Una Rosa Para Ti...

Capítulo Veintidos

(***)

Priscila y yo llegamos al hospital, ella me estaba platicando que piensa invitar a Amanda almorzar y así reiterarle la invitación de vivir en nuestra casa. Estábamos frente a la puerta de la habitación de Yaneth cuando la abrimos lo primero que vi fue a Amanda besando a Yaneth y la tomaba de la mano. Al ver aquella demostración de afecto, debo confesar que experimente muchos sentimientos y ninguno eran agradables y al escuchar las palabras que Amanda le decía a Yaneth al oído pero que fácilmente podía oír, aquellos sentimientos que tenía iban en aumento. Cuando dijo que tenían un apartamento el cual lo habían decorado juntas, me fue imposible no recordar nuestra fallida intención de vivir juntas, y ahora iba hacerlo con Amanda; le dijo que extrañaba sus besos, sus abrazos y fue en ese momento que entendí que las demostraciones físicas de amor de Yaneth eran inolvidables.

Priscila rompió mis pensamientos saludando a Amanda, diciéndole que no la esperábamos tan temprano en el hospital, y la respuesta que dio ella, diciendo que no podía pasar ni un minuto sin ella. Mis recuerdos inmediatamente me trasladaron hasta los días en que regresé de Toronto después de ir a buscar a Yaneth.

FLASBACK

  • Mi niña, no puedes seguir sin comer – decía mi padre acariciando mi cabello –, Anghela, esto solo es una enseñanza que la vida te ha dado – me levanta de la cama para que lo vea -; escúchame, vendrán tiempos mejores – sonríe.
  • Ella no me amaba como decía – respondo llorando –, ni bien salí de Toronto… volvió con la persona que dijo le hizo daño.
  • Mi niña, lamentablemente no llegamos a conocer el corazón de las personas. Cuando uno se enamora… solo ve y cree lo que quiere ver y creer – me abraza –. Quizás… ella te amó – se separa para verme –, pero no supo cultivar lo que sentía por ti… es por eso que no floreció, ni te esperó o buscó – sonríe triste.
  • Papá… yo la amo, me duele aquí… – señalo mi pecho – es un dolor que no sé cómo manejarlo… siento quebrar mi pecho cada que lloro, deseo no derramar más lágrimas por ella… pero me es imposible al recordar todo lo bello que hemos vivido.
  • Mi niña… no te mentiré, te dolerá por mucho tiempo, pero no será eterno. Un día quizás la vuelvas a ver y todos tus sentimientos por ella se hayan esfumado o quizás no… pero ¿sabes? Al menos ya no dolerá. Porque tú diste todo por ella, te la jugaste al ir a buscarla. Que ella no… supo valorar los suyos… no puedo hablar por ella mi niña. Solo deja que el tiempo cure tus heridas, él es el mejor remedio, para que todo se olvide, para que todo se calme y quien sabe… encuentres un camino en el cual ella ya no sea importante como lo es ahora para ti y así aprendas a ser feliz.     

Llevaba un mes sin comer correctamente no había noche que no llorara por ella, por todas las promesas que hicimos y no se cumplieron, recordaba sus palabras, su sonrisa, extrañaba todo de ella. Muy a pesar de que me había engañado, la extrañaba y reía cada que recordaba algo gracioso que habíamos hecho juntas, cada broma, cada cara graciosa, cada palabra que hablamos como bebés, todo lo que había experimentado con ella dolía, dolía como nunca había experimentado antes. Muchas veces intenté tirarme de un puente porque en dolor que sentía era insoportable, pero papá siempre estuvo a mi lado.  

  • ¡Ya basta Anghela! – habla mi madre entrando a mi habitación – ¡no te da pena tu padre… él está enfermo y tiene que ver tu necedad de sufrir por una mujer que te engañó!
  • ¡Rebeca! ¡sal de la habitación!

Producto de mi necedad como decía mi madre, mis padres se distanciaron; mamá salía más de lo común y fue en esa época que conoció al que ahora es su esposo.

Los años pasaron y papá me ayudó mucho, hasta que su enfermedad se lo llevó y la poca relación que tenía con mi madre se esfumó.

FIN FLASHBACK

Amanda me saludó haciendo que mis recuerdos se fueran, le respondo el saludo nada amigable puesto que aún no me recuperaba de la película que mi cerebro hizo reproducir; me dio un cumplido por mi embarazo y trató de acercarse, pero la evite, no se me antoja que toque mi vientre, así que me fui a un lado de la cama de Yaneth. Continuó hablando, pero no le preste atención, hasta que mencionó que a Yaneth le hubiera gustado conocer a su sobrina fruto del amor de su hermano con su... cuando escucho sus intenciones la miro sin entender lo que quería provocar, continuó con la palabra cuñada y sonrió; así que inmediatamente le dejo claro que Yaneth se despertará que de eso no me queda duda y no puedo evitar mis ganas de llorar.



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En el texto hay: anghela, yaneth, ricardo

Editado: 23.01.2020

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