CAPITULO 25

Al llegar a la costa parece desierta sin un solo ruido, ni siquiera el de las olas chocar, todo parece normal, pero esto no lo era desde el clima hasta la naturaleza, todo era diferente a su isla, pero la sed de sangre ahí estaba.

Regreso a mirar a Getvy solo asintió esta alerta igual que yo, ya ni parece la chica miedosa de hace unos minutos. hago una señal a todos para que no bajaran y salto, al tocar la arena se siente pegajosa haciendo difícil dar los pasos, un hormigueo comenzó haciendo que mis pies se sentían pesados agregando más dificultad a mi tarea o quizá solo están postergando su muerte,

Getvy volvió a meterse en mi mente

—Ve a la cascada —informa

La cascada está casi del otro lado de la isla, me están alejando del barco concluyo ¿La gallina es alejada de los huevos? Esa táctica me hacia reír cuando la sirena más vieja decía que solo una sirena débil no enfrentaba de frente a su oponente.

—¡Maldita seas! —le grito a la nada

Camino por toda la costa maldiciendo y sintiendo las miradas, dando una que otra mirada al barco el cual estaba dentro de una esfera color rosa transparente al menos sirve para algo, me dará tiempo para cuando tenga que regresar a tiempo, tengo máximo 10 minutos, sigo el camino hasta llegar donde empieza la vegetación permitiéndome caminar normal, aunque el hormigueo sigue, miro a todos lados ni un solo animal ni siquiera insectos como en su isla. Por fin llegó a una cascada y ahí estaba sobre una roca una sirena de aleta amarilla muy rara, la escena se me hace bastante familiar haciendo que un nudo se forme en la garganta doy bajas respiraciones tratando de controlar las sensaciones que me envuelven, recuerdo cuando conocí a América, ¿Cómo consiguieron esa información? O ¿Es que acaso una historia puede repetirse? Si mi última pregunta es cierta eso quiere decir una cosa América no es humano y Baltazar tampoco lo es quizá nadie de la tripulación lo es, vaya, y según soy una especie inteligente, América tenía mejor suerte a mí me toca la loca. recuerdo las historias de sirenas que contaban las más grandes burlándose de otras, lo se tal vez una historia de mal gusto entre todas nosotras.

Su cabello es negro lacio de piel clara es lo que puedo ver hasta ahora, cuando sus ojos verdes se encontraron con los míos sonrió de una forma extraña descartado no es una repetición, falsa alarma.

—Hola Anny

—¿De dónde me conoces? —miro a mi alrededor en cualquier momento podría saltarme alguien encima

—Mi nombre es María, soy una sirena de aguas negras

—Nos están atacando, tienes que salir de ahí rápido —Getvy hablo

—¿Qué quieres? —me recargo en el árbol más cercano pensando si era a María a la que tenía que sacar de ahí, pero lo dudo

—Querida Anny, Te quiero a ti —los ojos cambiaron a color negro y sacando sus garras para después saltar atacándome

—Suerte con ello —Anny corro pasando por el agua en la cual quedó atrapada como si se hubiera congelado con el toque esto fue mala idea, pero si no era atardecer

Me moví de un lado a otro tratando de zafar, pero no lo logro, maldije por no poner atención a esas historias en estos momentos me habría servido.

—Huelen deliciosos tus acompañantes, gracias por el festín —María bajo de la roca en la que estaba, me sorprendió mirar con qué facilidad pasaba junto a ella, aunque trate de alcanzarla no lo logre algunas más saltan cuando pasan junto, se burlan.

Agacho la cabeza tengo que hacer algo o se los comerían, ellas no cantan son diferentes a ella no dependen de su cara bonita si no de su fuerza o algo más. Me siento impotente, pero una sonrisa apareció en mi rostro al recordar las palabras de América

"Eres el más poderoso cuando quieres quitarle esa sonrisa de satisfacción a quien te hundió —el tono burlón no pasa desapercibido"

No se podía transformar en sirena estaba claro pero tenía que haber otra salida y si no la había haría una, romper es mi don.