Unconditional Love

Capítulo XLVI

Narra Ariana

— hola Nana — la saludo.

— hola ¿cómo te fue el colegio?— me pregunta.

— estoy agotada hoy tuve educación física — hago un puchero — mi tía ¿está en casa? 

— si, me dijo que vayas a su oficina.

— ¿hice algo? — pregunto.

— no pero quiere hablar contigo.

Me dirijo hacia la oficina y toco la puerta. Del otro lado se escucha un pase.

— hola tía — me siento frente de ella — ¿hice algo malo? — digo preocupada.

— no — tipea en el computador — pero lo que te tengo que decir no se si te vaya agradar — me mira — mi hermano apareció y quiere estar contigo — me dice y mis ojos de agrandan de la sorpresa.

No sé si estar feliz por saber que mi padre se encuentra vivo. Porque aún no olvido que cuando tenía 7 años mí mamá tuvo que separarse de mi padre, ya que él tenía una amante. Luego que el se fuera de casa lo veía cada fin de semana, eso solo duro un año porque después desapareció sin avisar.

— no se como sentirme al respecto — le digo y ella me mira con pena.

— el abogado vino esta mañana y me informo esta noticia. Dijo que tu padre se quiere hacer cargo de ti porque quiere formar parte de tu vida.

— yo quiero quedarme contigo y creí que querías ser mi tutora — digo con la vos entrecortada.

— yo también quiero que estemos pero hora tu padre quiere tener tu custodia y será más complicado en que te quedes conmigo

— pero él me abandono, yo no quiero verlo. Además ya estoy grande para elegir con quien quiero estar. Es injusto que elijan mi vida.

—  lo sé — me agarra las manos — el Juez también ha decidió que te quedaras con tu padre mientras estoy en París para analizar y llevar el control sobre la convivencia entre tu Fernando y tu con la finalidad de saber si es acto para tener tu custodia — lo que dice hace que mi pecho se contraiga — Así que no te puedes quedar con Nana

Esto debe ser una broma. ¿Acaso soy una rata de laboratorio?

— entonces llévame contigo — le suplico.

— no puedo porque si lo hago el juez me tendría en alerta roja.

— pero... No quiero — mi voz tiembla.

— tienes que entender que tienes un papa.

— un verdadero papa no abandona a su hija.

— dale un segunda oportunidad — niego — prometo que cuando regrese de París haré todo lo posible para que te quedes conmigo, pero mientras tanto tienes que quedarte con Fernando — me mira — el vive un poco alejado de la ciudad pero no te preocupes vas a seguir yendo al mismo colegio, puedes hacer tus mismas actividades y continuar con tu vida normal — trata de animarme. Como si fuera tan fácil .

— ¿cuándo me mudarme? — pregunto de mala gana.

— no estoy tan seguro pero creo que al finalizar este mes — pero si tan solo queda días.

— bueno... ya me puedo ir a mi habitación. — digo desanimada.

— no te desanimes verás que todo saldrá bien — asiento no tan convencida.

Corro hacia mi habitación y me tumbó en la cama, sin duda las lágrimas comienzan a salir sin parar.

No he sabido nada de él hace 8 años y ahora viene como si nada a querer recuperarme.

No siquiera se si me llego a querer cuando estábamos juntos porque cuando lo veía, me dejaba en su departamento con Rebeca la señora que trabaja de mucama. Casi nunca tuvimos momentos de padre e hija, cuando le contaba algo nunca me prestaba atención, pero yo como era una niña no sabía nada y estaba contenta con lo que él me daba, lo único que él hacía era llenarme de regalos.

Me despierto por los golpes de mi puerta. No sé en qué momento me he quede dormida.

— baja a cenar — dice Anne.

— Nana, no tengo apetito.

— esta bien mi niña — sus pasos de van alejando.

Voy al baño a lavarme la cara y pongo una pijama.

Me siento en el escritorio y de nuevo  tocan la puerta.

— Anne dije que no tengo apetito.

— ¿puedo entrar? — dice mi tía.

— pasa — entra con una bandeja que contiene un sándwich, té y un tazón de fresas.

— te vine a dejar la cena — me hace sentar en la cama —  no quiero que mueras de hambre — pongo los ojos en blanco.

— por una noche que no coma, no voy a morir — suelta una risita — de todos modos no voy a desperdiciar la rica cena que me hizo mi tía hermosa.

— quería preguntarte algo — me mira ansiosa.

— claro dime — meto una fresa a mi boca.

— quieres venir mañana ayudarme con el desfile y las secciones de fotos de la nuevo línea de ropa.

— depende — me mira confundida — si solo es ayudar, pero no quiero nada que implique que me tomen fotos.

— bueno, pero si pasa algo en el concierto tienes que ayudarme.




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