Stella.
—Hija —dijo mi padre en voz baja y tranquila, pero sentí que estaba muy nervioso. – Tenemos que hablar, vamos a otra habitación.
—Gracias por venir hasta aquí. Realmente quería que conocieras a David —respondí sonriendo, aunque entendía que mi padre había venido por algo completamente diferente.
—Sí, claro, pero ahora me gustaría hablarte de otra cosa —él suspiró—. Ayer estuvimos todo el día y toda la noche pensando en cómo ayudarte. Verás, en realidad no sabemos nada sobre lo que te pasó hace tres semanas. Cruz ahora está en coma y no hay forma de saberlo por él.
—No, papá, él mismo no sabe nada. Simplemente estaba cumpliendo las órdenes de Smith —respondí.
—Está bien, pero ¿quién es Smith? Ni siquiera los servicios secretos lo saben. Fernando está constantemente en contacto con ellos, pero sin tu testimonio no podrán hacer nada —mi padre intentó calmarme, pero, al contrario, me preocupé mucho más. – Cariño, ellos pueden incluirte en el programa de protección.
—Papá, si descubren que Smith realizó algún tipo de experimento conmigo y con David, como resultado de lo cual podemos leer los pensamientos de cada uno y las visiones que tuve comenzaron a hacerse realidad... Fue gracias a ellos que encontré a David.
—No, encontraste a David por una fotografía en tu teléfono —intentó interrumpirme mi papá.
—Sí, pero sabía hacia dónde mirar, sabía que escaparía de Cruz, aunque no de una manera tan terrible. Y David sabía que yo vendría por él y que María y Alba vendrían por nosotros, lo sabía incluso antes —exclamé, dándome cuenta de que mi padre no entendía del todo la profundidad del problema—. En unas palabras, lo que nos esta pasando, no es normal. Él está seguro de que soy su madre.
—¿Quieres decirme que David...?
—Sí, papá, sí. No tengo idea de lo que Smith me hizo, pero experimentaba con David aún en el vientre de su madre. Cruz logró mantener su paradero en secreto después de la muerte de Donna, pero David está conmigo ahora. Y tú mismo debes comprender que ni los servicios especiales ni Smith nos dejarán en paz —objeté—. Encontré un chip en el juguete de David, pero Ben aún no ha podido abrir ni leer el contenido y no sé si podrá. Pero no quiero en absoluto que nadie más sepa sobre esto. ¿Entiendes?
—Hija, pero entiendes que nosotros mismos no podemos protegerte lo suficiente, aunque Ben y Robert están tratando de hacerlo bien, —objetó.
—Cruz dijo que para deshacerme de Smith había que morir —respondí, no alegremente.
—¡No digas eso! —exclamó papá y me abrazó fuerte—. Vale, entonces tendrás que escuchar los consejos de Alba. Ella dijo que podría haceros todos los análisis incognito y por lo menos saber que de salud estáis bien.
—Está bien, lo pensaré. También creo que nos será útil reunirnos con Madame Clarice —estuve de acuerdo.
—Vivirás en su apartamento, para entonces podremos descubrir al menos algo sobre Smith y preparar algún plan mejor.
—Gracias, papá.
Mi padre me abrazó con más fuerza, intentando transmitirme seguridad, pero sentía su nerviosismo en el temblor de sus manos y en la forma en que su respiración se aceleraba ligeramente. Su miedo por mi futuro era inevitable, y yo misma sentía una mezcla de terror e incertidumbre que me oprimía el pecho. La perspectiva de enfrentar a un enemigo desconocido y poderosamente oculto como Smith era aterradora, y aunque intentábamos mantener la calma.
De repente escuché a David llorar. Parecía que se había despertado y se había asustado al quedarse solo.
—Lo siento, papá, tengo que ver al niño allí —dije, apresurándome hacia la habitación donde dormía el niño.
—¿Estas asustado? —le pregunté, levantándolo de la cama.
—No. Quiero comer.
—¡Ay, por Dios! ¡No pensé en la comida en absoluto! —exclamé.
Para ser honesta, no sentía hambre a pesar de no haber comido desde la mañana. La tensión y las preocupaciones habían apagado mi apetito, pero obviamente no podía decir lo mismo del niño.
—Está bien, vamos a ver qué encontramos —suspiré, lo cogí en brazos.
Al entrar en la cocina, vi que María ya había preparado unos sándwiches y café.
—¡Ves qué bueno es tener una hermana mayor! —exclamé alegremente.
—Sí, pero solo tendré un hermano menor —dijo David, para mi sorpresa, pero no presté mucha atención a sus palabras en ese momento porque papá y Alba se unieron a nosotros.
—David, te presento a Walter, mi papá —dije, presentando a mi padre al niño.
—Hola, David —dijo mi padre, tendiéndole la mano.
—¿Abuelo? —preguntó David.
—Bueno, como yo soy tu madre, entonces él es tu abuelo —pensé.
—Así me lo imaginaba.
David le extendió la mano.
—Papá, David aún no habla, pero parece haberte aceptado —le dije sonriendo a mi padre.
No profundicé en el tema del nuevo pariente, consciente de que a papá le resultaría difícil aceptar la situación. Hace apenas un mes vio a su nieta y ahora aparecía un nieto más. Nuestra familia crecía de manera inesperada y rápida.
—Ben y Robert se fueron a por el coche y no encontraron nada adecuado para el niño. Lo siento, solo me trajeron esto, así que comamos los sándwiches para cenar —se disculpó María.
—Gracias, Mimi, no sé qué haría sin ti —le dije, besándola en la mejilla, con un nudo en la garganta.
Mientras nos sentábamos a la mesa, miré a mi hermana y a mi padre. ¿Quién sabe cuándo los volveré a ver? ¿Cuántas cosas pasarían en el futuro que no sabía y, francamente, temía? La incertidumbre del futuro me oprimía el pecho, llenándome de ansiedad y miedo.
—No te preocupes. No estarán separados por mucho tiempo —escuché la voz de David en mi mente.
Su certeza me dejó sin aliento por un momento. ¿Podía ser verdad? El miedo al futuro era grande, pero la esperanza y el apoyo de los que me rodeaban me daban fuerzas para seguir adelante.
Después de la cena, llegaron Ben y Robert. Nos preparamos para partir. Sentía un nudo en el estómago no solo por la despedida, sino también por la incertidumbre. No pude controlar mis pensamientos inquietos, a pesar de que David podría leerlos y ponerse más nervioso, no tuve fuerzas en dejar de pensar en lo que me preocupaba: ¿Y si hacemos los análisis y resultara que tenemos algo raro en la sangre? ¿Y si, esto no se cura? ¿Y si Madame Clarice no podrá ayudarnos? ¿Y si Ben no consiga descifrar el chip? ¿Y si Smith nos encontrará?
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Editado: 23.07.2024