Una Promesa A La Luna

Capítulo 41

Celine

El toque de Raiden aún sigue grabado en mi piel a pesar de que ha pasado una semana.

De nuevo no nos hemos podido ver en una semana entera, en verdad está lleno de trabajo, pero agradezco el tiempo que se toma para llamarme por unos segundos.

Mientras miro el techo de mi habitación, casi siendo las dos de la madrugada, me pregunté si aun estará trabajando.

—Me imaginó que sí.

Lleve mi mano cerca de mi cara y con la yema de mis dedos toque mis labios. Mi temperatura subió al recordar el beso tan atrevido que le di.

Fue suficiente para tapar mi cara con mis manos y rodar sobre mi cama. Desde ese día me siento como en una nube, sin poder procesar del todo como fue que pudimos actuar normal después de tremendo momento.

—Nunca en mi corta edad había deseado desesperadamente el toque de alguien.

Y allí estoy yo, totalmente perdida en mis pensamientos y con mis dedos sobre mis labios deseando correr a los brazos de mi pareja y entregarme a él.

Cerré los ojos y negué fuertemente. Tenía que bajar de esa nube y regresar a mi realidad. Tengo una semana sin poder quitarme este sentimiento de rendición de encima.

—No, aun no... — toque con mi mano mi pecho.

No negare que Raiden en verdad me atrae y me prende, pero mi corazón está dudando.

¡Está dudando!

Estoy segura de que Raiden es el indicado, es increíble que a mis 18 años haya encontrado al hombre con el que tal vez pase el resto de mi vida, pero el problema es que mis inseguridades tienen arrinconado a mi corazón.

Mi corazón está temblando de miedo, las heridas que dejo Alex han cicatrizado casi por completo, pero el miedo de volver a ser traicionada apaga todas mis emociones.

Es muy complicado porque mi mente me grita que confíe en Raiden pero mi corazón no lo hace del todo y eso me lástima.

Lamí mis labios y mordí el inferior.

—Está bien, Raiden nos ha demostrado que nos ama y nunca nos traicionaría, así que deja de dudar.

Es estúpido, yo peleando con mi propio corazón.

Suspiré derrotada y cerré los ojos extendiendo mis extremidades.

—Solo confía en él, por favor. — susurré.

Un nuevo día comenzó, hoy es domingo y quede con los chicos para pasear en bicicleta en el parque que está frente a la playa.

Al llegar nos dirigimos al lugar donde podemos rentar las bicicletas, fue muy rápido y cinco minutos después ya estamos paseando por los alrededores.

—¡Soy muy rápida!

—¡Lela, ten cuidado de no arrollar a alguien! — le grito Caín.

—¡No lo hare!

Paso alrededor de una hora cuando nos detuvimos para descansar, y fue justamente frente al estanque donde jugué a ponerle nombres a una familia de patos junto con Raiden.

—Celine, ¿Te ocurre algo? — me pregunto Carlo.

Sonreí internamente, estos chicos siempre están atentos a mí. Giré para verlos y sonreí ligeramente.

—Todo bien. — me miraron con los ojos entrecerrados y me reí un poco. —Está bien, en realidad estoy un poco ansiosa.

Nos sentamos sobre el césped y les conté lo que sucedió con Raiden y como me estoy peleando con mi propio corazón desde hace una semana.

Cuando termine de explicarles mi cara estaba completamente roja y me sentía muy avergonzada.

—Hum, ya veo. — expreso Pheope con los brazos cruzados.

—Vaya, si estás así de roja me imagino que te saltaste ciertos detalles. — no dije nada y Lela se río.

—Celine. — mire a Caín. —Está bien que te sientas de esa manera, después de lo que pasaste... — hizo una pausa de 3 segundos y continuo. —Es comprensible que te sientas insegura de dejar entrar por completo a tu corazón a Raiden.

—Caín tiene razón. — hablo ahora Carlo. —Solo dale más tiempo, veras que en algún momento y sin que te des cuenta, tu corazón podrá corresponderle por completo a Raiden.

—Si, Celine. — mire a Lela. —Con lo que has sufrido con tus parejas anteriores, hasta yo entendería porque tu corazón está tan en guardia.

—Solo hay que darle tiempo como dijo Carlo. Además, Raiden te ha dicho que está dispuesto a esperar toda la vida ¿No?

—Eh, no exactamente con esas palabras, pero eso creó. — conteste a Pheope.

—Da igual, es lo mismo. Aquí lo importante es que no te quemes la cabeza con preocupaciones que con el tiempo se resolverán. — Pheope se arrastró hasta llegar a mi lado y enrollar mi cuello con su brazo. —No hay prisa, así que solo disfruta y si algo malo pasa, recuerda que nos tienes a nosotros.

La miré fijamente y después lo hice con los demás, mordí mi labio para aguantar las lágrimas y les agradecí con una sonrisa.

—Por cierto, ¿Que nos estas ocultando? — mire a Lela. —¿Porque te has sonrojado hasta el cuello? — negué con una sonrisa nerviosa.

—¡Ahh! Sea lo que sea no quiero escuchar. — se quejó Caín cubriéndose los oídos con sus manos.

—¡Pero yo sí! — exclamo Pheope.

—Hagan en una de esas pijamadas que hacen las chicas donde se cuentan secretos. — me eché a reír ante las palabras de Caín.

—Caín no seas tan exagerado, a mi si me interesa. — hablo Carlo.

—Celine para mi es como una hermana pequeña, por supuesto que me niego a escuchar lo que hace a solas con su novio. — todos se rieron y el siguió con las orejas tapas y cerros sus ojos.

Entre risas me arrastre a su lado y lo abrace.

—Bien hermano, no te preocupes. Aun no tenemos sexo.

—¡CELINE! — se quejó y los otros gruñeron decepcionados.

—¡Ah cierto! — exclamo Lela. —Sabemos que Raiden y Cassian están muy ocupados, pero aun así les enviamos un mensaje por si querían unirse.

Mire a la rubia quien sonrió de oreja a oreja.

—¿Y adivinan quienes se están acercando?

Me separe de Caín y busque a mis costados, pero al no ver nada gire para ver hacia atrás. Dos hombres apuestos con traje se acercan mientras tienen sobre ellos los ojos de todas las personas que están alrededor.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.