Raiden
El tranquilo lugar ahora estaba lleno de susurros y caras confundidas. Frente a mi tenia a una mujer pálida y sin tener idea del porque me negué a aceptarla como mi esposa.
Al costado tenia a los invitados, mis padres atónitos no podían ni moverse, mi hermana tiene una mano tapando su sonrisa de burla y mi primo se está masajeando la frente.
—¡¿Qué?! ¿Por qué?
Volví mi mirada al frente, Abigail ahora esta roja de vergüenza y me mira con gran resentimiento. Sus padres se acercan dispuestos a lazarse sobre mí, pero mi padre es más rápido.
—¡¿Qué demonios?! ¿Qué pasa Raiden? ¿Tenías que darte cuenta justo en plena ceremonia?
—Cuando estas por tomar la decisión de tu vida reflexionas mucho, no es como si lo hubiera planeado desde el principio.
—¿Eh? ¿Qué hay de la vergüenza que me está haciendo pasar tu reflexión?
—Estas tratando con mi hija, con mi bebe ¡¿Cómo…?!
El señor Harrison trata de relajarse, pero sostiene y parece que en cualquier momento me golpeara.
—Egar tranquilízate.
—Debido al repentino inconveniente los haremos pasar a una habitación para que puedan hablar, por favor vengan conmigo.
Seguí sin dudar a la chica que se encargó de organizar la boda y cuando nos dejó en una habitación un poco distanciada del jardín donde se realizaba la ceremonia, los gritos volvieron a estallar.
—Quiero una explicación, ¿Por qué le hace esto a mi niña?
Mire a la señora Harris y después a Abigail.
—No nos hagamos tontos, esta boda se está realizando debido a que le convienen a las dos familias. Apenas conocí a Abigail hace 4 meses y ya estoy en el altar.
—Pero no te negaste, pudiste hacerlo y no dijiste nada hasta este momento ¿acaso es una broma?
—A diferencia de ti, que solo aceptaste este matrimonio con la idea de tener un futuro lleno de lujos, yo estaba siendo presionado para cumplir con mi deber como heredero de la empresa familiar. — mire a mi padre y el parecía confundido. —Todos los días preguntando cuando me casare y formare una familia, dándome indirectas de que ya tenía que darme prisa. Era tan casado que acepte encontrarme con Abigail solo para poder dormir tranquilo y no tener que escuchar tus reclamos todos los días.
Mi madre cerro los ojos y bajo la cabeza, mi padre seguí mirándome fijamente, pero con vergüenza, los padres de Abigail seguían echando humo, pero los ignore y ahora me centre en Abigail.
—Se honesta, ¿estas enamorada de mi o del futuro que puedo darte? — su expresión cambio a una de diva e hizo como si no entendiera, a lo cual sonreí. —Siempre que nos encontrábamos lo primero que hacías era buscar el regalo sumamente costos que llevaba conmigo para disculparme por llegar tarde a la reunión.
Su expresión se quedó en blanco y parpadeo unas cuantas veces.
—¿Pensaste que no me daba cuenta?
—¿Te ofendí? Si lo admito, pero ¿es pecado disfrutar de los lujos que llegan a mis manos? — cada palabra que sale de su boca me asqueaba, entonces decidí no darle más vueltas al asunto.
—Dime ¿Dónde están el auto que te regale como regalo de bodas adelantado? — note como se tensó, pero no perdió la compostura y contesto tranquilamente.
—Tuvo un fallo y ahora está en el taller.
Rodé los ojos y saqué un sobre que escondía dentro de mi saco. Se lo entregue y cuando vio lo que estaba dentro su mentira se esfumo.
—La persona que está contigo en las fotos es tu amante, con quien me has engañado y disfrutas llevándolo a lugares extravagantes vendiendo a joyerías los regalos costosos que te daba y parece ser que también le has regalo el auto ya disfruta presumirlo con otras chicas con quien también tiene sus aventuras de una noche.
Las fotografías son arrebatadas por su padre quien al verlas no encuentra palabras para justificar el engaño de su hija.
—Sinceramente esa no es la principal razón por lo que está pasando todo esto, pero mientras escuchaba la ceremonia y cuando el padre me pregunto si te aceptaba como esposa, me pregunte ¿de verdad quieres pasar el resto de tu vida con una mujer que desde el principio nunca fue honesta? Entonces se me vino a la cabeza la imagen de Daniela y su esposo con quien está por cumplir más de 50 años de matrimonio.
—¿Qué?
—Yo lo decidí, la próxima vez que este frente al altar y este por jurar amor eterno a mi pareja, será con alguien a que en verdad aprecie y ame. No quiero vivir una mentira, yo quiero conocer a una persona que este conmigo porque así lo quiera y no porque le asegure un futuro con los más grandes lujos.
Abigail me miro con desdén, y arrugando su vestido con su agarre. Sonrío.
—¿Ja? Pues no creo que encuentres a dicha persona. — la mire fijamente y sus padres se mostraron confundidos con su repentino cambio. —Eres un hombre tan aburrido que tenía que hacer un gran esfuerzo para sonreír. Nunca hablabas sobre ti y a pesar de tener una gran fortuna sabía que nunca podrías satisfacerme.
—¡Abigail!
—Está bien, la boda se cancela — levante una ceja, esta chica sí que es una descarada —Prefiero ser la burla que tener que soportarte por toda mi vida. Nunca quiero volverte a ver Raiden Donovan y en verdad deseo que no encuentres a esa persona. —mi madre salto y abofeteo a Abigail dejándola en un estado de shock pasajero.
—Nunca me gustaste, y cuanto me alegro de que mi hijo no se casara con tremenda zorra. — Abigail estaba lista para saltar sobre mi madre, pero fue su propia madre quien la volvió a abofetear.
—Yo no te crie de esta manera, ¿Qué fue lo que salió mal?
Avergonzada dejo la habitación y en silencio el señor Harris tomo el brazo de Abigail y la obligo a salir. Suspire y me apresure a despedir a los invitados, pero mi madre me detuvo.
—Raiden, yo me encargo.
Mi madre salió dejándome solo con mi padre.