Una Promesa A La Luna

Capítulo 43

Celine

 

La canción termino justo a tiempo, Raiden detuvo el auto frente a la entrada de un gran y hermoso salón. Mire embobada el lugar, es solo la parte exterior, pero se ve tan lujosos que ya siento mi estomago revolverse.

Escuche una puerta cerrarse, cuando mire al lugar de Riaden, el ya no estaba, pero mi puerta se abrió y el me tendió la mano. Reaccione pocos segundos después, tome su mano y salí del auto.

—Vamos. — lo mire y después mire al frente, respire hondo y asentí.

Enganche mi mano en su brazo y subimos el pequeño camino de escalones para llegar a la entrada. Raiden le entrego dos boletos al hombre que esta justo en la entrada, y después de verlos nos permitió entrar. Mis ojos brillaron con intensidad al sentir una brisa agradable, un olor a vainilla y todo el lugar sumamente limpio.

—Los pisos de este lugar, brillan más que mi futuro.

Cuando la música clásica llego a mis oídos, supe que estábamos cerca, y así fue. Doblamos en una esquina siguiendo un pasillo, al final había otra entrada de donde provenía el ruido y cuando la cruzamos ante mi vista había personas con aire elegante, pinturas colgadas en la pared siendo iluminadas de manera individual y meseros con charolas que contienen copas llenas de un líquido rojo y aperitivos.

Una mujer alzo un dedo y unos de los meseros cercanos se acercó bajando la charola que tiene en su mano, la mujer tomo una copa y el chico camino por los alrededores en espera de otra señal.

—Who, así funciona.

Mire a Raiden cuando escuche su risilla, él me sonrió y se inclinó para susurrar en mi oreja.

—¿Quieres que llame a alguien?

—¿Qué es?

—Hum, vino.

—¿Lo cobran? — note como reprimió una risa, y me sonroje al saber que pregunte algo estúpido. —Olvídalo, no estoy de ganas. 

—Vale, como quieras.

Hizo un movimiento de cabeza, asentí y nos adentramos más. Las personas pusieron los ojos sobre nosotros, bueno, sobre Raiden, con quien aún tengo mi mano enganchada en su brazo.

Mire alrededor en busca de mis amigos, pero en su lugar me encontré con ceños fruncidos de hermosas chicas, así que mejor mire hacia abajo y me deje guiar por Raiden, quien noto mi incomodidad.

Sabía que diría algo, pero la voz de Larissa se lo impidió.

—Celine. — levante la cabeza y solo enfoque mi mirada en ella. —Hola, gracias por venir. — me abrazo e hice lo mismo.

—No, gracias por invitarme. — sonreí de manera tímida. —Todo es tan lindo, felicidades. 

—Me alegra que te guste, y gracias. — miro a mi lado, y su sonrisa se remplazó por una mueca. —Por lo menos no me diste problemas como el idiota de Cassian, mira que no venir a mi exposición. — Raiden suspiro.

—No ha dormido mucho esta semana, no debiste obligarlo. — Larissa bufo.

—Solo serán unos minutos, no le cuesta nada aguantarse un poco más el sueño. — miro algo en su celular y baje la mirada al notar los ojos de Raiden sobre mí. —Oh, los chicos ya llegaron. Iré por ellos, Lela trajo a su novio así que necesitan mi ayuda para entrar.

—¿Qué? ¿Novio?

Larissa se despidió con un ya vuelvo, y salió del lugar. Suspiré y estaba por dar unos pasos más hacia delante, pero Raiden no se movió, así que tuve que levantar la mirada.

—Ignóralas. — fue lo que salió de su boca cuando hicimos contacto visual. —Solo ignóralas, es lo que siempre hago yo.

—Pero es diferente. — respondí de manera natural. —La sensación de sus miradas es diferente.

—Celi…

—Celine, cariño. Hola. — mire a un lado, la señora Donovan se acercó a mí con una sonrisa.

—Hola, buenas noches. — abrí mis brazos para aceptar los de ella.

—Raiden, cariño. — ella abrazo a su hijo y después se alejó dos pasos para vernos a ambos. —Que lindos se ven. — sentí mi cara sonrojarse y sonreí tímidamente. —¿Qué te parece la exposición? ¿verdad que es hermoso? Hay cuadros de Larissa y otros pintores, ¿ya los has visto?

—Ah, no. Acabamos de llegar.

—Oh, perfecto. — se acercó y engancho mi brazo con el suyo. —Te enseño. — miro a Raiden. —Me la llevo un rato.

—Ma… — no lo dejo protestar ya que de inmediato me arrastro con ella. Una risilla salió de mis labios y la señora Donovan me miro de manera tierna.

Me mostro cada cuadro y me dio información extra, como el nombre del artista y en que fue inspirada. También me preguntaba si lograba descifrar algo más aparte de la pintura, lo cual no fue tan difícil, ya que para mí al menos era muy obvio.

—Así es, esta pintura fue inspirada en un recuerdo de la infancia del pintor. Es hermosa, ¿verdad?

—Si. — conteste viendo la pintura de unos niños jugando al bebeleche.  —En verdad puedo sentir la felicidad de esos niños mientras juegan algo tan sencillo.  

—Si, eso es lo mejor del arte. — me miro. —Plasmar un recuerdo o vista hermosa, y en el proceso dejar tus sentimientos en ella. — sonreí estando de acuerdo con sus palabras.

Seguimos con el recorrido, hasta que llegamos al cuadro por el que estoy aquí. Mis ojos brillaron intensamente al verlo. Era como si me hubiera metido a la pintura y estuviera viviendo de nuevo ese momento.

—Ahora estas sintiendo el arte en todo su esplendor. — logre oír que decía a mi lado. —Es uno de los mejores trabajos de mi hija, incluso yo al ver la pintura terminada, sentí que absorbía dentro de ella.

—Es espectacular.

Miramos un momento más la pintura, y cuando escuche ruido viniendo de una esquina, gire instintivamente. Ahí están mis amigos alrededor de Larissa quien con una sonrisa, parece divertirse con ellos.

—Vamos a saludar. — asentí y nos acercamos. —Buenas noches, ¿Cómo se la están pasando? — saludo la señora Donovan.

—Buenas noches. — saludaron.

—En verdad es espectacular, nunca me imagine pisar un lugar tan bello. — comento Carlo.




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