En el momento en el que llegó la oscuridad de la noche, Esteben me despertó y me dijo que lo mejor sería que emprendiéramos un viaje, y que después de la batalla que hubo en el amanecer anterior lo mejor sería que mi familia de vampiros, se escondiesen durante algún tiempo por su seguridad mientras que él y yo nos encargábamos de resolver aquella situación y así lo hicimos.
Cuando emprendimos el viaje, el bosque se extendió ante nosotros, la única compañía que llevábamos eran los susurros de las hojas y los cantos de pájaros nocturnos, con esos sonidos se llenó el aire mientras caminábamos juntos. Esteben me guiaba con confianza por los senderos que al parecer eran muy familiares para él, pero completamente nuevos para mí. Cada paso que dábamos despertaba una mezcla de asombro y nerviosismo en mi interior. ¿Qué me esperaba al final de este camino?
—Esteben, ¿a dónde vamos exactamente? —pregunté, tratando de ocultar mi creciente ansiedad.
Él se detuvo y me miró con una sonrisa tranquilizadora, no se había dado cuenta, pero en ningún momento me dijo porque nos teníamos que adentran en el bosque y mucho menos me dijo que era lo que significaba todo aquello.
—Vas a conocer a mi manada, Win —respondió con calma—. Es importante para mí que entiendas quiénes son y qué significan para mí.
—¿Una manada? ¿En serio existe una manada de hombre lobos? ¿Son como tú y como yo? —terminé de preguntar.
Por mucho que traté de mantener la compostura mientras mi mente se llenaba de preguntas no lo conseguía. ¿Qué tipo de manada sería? ¿Cómo serían los otros lobos? Esteben siempre había sido un misterio para mí en muchos aspectos, y ahora parecía que estaba a punto de descubrir una parte importante de su vida que había mantenido oculta.
Después de un largo trayecto, llegamos a un claro en el medio del bosque en donde un grupo de lobos se congregaba alrededor de un pequeño arroyo. Me quedé fascinada, ellos ya parecían estar esperándonos y yo no sabía ni siquiera que demonios hacia allí.
—Win, ellos son mi manada, sé que no son muchos, pero han venido hasta aquí solo para conocerte —dijo Esteben, señalándolos con orgullo—. Ellos son parte de mi familia, todos somos hermanos y hermanas, y aunque esta no es mi aldea yo quiero ser el Alfa de mi manada y para ello te necesito a ti.
—¿A mí? ¿y eso por qué? —pregunté llena de dudas, al ver que los demás lobos no dejaban de mirarme mientras se transformaban en humanos.
—Tú eres mi Luna, mi pareja de por vida —fue explicando con cuidado para que no me asustase mucho.
—Está bien pero que tengo yo que ver con tu manada, ya tengo demasiados problemas con esos vampiros y con Luzmila, y si me quedo con vosotros también podréis tener problemas —respondí sin dejar de mirarle a los ojos.
—Luzmila es también nuestra enemiga, hace algunos años nos atacó y por eso solo quedamos unos pocos, pero contigo en la manada todos seremos mucho más fuertes. Eres el ser que necesitamos para que nuestra manada sobreviva ante sus maldiciones, cuando todo esto termine quiero que vengas conmigo y mi familia a nuestra aldea. Allí donde nos cuidaremos los unos a los otros y nos mantendremos a salvo para que no se extinga nuestra especie.
Mis ojos recorrieron el claro, absorbiendo cada detalle mientras intentaba procesar toda aquella información. Aquella era la historia de Esteben, por un lado, me sentía feliz, después de muchos años el destino me estaba presentando una nueva familia, una nueva manada. ¿Qué más estaría guardando en un futuro?
Esteben se volvió hacia mí, su mirada era intensa y seria podía denotar en él la preocupación de la situación que estaban viviendo.
—Ahora que estás aquí, necesito que entiendas tu papel en todo esto, Winda —dijo tras mi silencio—. Eres mi luna, la única luz que puede guiar a nuestra manada en estos tiempos tan oscuros. Sin ti, estaremos perdidos.
Las palabras de Esteben resonaron en mi interior, llenándome de una mezcla de emociones. ¿Yo, la luz de su manada? Era una responsabilidad muy grande para mí, pero también un honor que no podía ignorar.
—Lo entiendo, Esteben —respondí, tratando de transmitir un poco de comprensión—. Haré todo lo que esté a mi alcance para protegerlos y guiarlos. Si lo que dices es cierto todos vosotros sois mi manada también.
—Gracias —dijo suavemente, dejando salir una expresión de alivio y gratitud en sus ojos—. Juntos podremos con todos los maleficios de esa bruja.
Después de haber aclarado las cosas, me acerqué al grupo de lobos con una gran sonrisa, yo ya estaba impaciente porque Esteben comenzara a presentarme a cada uno de ellos. Cada lobo tenía su propia personalidad y apariencia única, pero todos me recibieron con respeto y curiosidad. Me sentí abrumada por la calidez de su bienvenida, y por un momento, olvidé todos mis miedos.
Cuando terminamos, me di cuenta de que un viejo lobo gris se encontraba acostado bajo la sombra de un árbol. Antes de acercarnos a él Esteben me comentó que aquel lobo era el líder de la manada, cuando me vio mirarle, levantó la cabeza con interés.
—Líder, le presento a Winda —dijo Esteben con reverencia—. Ella es mi luna, la que nos guiará y nos ayudará a ser felices.
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Editado: 19.06.2024