Celine
—Sabía que sería mala idea. — dije mirando desde la ventanilla del auto el lugar donde Raiden me ha traído a comer.
Lo miré y negué a lo cual él río.
—Tranquila es un lugar normal.
—¿Un lugar normal? Raiden, he leído en internet algunas reseñas de este lugar. Y sé que con mi mesada de 4 meses no puedo pagar nada ahí.
—¿Tu mesada de 4 meses? — cerré la boca y miré a otro lado. —¿Querías pagar lo que consumamos?
—...No.
—Celine. — hice un puchero y lo admití.
—Diablos, se supone que no te darías cuenta hasta que tuviéramos que irnos.
Lo tomo con humor y se río unos segundos.
—Celine, no hay necesidad de que hagas eso. Yo tenía planeado pagar todo desde el principio. — negué.
—No estoy cómoda con eso, tiene que ser equilibrado. — me miro sin decir nada y suspiró.
—Bien, hagamos esto. Hoy pago y en la siguiente lo haces tú.
Sonreí y levante mi dedo meñique, Raiden lo miro un rato sin entender.
—¿Nunca has echó una promesa de esta manera?
—Si, con mi hermana. — se ríe. —Perdón, solo me sorprendí un momento.
—Deja de burlarte de mí y hazlo.
Aun con una risilla, entrelazo su meñique con él mío. Termino de estacionar el auto y bajamos para entrar al restaurante.
No se trata de un restaurante lujoso, pero sus precios si son un poco elevados. Mayormente se debe a la buena vista que brinda.
—Un restaurante de un piso, sus paredes son de cristal brindando una hermosa vista al mar y la comida es deliciosa. Razón para explotar su popularidad y subir los precios al triple.
Tomamos asiento en una mesa cerca de la pared de cristal, mire un poco nerviosa el lugar y Raiden río sin quitarle la vista al menú.
—Déjame consentirte, es nuestro primer día como pareja. — lo mire avergonzada.
—Solo recuerda nuestra promesa. — fue lo único que pude decir.
Una mujer tomo nuestro pedido, debido a que tenía los ojos puestos en el menú, no me di cuenta de la mirada que le estaba dando a Raiden, pero cuando levanté la mirada su hermoso rostro y cabello plateado me hicieron sentir incomoda.
Bajé de nuevo los ojos al menú y solo me mantuve en silencio, no quería ver que mirada le da Raiden, es más que obvio que la chica intenta coquetearle.
—Confía en Raiden, él lo prometió.
Odio sentirme de esta manera, sé que las palabras de Raiden son sinceras, pero por más que quiera no puedo dejar de sentirme insegura en este tipo de situaciones.
—Celine. — baje un poco la carta del menú al escuchar el llamado de Raiden. —¿Ya sabes que vas a pedir? — asentí con una media sonrisa.
Le dije a la chica mi pedido y ella se retiró.
—¿Cómo estuvo tu día en la universidad?
—Fue mejor de lo que imagine. — hablé con una voz animada. —Conocí a una parte de mis profesores, y mis compañeros son muy sociable. Creó poder manejarlo.
—Me alegra verte tan animada. — amplíe mi sonrisa. —Lo de hace un rato, lo note.
Lo mire un poco avergonzada pero no deje de sonreí.
—Yo... Confío en ti.
—Celine, está bien. Lo entiendo, pero dejare en claro que solo tengo ojos para ti.
Fruncí el ceño al no entender del todo sus palabras, Raiden sonrió y se levantó un poco de su asiento inclinándose hacia mí.
—¿Rai...?
Mis palabras no terminaron, cuando Raiden se acercó por completo a mi rostro, sus labios atraparon los míos en un despacio y tierno beso.
—Te amo. — pase saliva ante sus palabras después de separarse de mis labios. Con una sonrisa en su rostro, volvió a su lugar.
—Hum, aquí esta su pedido. — mire a un lado y la misma chica de hace unos minutos regreso.
Volví a mirar a Raiden y el hizo una expresión inocente, una sonrisa se dibujó poco a poco en mi rostro y bajé la cabeza avergonzada.
La chica dejo nuestro pedido y se retiró con paso rápido.
—Lo hiciste a propósito. — solo sonrió y tomo los utensilios para comer su platillo.
Lo dejé así y también comencé a comer, fue silencioso por un tiempo, pero ninguno esta incómodo.
—En realidad hay algo que quiero decirte. — hablo Raiden cuando deje los cubiertos sobre la mesa.
—¿Sí? — levante la mirada y él se mostró nervioso.
—Prometí que sería sincero, así que hoy en la mañana le dije a mi familia sobre nuestra relación.
El aire se escapó por mi nariz, no respire durante casi 10 segundos, pero asentí para que continuara.
—Mi madre y hermana se lo tomaron de maravilla, aunque no lo creas, ellas te adoran.
—Pero si apenas las he visto una vez.
—Bueno, digamos que, si yo soy feliz, ellas lo son al doble. — me reí un poco.
—¿Y tu padre? — la sonrisa desaparecía de su rostro y la mía también después de ver su expresión sobria.
—Me amenazo.
—¿Que?
—Me dio una semana para terminar contigo o hará que me quiten del puesto de la empresa.
Me quede impactada, como es posible que su propio padre le amenazara con quitarle el puesto por el que toda su vida a trabajado.
Aprete con fuerza mi puño y mordí mi lengua, estoy realmente enfadada. Una cosa es que no esté de acuerdo con nuestra relación, pero amenazarlo ya es ir muy lejos.
—Entonces... — quería sugerirle terminar la relación si las cosas serian así, pero las palabras no salían.
—Basta Celine. — Raiden coloco una mano sobre mi puño que esta sobre la mesa. —Te estas lastimando. — no quería preocuparlo, así que abrí mi mano y Raiden de inmediato la sostuvo.
—Eso... Estoy bien.
—Estas sangrando un poco.
—Je, creo que tengo que cortar mis uñas. — trate de bromear un poco, pero su expresión no cambió.
Raiden siguió mirando la pequeña herida, acarició cuidadosamente y luego de un rato llevo mi palma a sus labios donde dejo un delicado beso. Sonreí ante su acción y aproveche que mi palma está en su cara para acariciar un poco su mejilla.