Una Reina Para El Principe

Capítulo 16

—¡Nicholas!—Dijo sorprendida Katherine corriendo hasta los brazos de su hermano—, salvamos, hermanito, tenemos hambre y la señora es…

—Relájate, venga vamos a la mesa—Menciono mirándome a los ojos.

«Me iba a derretir de tanto calor, este vestido me está matando», su hermana se acercó a mí y me jalo de la mano para qué comenzará a caminar.

—Terminamos con esta tortura—Dijo mientras me arrastraba por el pasillo.

El príncipe moja bragas estaba detrás de nosotras sin mencionar ninguna palabra y eso me parecía incómodo, muy incómodo si tomamos en cuenta el episodio de ayer en la noche.

—Tú, porque a mí me queda un día muy largo—Susurre.

—Tranquila, espera que llegue Jena con su esposo y verás que no serás la única en las lecciones—Comento con una sonrisa.

Cuando llegamos al comedor había tres platos servidos, Katherine escogió puesto y a mi me hizo sentarme a su lado, mi príncipe divino tomo asiento al frente de nosotras, en ese momento apareció un hombre y me observó de arriba para abajo

Las puertas se abrieron y un hombre entro, comenzó a mirarme de arriba para abajo y luego se sentó a mi lado mientras me seguía mirando de manera extraña, ¿Será que tendré algo en la cara?

—Como tranquila—Dijo el hombre en castellano—. Una pregunta, señorita Jones, ¿Cuál es su postre favorito?

No entendía la pregunta aunque no se necesitaba demasiado CI para comprender lo que dijo, pero no entendía para qué quería saber eso, ¿Será que piensa regalarme un postre?, Porque si era así, en ese mismo momento quería al príncipe amarrado en la mesa para mí solita.

—Todos—Respondi antes de meterme la cucharada en la boca.

No tenía preferencia de postres, simplemente me gustaba disfrutarlos al máximo, todavía no encuentro uno que no me guste, cada vez que pruebo uno nuevo me queda encantando demasiado y no hay nada en la paz de tierra que haga que un postre no me guste.

—¿Todos?—Pregunto casi gritado con un poco de asombro y luego se aclaró la garganta—. Perdone mi desconocía, señorita, perdóneme usted príncipe Nicholas por mí falta de modales hacia su prometida.

—Está bien, pero por favor guarde la compostura—Menciono mi príncipe y lo miré desconcertada.

En ese momento nuestras miradas se cruzaron y el me guiño el ojo, yo solo sonreí mientras comía lentamente un plato muy diferente al que me había enviado esta mañana.

—Bueno, señorita Jones, nos veremos esta tarde para su ensayo—Dijo el hombre poniéndose de pie—. Con vuestro permiso.

El hombre salió dejándonos casi solos, si no fuera por dos guardias que había en la puerta, por lo que había podido observar, estos hombres se mueven por todo el castillo y algunos por fuera, nunca se están quietos, así como los empleados.

—Este fin de semana se anunciará el compromiso—Comento el príncipe colocando la servilleta a un lado del plato.

—Sí, el día de tu cumpleaños hermano—Comento Katherine.

—Sí, no es necesario que me lo recuerdes—Susurro y luego me miró otra vez—. Lo importante es que saldrá por las noticias, revistas, todos lados.

—¿Ya comenzaron a tramitar lo del divorcio?—Pregunte.

—Me hermano se encargará de eso—Comento—, ¿No leíste la nota que te deje?

Yo negué con la cabeza y el soltó un suspiro, de seguro pensará que no me interesó leerla o cualquier otra cosa que no era para nada verdad.

—La instructora no me dejó hacerlo—Aclare.

—No es necesario que te expliques—Susurro y se levantó de la mesa.

—Nos veremos después, tengo que buscar a Jean en el aeropuerto—Comento.

—¡Señorita Jones!, ¡Señorita Jones!

Antes de que pudiera responder algo al respecto, entro Jeffrey gritando prácticamente mi nombre y un poco agitado.

—¡Oh!, Príncipe, su hermano lo está esperando—Comento cuando vio a Nicholas.

—Ya voy—Respondió Nicholas—Cuídense.

Susurro y salió casi corriendo del comedor, sin ni siguiera dejar que me despidiera de el o decirle que fuera con cuidado, seguramente tenía mucho afán y no quería dejar a su hermano esperando.

—Señorita, su majestad el rey la necesita, que por favor pase a su despacho cuando termine de desayunar—Comento Jeffrey.

¿Me necesita el rey?, Será que me iba a contar que el divorcio ya se había dado y ya podía irme de palacio, porque si es así, pues que más puedo hacer.

—Está bien, Jeffrey—Susurre.

El asintió y salió del comedor, no sabía si se trataba sobre el divorcio o sobre otra cosa, pero si el rey me necesitaba era por algo y no podía hacerlo esperar, aunque, ¿Cómo llegó a su despacho?, Se le abra pasado a Jeffrey que yo no conozco el despacho del rey, porque apenas e identifico el castillo por sus alrededores.

 



#1025 en Otros
#321 en Humor
#685 en Novela contemporánea

En el texto hay: comedia, romance, plebeyos

Editado: 31.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.