Celine
—¿Hum? — giré la cabeza encontrándome con alguien desagradable y antes de hablar hice un sonido de asco. —¿Qué se te perdió aquí?
—Celine. — se acercó y me aleje más a la esquina.
—Alto. — ordene. —No sé qué tratas de hacer, pero no servirá, vete.
—Solo dame la oportunidad…
—¿La oportunidad de qué? — reí. —¿Ahora que excusas dirás para hacerte la victima? — suspire y mire el mar. —Porque siempre eres la víctima, la persona inocente, el que no tiene la culpa, ¿verdad?
No contesto y eso me imagine que pasaría.
—¿Me dirás que ella te sedujo y no pudiste resistirte? ¿Qué yo tengo la culpa por pasar tiempo con mis amigos en lugar de irte a apoyar a las practicas? ¿o que Claudia encontró tu debilidad y te amenazo con sacarlo a la luz sino te acostabas con ella? — lo mire fijamente. —¿Tan difícil era? … ¿Tan difícil era decirlo? — lamí mis labios y aprete los puños encajándome las uñas. —Celine, quiero terminar, ¿de verdad era tan difícil decirlo?
—Si, yo me equivoque. Lo admito. — levante los brazos al cielo.
—Por fin, por fin eres sincero. ¿Pero de que sirve eso ahora? Lo echo esta echo, déjame en paz.
—Celine, dame una oportunidad más. — lo mire con descaro. —Permite rescatar esa hermosa relación que creamos durante dos años. Por favor Celine, no dejemos que todo ese tiempo se quede en el olvido.
—No, de verdad no me lo puedo creer.
Tuve que morder mi lengua para no lanzarme sobre él y mientras esperaba mi respuesta negué repetidamente.
—¿Te estas escuchando? ¡¿De qué demonios hablas Alex?! ¿De dónde sacas que nuestra relación fue hermosa? — pase mis manos sobre mi cara tratando de tranquilizarme. —No trates de romantizas tus escenas de celos, tus desplantes y tus humillaciones. Alex, yo era quien sostenía la relación, la que siempre se esforzaba y salía lastimada. — mire hacia el cielo. —¿Cuántas veces me dijiste que me amabas? — reí —Tal vez no recuerdes en lo más mínimo, pero puedo contarlo con los dedos de mis manos y creme, me sobran muchos dedos.
—Celine… — levante mi mano y gire la cabeza ya que las lágrimas están por salir.
—Solo vete Alex. Yo en verdad estoy cansada de fingir estar bien, de fingir una sonrisa, de fingir que no me afectas porque la realidad es que cada vez que te veo todos los recuerdos que se crearon en esos dos años invaden mi mente y me duele saber qué sino te hubiera encontrado con Claudia, nunca me lo hubieras dicho y seguiremos juntos y yo como una estúpida aun tendría la venda en los ojos relacionando mi futuro con tu nombre…
No pude seguir porque mi voz se quebró y los sollozos salieron.
—Celine sé que la cage, sé que fui un novio de mierda, pero dame una oportunidad más. Te prometo que cambiare, que seré más expresivo. — lo escuchaba mientras lloraba y antes de darme cuenta lo tenía frente a mí. —Fui un gran estúpido al engañarte con Claudia, ella ni siquiera te llega a los talones, perdóname por favor. — trato de tomarme de los brazos, pero lo empuje.
—¿Qué se siente? — me miro confundido. —¿Qué se siente que te rechace la persona que quieres cuando lo intentas tocar? — el entendió segundos después y bajo la mirada.
Inhale y exhale, poco a poco me relaje y recupere. Sorbí por la nariz y limpié lo que quedaba de mis lágrimas.
—Alex, yo en verdad te quería, no, en realidad aun te quiero. — levanto la mirada con esperanzas, pero lo baje de su nube rápidamente. —Fueron dos años, no será fácil superarte, pero con el tiempo lo hare, porque yo en verdad no quiero volver a verte en mi vida.
Me sorprendió su mirada de dolor, en verdad parece que el dicho ‘nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde’ aplica muy bien en Alex. Debería de sentirme feliz por saber que le devolví un gramo de todo el dolor que el me provoco, pero realmente me duele verlo así y odio esa parte de mí que se siente así.
—En verdad me sorprendió tu descaro de venir a pedirme regresar, veo que no te imaginas ni un poco el gran dolor que me provoco tu traición. — negué con una sonrisa. —Además tienes novia, en verdad eres un patán.
—Termine con Claudia hace una semana. — lo mire en silencio. —La terminé porque me di cuenta que en verdad es pura maldad.
No pregunte ya que mejor que nadie se la respuesta.
—Y cómo te lo dije, me di cuenta de lo estúpido que fui al dejarte ir. Desde que terminamos ya mis días no son iguales y cuando no contestabas mis mensajes me sentía realmente mal. Además, Claudia se comportaba realmente molesta, se lanzaba sobre mi cuando te veía cerca y eso no me gustaba para nada. — me reí de manera sarcástica.
—A Claudia le gustas de verdad, pero también le gusta hacerme daño. Así que aprovecho que por fin logro tenerte y de paso hacia lo imposible para lastimarme.
El viento era cada vez más intenso y frio, así que quería terminar la charla para entrar al salón de nuevo, pero entonces alguien más salió.
—Oh, no pierdes el tiempo. — Claudia se acercó con una sonrisa colocándose en medio de ambos. —Apenas te enteraste que rompimos y viniste a recuperarlo. — su asqueroso aliento choco en mi rostro y aguante un tiempo la respiración.
—Vete, esto no es asunto tuyo. —Alex jalo a la rubia, pero ella se safo de su agarre de inmediato.
—¿Cómo que no es asunto mío? Se trata de mi novio y su perra. — mire a otro lado esperando a que Alex se fuera con ella.
—Termine contigo hace una semana, no somos nada. Deja de decir estupideces.
Claudia gruño y me miro.
—¡Todo es tu maldita culpa! ¡Siempre quitándome lo que quiero! — grito con rabia y agarrándose de los cabellos.
—No me metas en sus problemas, en el momento en que los encontré toda mi relación con Alex termino.
—¡Mentirosa! ¿Entonces porque te sigue enviando mensajes? ¡¿Por qué están aquí solos?!
—¡Yo nunca conteste sus mensajes!