2. La oscuridad.

—Tú lo que me quieres decir es que puede ser un secuestrador ¿Verdad? — Pregunta Amalia.

—Exacto. ¿Qué otra cosa puede ser?, No le veo más sentido a nada, cada vez tengo más miedo. Amy — Digo con mi voz temblorosa.

—Violet. No te preocupes, seguro es paranoia de nosotras, estamos en una edad media pérdida — Aunque dice eso en su mirada ahí terror.

—No lo sé, desde hace tiempo vengo sintiendo eso. Pero es una energía tan fuerte y a veces lo siento tan cerca y otras tan lejos, esto me da miedo — Cierra que estaba leyendo y yo me acercó para leer la portada. No me jodas — ¿Crees en esas cosas?

—Por supuesto que no. Eso es ridículo. Nadie cree en los demonios, violet — Asiento dudo — Venga. Te llevó.

—Está vez te tomo la palabra.

Con una sonrisa salimos de la Universidad, eran las diez de la noche y aparte de que era muy tarde hacía un frío de los mil demonios, caminamos hasta el auto de Amy y cuando voy a abrir la puerta siento esa mirada nuevamente y empiezo a escuchar voces. ¿Qué es esto?Miró para todos lados y no veo a nadie.

—¿Lo escuchas? — le pregunto a Amy.

—Sí, lo estoy escuchando. Sube, por favor — le hago caso y subo al auto.

Esto es algo temeroso, aunque estoy en un auto sigo sintiendo la presencia de alguien, cierro mis ojos y empiezo a hiperventilar y Amy me mira preocupada. La cabeza me empieza a doler, abro los ojos y todo me da vueltas sólo escucho como Amy me pregunta si estoy bien y !a verdad, no, no lo estoy. Siento como mi frente hoy es por el sudor y las manos me tiemblan, el corazón me da un vuelco y el estómago se me encoge, recuesto mi cabeza del asiento. Siento como poco a poco vuelvo a la normalidad.

—¡Violet! — Me grita Amy y yo recuperando la conciencia miro para todos los lados y noto que el auto de ha detenido — ¿Estas bien? - Pregunta pasando su mano suavemente por mi cabello.

—Sí, ahora lo estoy — Sus ojos color verdes me miran con desconfianza.

Vuelve a poner el auto en marcha y cuando por fin llegamos a mi casa me despido de ella, empiezo a caminar hasta llegar a la puerta y cuando voy a sacar la llave siento como una mano Me cubre la boca, intentó emitir algún ruido pero se me hace imposible. Intento hacer un forcejeo pero el hombre es más fuerte que yo.

—No sabes lo buena que estas — Susurra en mi oído y lo único que causa eso son náuseas — Te vi y no pude resistirme.

Era él quien me ha observado todo esté tiempo y yo juraba que era otra persona. Empieza a caminar conmigo mientras cubre la boca para que yo no grite.

—Nos vamos a entrar en esa pequeña casita que vez ahí y no vas a ser ni un solo ruido. Porqué si no - Saca una pistola y me la pone en la cabeza - Te vuelo los sesos ¿Quedó claro?

Asiento y cuando respira profundo su aliento a alcohol me golpea fuerte. Empieza a caminar conmigo hasta la casita y cuando por fin estamos en la puerta de esta una brisa sopla fuertemente haciendo que los dos caigamos al piso. Me levanto lo más rápido que puedo y empiezo a correr, escucho como la pistola se dispara y rápidamente me doy la vuelta. El hombre está tirado en el piso. No tenía cabeza y la sangre salía a por montones, mis ojos se abren horrorizada por lo que estoy viendo. Y veo como un chico sale de la casita y yo niego repetidamente.

—¿Estás bien? - Asiento. esa voz tan profunda y varonil, la noche oscura no me deja observar bien pero sus ojos son como fuego, pero un fuego que quiere explotar y revelar cosas. No defino bien su rostro, la oscuridad no me ayuda mucho que digamos. Todavía estoy perdida y no sé como interpretar lo que ha sucedido, mi mente está cargando todo lo que ha pasado y cada vez me mareo más y más, me tambaleo un poco y el chico llega hasta a mí, pero no me toca — ¿Qué tienes?

Vueve a preguntar pero yo no le doy ninguna respuesta porque caigo rápidamente en una sueño que me lleva directo a un infierno.

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—Violet - Oigo y muevo desesperadamente en la cama - Tranquila - Me pide una voz suave.

Abro mis ojos y veo como mi tía está al lado mío al igual que el doctor. ¿Dónde está el chico?, En su mirada hay mucho miedo. ¿Está preocupada?, ¿Por mí? Mi cuerpo está pesado y me duele, intentó mover las piernas pero no puedo, mi mundo da vueltas y mi corazón late muy rápido y con fuerza, mi respiración vuelve a ponerse mala.

—¿Qué tiene, doctor? — pregunta mi tía.

—Tranquila, Se le pasará. Le voy a dar una receta y quiero que la siga al pie de la letra — responde.

Los dos salen de mi habitación y yo me hago una bolita. Y las lágrimas empiezan a caer, tengo miedo, mucho miedo. ¿Quién le avisó a mi tía? Seguro fue él, cuando se acercó a mi pude ver aún mejor sus ojos, eran rojos o estaban rojos y daban un escalofrío increíble. Cuando se acercó a mí ni siquiera me tocó era como un espíritu, su rostro era serio no había ni una pizca de gracia y aunque no lo podía ver bien sentía como su mirada me penetraba fuertemente haciendo que las venas y mi corazón se fueron a tomar por culo. A pesar de que era un desconocido el miedo no era tan fuerte. ¿Qué habrá pasado con el hombre muerto?, Me siento en mi cama y miro hacia la ventana y caminó hasta ella a paso lento, la abro y me asomó por el balcón, la brisa mueve mi cabello y hace que cierre los ojos e inhale profundo. Escucho como algo se y abro los ojos y miro hacia el lugar de donde provino el ruido.

—¿Violet? — me doy la vuelta y veo a mi tía.

—¿Qué me pasó? — Ella se encoge de hombros.

—Tú... Tú estabas tirada en la puerta de la casa, no vi a nadie más — No puede ser, él estaba ahí —¿No recuerdas nada?

—No, no recuerdo nada — No quiero decirle todo lo que pasó, no pienso y tampoco quiero decirlo.

Esto es algo muy preocupante. Siento una presión en mi pecho y llevo mi mano a esté, el dolor es muy fuerte. Mi tía rápidamente me agarra y me lleva hasta la cama y me acuesta en esta, los oídos me empiezan a pitar. Me los cubro y cierro mis ojos ¿¡Qué me está pasando!?