Durante los últimos días había estado experimentados un malestar aún mayor al resto de los días pasados, algunas veces el simple movimiento de querer levantarme me hacía vomitar, llevo días en la cama sin apenas poder moverme y no sé cuanto tiempo más vaya a aguantar.
Tocaron la puerta y un par de segundos después, se abrió lentamente.
-Hola Frank, ¿Como te sientes?
-Terrible, no creo que haya mejorado en lo absoluto, me siento incluso peor que al principio.
Apenas terminé de decir eso, sentí como mi estómago se revolvía para después hacerme vomitar.
-Oh, Frank. -Se acercó a mi y puso el bote de basura cerca de mi cara para que pudiera vomitar ahí. -Ya, ya pasó. Todo estará bien.
-Gracias, Bendt. No sé que haría sin ti, probablemente ya estuviera muerto.
-No es nada, ¿Para qué estamos los amigos si no es para apoyarnos incluso en nuestros peores momentos? Tú también me has apoyado y para mi no es ninguna carga estar aquí, créeme que lo hago por que yo quiero hacerlo, de otro modo no estaría aquí -terminó, siempre con una sonrisa.
Admiro la facilidad con la calidez de Bendt hacía que me olvidara de todo lo que estaba pasando, como si nada importase.
Bendt se metió al baño y pude escuchar como empezó a llenar de agua la tina y preparaba otras cosas. Aproximadamente unos 15 minutos después, salió del baño y de la habitación para después regresar con un vaso con agua y unas 3 pastillas.
-Tomalas, te harán sentir mejor. -Estiró su mano dejando las pastillas a mi alcance, las agarré y con su ayuda logré tomármelas. -Bien, vamos a esperar un momento mientras te hacen efecto. Voy a buscar ropa.
-¿Te vas a bañar?
-No- replicó-. Te voy a ayudar a bañarte, llevas mucho tiempo sin hacerlo y no hueles precisamente a rosas.
-Lo siento, Bendt. Sabes que no he tenido las fuerzas para hacerlo, ni siquiera sé si pueda hacerlo ahora.
-No, Frank. -Se arrodilló a mi lado y tomó mi mano. -Ya te he dicho que no me molestas, traté de bromear pero creo que no fue correcto, perdón por eso.
Revolví su pelo, indicando que todo estaba bien. Me ayudó a levantarme con mucho cuidado y me llevó hacia el baño, pero como apenas y podía moverme, optó por llevarme cargando.
Una vez que ya estábamos en el baño, me ayudó a desvestirme por completo y entrar a la ducha.
Bendt había llenado la bañera de agua con burbujas, me hacía sentir querido como cuando era pequeño y eso no me molestaba en lo absoluto.
-Gracias. -Asintió y me ayudó a lavarme con una esponja suave, me dijo que no quería lastimarme pues sabía que estaba muy débil.
Empezó a tararear una canción, específicamente una de mis favoritas, Bendt tenía una voz tan dulce y disfrutable que ya más de una vez le había dicho que si él quisiera podría dedicarse a cantar y sin duda sería muy exitoso, pero no es su sueño. Él dice que teme que estando en una industria tan absorbente como lo es la música, terminé alejándose de sus seres queridos o incluso haciéndoles daño, es por eso que él prefiere vivir una vida más tranquila y sin fama, pero feliz.
Pero la fama era algo que él nunca había buscado, pues una de las cosas que más le molestan es que las personas tienden a pensar y esperar que no tenga errores, él dice que en realidad es una persona como cualquier otra y que tiene muchos defectos. Lo cual es cierto, a veces llega a ser un poco terco y sin duda su mayor defecto es nunca poner atención a si mismo, suele pensar en los demás primero.
Estuve observando con atención los movimientos que empleaba para limpiarme tratando de hacer el menos daño posible. Había en mi piel multiples heridas, mismas que yo había causado en mis momentos de mayor desesperación, que no podían ser tocadas sin ser lastimadas, por lo que, el trataba de tener el mayor cuidado posible al momento de tener que tocarlas. Algunas de esas heridas se encontraban ya en proceso de cicatrizarse, y otras, las más pequeñas, ya se encontraban cicatrizadas casi por completo, pero había algunas otras que por ser las más recientes, seguían abiertas y escocían.
No pude sentirme más que dichoso de contar con alguien que me cuide y me apoye tanto como lo hace él, sobretodo en un momento en el cual todos me habían abandonado.
Las lagrimas inundaron mis ojos y le di una mirada llena de gratitud, él me abrazó por un breve momento antes de levantarse a buscar una toalla seca.