Me enorgullezco de decir que todas esas horas sentada frente a la mesa de la sala valieron la pena. Finamente terminamos el rompecabezas, dos mil piezas encajadas para crear la imagen de varios paisajes mezclados en un mismo universo.
Ambos estábamos de pie admirando el rompecabezas.
—Vaya, la satisfacción es realmente increíble.
Vincent me extendió un envase cilíndrico azul con tapa blanca.
—¿Qué es esto?
—Pegamento. Si vamos a enmarcarlo primero debemos pegarlo, además, esto le dará protección contra el polvo y las ralladuras.
—Oh, ya veo.
Retiré la tapa y me encontré con una esponja unida a la boca del cilindro.
—¿Sólo… debo pasarlo por toda la superficie?
Me asintió y fue a buscar algo entre una caja de herramientas que había traído previamente. Temerosa hice mi parte y cuando terminé, él regresó con una cinta métrica. Tomó las medidas del rectángulo y las anotó en una pequeña libreta.
—¿Para qué es eso?
—Para el marco. Creo que lo tendremos que mandar a hacer, no hay tan grandes en las tiendas. Pero por un lado está bien, así podrás elegir el que más te guste.
—¿Yo?
—Sí, la idea de tu hermana me pareció buena, ¿a ti no?
Fruncí el ceño confundida.
—¿De qué hablas?
—Dijo que podrías decorar tu habitación con el rompecabezas, estabas aquí cuando hizo el comentario.
Pude haberme puesto a analizar de qué momento hablaba exactamente, pero mi atención se fue directamente a las intenciones de mi hermana. Ha sido muy insistente con el tema de decorar mi habitación lo más pronto posible y cada que se le presenta una oportunidad la toma. Creí que con los muebles se tranquilizaría un poco, pero claramente me equivoqué.
—Y ahí vas tú a hacerle caso, sabes cómo es de necia.
—Si no estás de acuerdo podemos buscarle otro sitio.
—¿Y por qué mi habitación y no la tuya?
—Ya no tengo espacio en las paredes, —comentó un poco apenado— si lo fuerzo a entrar todo se verá muy apretado. Por otro lado, pienso que esto representa un logro para ti, por eso apoyé la idea de tu hermana.
—Pero lo hicimos entre los dos.
—La diferencia es que este es tu primer rompecabezas, yo no tengo inconveniente en que lo conserves —sonrió.
Lo medité un minuto, guardó la cinta métrica y empezó a caminar para regresar la caja de herramientas a su lugar.
—Está bien, pero con una condición.
Se detuvo y volteó a verme.
—Tienes que ayudarme a elegir el marco, soy pésima para la decoración.
Me asintió alegre y se fue.
Aproveché la oportunidad y le tomé una foto al rompecabezas para enviársela a Owen. Apuesto a que se va impresionar cuando le diga el tamaño y la cantidad de piezas.
Me sentía un poco malévola mientras mandaba el mensaje, cuando mis audífonos se cayeron de mi bolsa. Me agaché para recogerlos y en ese momento me llegó un pensamiento, esto estaba relacionado con lo que quería preguntarle a Vincent días atrás, pero no tuve tiempo de mencionarlo. Después de comer dijo que había que darle un tiempo al pegamento para asegurar la eficiencia y cuando haya terminado de actuar, me ayudaría con el ya mencionado marco.
Igual que los días anteriores (después del tema de su madre) se fue a su habitación y no salió más que para hidratarse e ingerir uno que otro bocadillo de vez en cuando. Esto se volvió algo habitual últimamente, lo único que escuchaba a través de su puerta era una música muy baja (espero que no se haya tomado lo de “escandaloso" tan a pecho) y ahora que acabamos con nuestro trabajo es casi seguro que sólo salga en las mañanas, tardes y noches para comer.
Admito que me causa curiosidad saber a qué se debe su repentino comportamiento, pero no sería correcto interferir de la nada. Al principio no le di importancia, pero había algo común en cada vez que pasaba frente a su puerta, la música.
Notaba algo extraño en ella, no en el mal sentido, era más la sensación que me provocaba. Además de que era la única música que él ponía en alto, lo cual, no pasa muy a menudo, de hecho, es muy raro que lo haga. Me acostumbré a verlo siempre con los audífonos, incluso cuando está en su cuarto, ¿será que ya me obsesioné?
Cinco días han pasado desde entonces, tal y como sospeché, las cosas se volvieron más tranquilas y serenas en casa. En definitiva su presencia silenciosa aporta mucho al ambiente.
Legué al punto de estar indecisa si preocuparme o no por la situación, ¿será otra recaída? Había días en los que notaba bastante raro y cansado a Vincent, pero en otros se veía muy animado y entusiasmado. No vi inquietud por parte de James ante la extraña actitud, así que de cierto modo eso me asegura que no sucede nada grave.
Suena difícil de creer, pero a pesar de que James no está la mayoría del tiempo en casa, es capaz de leer a Vincent igual que un libro. Pienso que su conexión entre padre e hijo va mas allá de lo habitual y no exagero.
En una ocasión cuando éramos pequeños y Darlene estaba a nuestro cuidado, James se puso realmente nervioso tras llegar del trabajo, casi histérico. Empezó a revisar a Vincent minuciosamente, preguntarle si algo le dolía, qué había comido y demás cuestiones que harías a alguien que presenta un evidente malestar.
Darlene y yo estábamos confusas, Vincent le contestó que no le dolía nada, pero esa respuesta no fue suficiente para calmarlo, ya que revisó su temperatura al poner la mano en su pequeña frente. Mi hermana intentó descubrir el motivo de su incomodidad y James respondió que lo veía extraño y un poco pálido.
Ni siquiera había pasado dos minutos en la casa, ¿cómo era posible que lo viera raro?
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un poco de todo, comedia romantica juvenil, enamorada del mejor amigo de la infancia
Editado: 29.04.2022