas a arrepentir mañana de esto —le reprochó.
—Es un problema para mañana, no para hoy —April le guiñó un ojo y bebió el segundo chupito.
Ya estaba comenzando a sentir la bebida y un ligero mareo la estaba poniendo de muy buen humor.
—April la Divertida está regresando a nosotros. Ya la extrañaba —declaró Landon limpiándose una lágrima falsa.
April tenía una alta tolerancia al alcohol ya que en la universidad fue a muchas fiestas en las que ella casi siempre terminaba siendo el alma de la fiesta. Y Dean siempre estaba detrás de ella cuidándola para que solo fuera diversión y nunca arrepentimiento.
Mirando alrededor, April ya estaba sintiendo la música entrar en su cuerpo. Sin embargo, alguien se le pareció conocido de reojo y, al fijarse bien, se percató de que ese conocido era Parker, su último exnovio.
—Hey, es Parker —dijo de forma muy casual. Dean, que estaba completamente consciente de quién era Parker, de inmediato frunció el ceño.
—¡Y ese qué hace aquí? —preguntó al aire, porque April ya estaba levantándose para ir en dirección al chico.
—Ahora vuelvo —dijo ella con indiferencia y navegó entre el mar de personas bailando en la pista hasta llegar a la mesa en la que estaba Parker sentado solo.
En cuanto él la vio, sonrió y se levantó para envolverla en un abrazo.
—¿Dónde te habías metido? —cuestionó Parker
—Pasaron muchas cosas. —April miró a su alrededor y se dio cuenta de que Parker estaba sentado solo en una mesa demasiado grande como para una persona—. ¿Viniste con alguien?
—Vanessa acaba de ir para el baño con sus amigas, deben tardar un rato en llegar.
—Genial, porque tengo mucho que contarte —April tomó asiento al lado de Parker y comenzó a contarle todo lo que había pasado en su vida desde que Dean volvió.
Parker fue el ex que engañó a April el día antes de irse Dean a la guerra. Tres años después de aquello, April se encontró a Parker en el supermercado con la misma chica y un adorable niño de dos años. Resulta que Parker se enamoró de Vanessa, la chica con la que engañó a April, y un año después de aquello, se casaron. April decidió perdonarlo por el hecho de que, de no haberla engañado, esa noche no hubiera ocurrido y Hannah nunca hubiera existido. Desde ese día se mantuvieron como amigos y cada vez que se ven, pasan horas conversando.
—Así que Dean volvió —comentó él con normalidad, per al darse cuenta del peso de esas palabras, se comenzó a poner nervioso—. No estará aquí, ¿verdad?
—Justo allí —respondió April con una sonrisa y señaló a la mensa donde un enfurecido Dean los taladraba con la mirada.
—No voy a salir vivo de este lugar —murmuró Parker para sí mismo, pero lo suficientemente alto como para que April lo escuchara y soltara una carcajada.
—Vamos, Dean no es tan malo —expuso ella, pero la mirada de incredulidad de Parker la dejó dudando.
—April, ese hombre te adora, besa el suelo donde pisas, y sé que sabe el motivo de nuestra ruptura. Me va a destripar.
—Tampoco me quiere tanto —insinuó ella—. Somos amigos desde pequeños. Es muy protectivo cuando se trata de mí.
—Y por ser amigos desde hace tanto tiempo no puedes ver lo que está en frente de ti —expuso él—. A Dean le gustas tanto o más de lo que te gusta él a ti. —April abrió la boca para contestar, pero Parker la detuvo—. Ni pienses en contradecirme, te conozco. Y muy en el fondo siempre lo has sabido, pero no te atreves a tocar esos sentimientos ni con un palo de veinte metros.
April sabía que él tenía razón. Y estos días no hacían más que confirmárselo. Cada vez que tenía ese tipo de pensamientos cuando Dean estaba a su alrededor, intentaba racionalizarlos hasta encontrar una explicación débil que fuera lo suficiente convincente como para permitirse negar sus sentimientos hacia Dean. Pero entre las verdades que le planteaba Parker y el poco de coraje líquido que le estaba aportando el tequila, llegó a la conclusión a la que tanto temía: