Celine
Tres meses pasaron al igual que muchas cosas.
Después de que Raiden despertó, hubo un gran caos debido a que no tenía movilidad en las piernas. Llame a Larissa después de enterarme por las noticias, y me explico que el doctor dijo que será temporal, pero necesitará rehabilitación de por al menos medio año o más.
También lograron atrapar a quienes querían hacerles daño; se trataba de un grupo de hombres que solo querían dinero. Todos están en la cárcel y la familia Donovan esta fuera de peligro.
Lo último que supe de ellos, fue hace dos meses, cuando informaron en las noticias que Cassian y su padre se harán cargo de la empresa por al menos un año. Y Larissa, la señora Donovan y Raiden, viajaron a Nueva York, donde Raiden se recuperará con ayuda de su madre y hermana, mientras que al mismo tiempo ellas trabajan.
A pesar de que ya no tengo contacto con ellos, por Cassian sé que les va bien. La señora Donovan está trabajando en un gran proyecto, Larissa se está preparando para ser presentadora de una subaste de obras de arte y Raiden cada día va mejorando en su rehabilitación.
Yo en estos meses tuve momentos tanto felices como difíciles, mi padre colapso un par de veces, pero siempre lograba recuperarse y salir del hospital. Junto con mis amigos y Karin, estuve llevándolo a visitar todo California y se convirtió en el fan número uno de la banda de Elio.
Mi Instagram está llena de fotografías donde comparto todos los momentos que vivo con él; cuando vamos a la feria, al bar donde toca Elio, una discoteca, un karaoke, cine, parques, barbacoas, su cumpleaños y muchísimas más.
Todos los días salíamos, pero desde hace dos semanas está muy débil e incluso levantarse de la cama lo agota casi por completo. La última salida fue a la playa, donde le mostré el lugar donde hice una promesa con Raiden. Y como ya no puede salir, ahora hacemos un montón de recuerdos en casa.
—¡Feliz cumpleaños Celine! ¡Feliz cumpleaños a ti! — aplaudí con una gran sonrisa cuando los chicos dejaron de cantar y aventaron confeti al mismo tiempo que gritaban.
—Pide un deseo. — sonreí a mi padre y me incliné hacia el pastel. Ya sabía cuál era mi deseo, así que cerré los ojos y soplé las velas.
—¡Ustedes limpiaran la cama de mi padre!
Les advertí una vez quitaron el pastel frente a mí y lo colocaron en la mesita de la sala, la cual subieron hasta su habitación. Ellos hicieron una queja de molestia, pero comenzaron a recoger el confeti que esta esparcido en la cama de mi padre.
Ya que él no tiene fuerzas para salir de cama, estamos festejando mi cumpleaños en su habitación. Es solo una comida pequeña con los chicos, mientras que mi solecito esta por videollamada.
“¡Felicidades CeCy! ¡19 años! ¡Ya eres toda una adulta!”
Sonreí.
—Gracias. El tuyo se acerca. — note que Caín paro las orejas y se acercó teniendo como excusa recoger el confeti que esta justo a mi lado. —Mi solecito cumplirá 16 años, un paso más hacia a la adultez. — nos reímos. —¿Qué quieres de regalo? Me asegurare para enviártelo.
“Un regalo debe de ser sorpresa, así que confiare en ti.”
—Bien, no prometo algo grande, pero buscare el mejor regalo para ti.
Tuvimos que colgar, ahora está ayudando a su madre en el consultorio y tiene muchos pacientes. Así que la pequeña fiesta continuo y comimos pastel, a excepción de mi padre, quien no tiene apetito.
Al día siguiente papá tenía un poco más de energía, así que Karin me ayudo a bajarlo en la silla de ruedas y salimos a dar un paseo. Los vecinos ya saben de su enfermedad, así que cuando lo ven lo saludan como si no pasara nada. Al igual que todos, ellos también quieren que mi padre no se sienta incomodo.
A mitad del camino nos dimos cuenta de que se ha quedado dormido, así que regresamos a casa. Y lo subimos a su habitación, estaba tan agotado que no se despertó en todo lo que quedo del día y despedí a Karin.
—Gracias Karin. — hable antes de que cruzara la puerta.
—Es mi trabajo. — dijo con una sonrisa, pero casi al mismo tiempo apretó los labios y sus ojos se cristalizaron. —Lo siento, yo…
—También lo sientes, ¿verdad? — en este punto ya puedo aguantar las lágrimas, así que me acerque con una sonrisa. —Que el tiempo se termina. — una lagrima resbalo de sus ojos cuando pestañeo.
—Por dios, tú eres su hija y las más afectada parezco yo. — me reí.
—Estoy destrozada, Karin. — confese. —Me voy a la cama con el temor de que mi padre ya no despierte, y desde hace tiempo que me despierto en las madrugas y lo que resta de la noche estoy en su habitación tomando su mano, revisando a cada minuto su pulso.
—Por dios, Celine. — sorbio por la nariz. —Lo ocultas bien. — sonreí.
—Solo un poco de corrector y polvo hacen la magia. — suspire. —Queda poco tiempo, Karin. Y lo voy a disfrutar tanto como pueda.
Me dio un abrazo junto con un beso en la mejilla y se marchó. Subí a darme una ducha, después me senté frente a la cama de mi padre y leí un libro. Cuando me dio sueño fui a mi habitación, pero como era de esperarse, me desperté a las cinco de la madrugada y lo que quedaba de la noche, estuve a un lado de mi padre.
—¿Volverás a estudiar? — mire a mi padre, quien me hizo la pregunta.
—Si, cuando llegue a Londres me informare de inmediato. — sonrió. —Seguiré con lo mismo.
—Eso es genial. — tosió y Karin de inmediato le palmeo la espalda. —Gracias. Karin puedes decirme la hora.
—Serán las cuatro de la tarde. — mi padre me miro.
—Hija, podrías ir a la tienda de conveniencia y comprar mis pañales. Ya se están terminando. — asentí y salí de casa.
Note un patrón extraño entre mi padre y Karin, desde hace unas semanas mi padre me pide ir a algún lado si estoy con él cuando están por ser las cuatro de la tarde. Algo extraño se traen entre manos, pero confió en que no es algo malo. Tal vez está preparando el regalo de cumpleaños de mi solecito que es dentro de dos meses y como puede escaparse de mi boca, tal vez por eso me pide ir a algún lugar.