Raiden
Hable con el señor Abbey sobre lo que me preocupa de Celine. El cómo ha estado animada últimamente, no es que sea malo, pero nunca antes la había visto con tanta energía. También le comenté sobre como suele nublarse su mirada y parecer perdida, mi preocupación incremento cuando él me dijo que es algo que noto que comenzó poco tiempo después de que fue diagnosticado con cáncer. Y, por último, lo que ocurrió en la cena de navidad, el pánico se reflejó en sus ojos cuando le mencione que Celine no recuerda lo que ocurrió con mi padre.
Así que, a espaldas de ella, consultamos al padre de Caín quien también se mostró preocupado y dijo que necesitaba más información para dar un diagnóstico. Aylín nos ayudó y contesto algunas preguntas, ella dijo que algunas veces Celine parece perdida y en las noches suele llorar por horas. Caín fue el siguiente —ya que ambos últimamente pasan mucho tiempo juntos—, él dijo que también ha notado extraña a Celine, que incluso una vez se mostró agresiva con un hombre que la empujo por accidente.
Eso en verdad ya es para preocuparse, y más cuando es algo que suele suceder cuando hay varias personas patinando alrededor de ti. Caín dice que su reacción le sorprendió bastante, lo habitual de ella seria reírse del momento, pero en su lugar tuvo que sujetarla y alejarla.
El señor Rudler dijo que hablaría con los demás chicos, y Caín dijo que lo ayudaría con eso. Pasaron dos días más, Celine ahora no tiene nada de energía, ni siquiera quiere salir de su casa, solo se la pasa alrededor de su padre y tal vez se deba a que mañana en su cita con el doctor y les dirán si la quimioterapia está funcionando o no.
Tuve que quitar la mirada del ordenador para contestar una llamada, se trata del investigador que contraté para el asunto de los diseños robados.
“¿Hay noticias?”
“Las hay, pero no son del todo buenas.”
“No le de tantas vueltas y dígalo” — la línea se quedó dos segundos en silencio, él suspiro y hablo.
“El hombre que vendió los diseños a otras empresas, fue capturado hace un par de horas y fue suficiente con que le dijéramos cuantos años pasara en prisión y el cómo es adentro de ella, para que confesara todo.”
“¿Y bien?”
“Es uno de sus empleados que estuvo muy involucrados en el proyecto, lamentablemente no le ha ido del todo bien y la escuela de sus hijos ya no les permitía entrar debido al acumulo de la colegiatura. Alguien descubrió su necesidad y urgencia por conseguir dinero y lo uso para ofrecerle un trato que le daría al menos 5 millones de dólares.”
“¿Me está diciendo que fue un plan diseñado por alguien?”
“Así es.” — mi mandíbula se tensó, cerré los ojos un momento y aprete con fuerza el puño.
“¿De quién se trata?” — ahora la línea se quedó en silencio diez segundos, estaba por exigirle el nombre, pero no fue necesario.
“La persona que le ofreció 5 millones de dólares a este sujeto para que vendiera los diseños de juguetes a la competencia, fue… Vicent Donovan.”
Me quede paralizado y deje de respirar, la ira en mi pecho fue remplazada por una pulsación de dolor y me recargue en el respaldo de mi silla al sentirme mareado.
¿El acaba de decir el nombre de mi padre? No, tiene que ser un error. ¿Por qué mi padre haría algo que provocaría una crisis en la empresa cuando toda su vida trabajo duro para evitar una situación así?
“¿Cómo? No, esto no… ¿Quién fue?” — pregunte totalmente aturdido.
“Vicent Donovan fue quien planeo todo, señor.” — pase mi mano por mi rostro y la deje sobre mi boca, me siento agito, no puedo respirar bien y todo me da vueltas. “¿Quiere que vayamos a hablar con su padre?”
“No.” — conteste de inmediato. “Lo hare yo.”
Colgué la llamada y me di mi tiempo para tranquilizarme. No he visto a mi padre desde hace una semana, que fue lo de la cena de año nuevo, y no pensé que volvería a verlo para preguntarle si él…
Oh, no puede ser.
Lleve mis manos a mi cabello y me incline hacia adelante, en verdad me siento fatal, es un dolor extraño, un dolor muy diferente al que he sentido hasta ahora con todo el asunto de Celine y el señor Abbey. Es un dolor completamente nuevo.
Negué fuertemente y con una opresión en el pecho que me impide respirar del todo bien, salí de mi oficina. Mi secretaria me miro y dijo algo que no pude escuchar, en mis oídos solo está un zumbido y nada es audible para mí. Sacudí mi mano y ella me miro extraño, solo seguí caminando hasta el ascensor y aun con el zumbido y sintiéndome por completo aturdido, logré llegar a mi auto y manejar hasta la casa de mis padres.
Entre a la casa, y camine lentamente. Mi madre venia bajando las escaleras principales tomada del brazo de Larissa. Ambas ríen, puedo saberlo porque sus bocas están abiertas en una sonrisa. Cuando mi madre me miro, sonrió y sus labios se movieron, puede leerlos, ella a dicho mi nombre.
Me sentía tan asfixiado que afloje mi corbata y desabroche los primeros botones de mi camisa, mi madre y hermana perdieron sus sonrisas y bajaron con prisa lo que les quedaba de escaleras. Sus labios pronunciaron mi nombre, pero de mi boca salió una pregunta y el zumbido desapareció de mis oídos.
—¿Dónde está mi padre? — ambas se miraron, mi mirada se intensifico. —¿Dónde está?
—¿Qué sucede? — pestañe con fuerza cuando unos puntos aparecieron en mi vista, me acerque a mi madre y ella se estremeció ante mi mirada.
—Está en su oficina. — contesto Larissa y mis pies se movieron de inmediato. Sus pasos detrás de mí no me importaron, en realidad el asunto que vengo a tratar con mi padre, es algo que le incumbe siendo parte de los accionistas mayoritarios de la empresa.
Entre sin tocar —algo que odia—, mi padre está sentado frente a su escritorio con sus lentes puesto y leyendo un libro. Levanto su cabeza y su mirada severa se convirtió en una extraña —¿apenado tal vez? —, cerro el libro y se puso de pie.